VII

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Lijeros espasmos atacaban el cuerpo del omega, el alcohol de las feromonas alfa lo había vencido sin siquiera poder hacer algo para detenerlo, desde el punto de vista de Hades, aquel chino era peligroso.

—Mis feromonas tienen un fuerte y puro aroma a Champán, hay pocas personas que tienen un solo olor distintivo

Explico el pelinegro mientras colocaba su enigmática venda al rededor de sus ojos. Ahora que el ojilila  recordaba en todo el trayecto que llevaban despiertos el alfa no había abierto sus iris.

—Por eso las personas que poseemos un aroma puro tenemos una ventaja sobre las personas con aromas mezclados~ en el caso de los que tenemos aromas alcohólicos los podemos usar como acabo de hacerlo contigo mi reina, las feromonas son absorbidas por el cuerpo, eso fue lo que provocó tu estado de ebriedad

Río mientras colocaba sus manos sobre las anchas caderas ajenas, y joder, amaba esas caderas.

—No. . . No . . . Me toques con tus sucias manos . . .

Regaño el omega mientras intentaba con una nula fuerza retirar aquellas firmes manos de sus caderas.

—Mi reina, como futuros alfa y omega devo familiarisarme con tu cuerpo~

Río nuevamente mientras dejaba de esparcir feromonas, pronto debería llevarlo de regreso a su trabajo, pues no conocía otra dirección y, por lo poco que había convivido con el omega dudaba que aún estando ebrio diera la localización de su hogar.

—No me provoques alfa estupido . . . Soy . . . Soy muy fuerte puedo golpearte y dejarte en el suelo si quisiera

Qin moría de ternura al ver el estado actual del omega y deseaba con todas sus fuerzas ser el primero en ver aquella faceta suya.

—Mi reina es la más fuerte y hermosa ~

Siguió la corriente a todas las demás incoherencias dichas por el borracho omega sobre el.

—Mi reina, tenemos que levantarnos~

Río cuando, de una manera que no se esperaba, el peli plateado se apego a el cual niño pequeño a las piernas de su padre.

—Hueles bien . . . No quiero. . .

—Mi Reina debemos regresar a tu trabajo, tus hermanitos están solos ¿verdad?

Ante la mención de aquellos niños el omega cambio de actitud repentinamente, solo sacándole otra sonrisa enamorada a Qin.

—Mi ropa

Dijo secamente, si bien el suelo aún le daba vueltas su insconciente solo dictaba que debía regresar con sus hermanos.

—Mi reina tu ropa estaba algo gastada así que mande a compar nueva

Menciono Qin mientras se levantaba y caminaba hacia una pequeña mesa en el centro de la habitación. Esta era de un bonito cristal hondeado enmarcado con una madera de caoba finamente barnizada, sin dudas debía costar mucho ya que ese tipo de muebles se encontraban en las tiendas más caras de toda Grecia.

De esta mesa, Qin tomo una bolsa de compras y la dejo en las manos del omega para despues salir de la habitación, a pesar de todo aún no estaba tan loco para intentar ver aquel omega desnudo por completo, aun no quería ser golpeado hasta la muerte por aquellas hermosas pero maltratadas manos pertenecientes al peliplateado.

Shi Huang se fue hacia la habitación continua para tomar un rápido baño y una de las batas, pues el desde que tenía memoria odiaba dormir con ropa puesta gracias a la enorme comezón que no le permitía conciliar el sueño, por esa mismas razones detestaba cada vez que obligatoriamente necesitaba portarla hasta en su descanso.

DOMINACYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora