XI

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Las feromonas comenzaron a inundar la habitación mientras que el beso seguía cada vez más fuerte e intenso, Qin se sentía en el limbo, poder gozar de aquellos labios mucho más adictivos que la más potente de las drogas era sin lugar a dudas un regalo de los cielos, no sabia que había hecho en su vida pasada más agradecia a todos sus ancestros en darle la oportunidad de tener a semejante persona entre sus brazos, ¿que importaba que no fuese un omega comun? Hades tenía aquel toque, aquella llama que solo el podía encender en su cuerpo y corazón, no solo su figura si no también su personalidad, a cada instante que pasaba se enamoraba más y más de aquel peliplateado que a sus ojos, era lo más hemroso que la asquerosa vida pudo regalarle.

Aquel beso se rompió, dejando jadeos y algo de saliva de por medio, las respiraciones entrecortadas pero al mismo ritmo y sobre todo la mezcla de ambas feromonas, las cuales parecían haber estado hechas para mezclarse mutuamente, dando paso a un olor cálido y reconfortante. Para Qin aquello olia como a casa, un hogar, un lugar al cual regresar.

Un golpe fue dado en su pecho y el alfa miró nuevamente al omega en sus brazos, su piel nivea como el Jade más precioso se encontraba espolvoreado con un  tenue color rosa, tierno, pensó el emperador mientras solo observaba como el omega se desahogaba golpeando su pecho.

—Eres un_

—Encanto lo se~

Río Qin y otro golpe mas fuerte que los anteriores fue depositado en su pecho junto a un gruñido de advertencia.

—Vamos a la cosina mi reina, Jack debe estar preparando el té nocturno

Hades levantó su rostro, mostrando un lindo ceño fruncido que a Qin le pareció encantador.

—Quien es_

—La persona que te salvó, mi reina

Hades ya no dijo más, pensando en cómo agradecerle su ayuda a ese desconocido que portaba el nombre de Jack.

Qin sin más distracciones comenzó a caminar hacia el devan y posterior mente hacia la cosina donde un Londinense se encontraba frente a la estufa.

—Sir Qin, me alegro que el chico haya despertado

Con delicadeza le sonrio al griego, mismo que le devolvió la sonrisa al notar que, al igual que el aquel hombre de acento Inglés era un omega y compañero de casta, algo que le dio mucha tranquilidad.

—Si, se a despertado hace poco, muchas gracias por tu ayuda Jack te lo recompenzare, lo prometo

—No es necesario Sir, me alegra poder ayudar a alguien de mi casta

Hades en ese momento se percato de que uno de los iris del Inglés poseía un color distinto y peculiar más no quizo preguntar, no quería mostrarse descortés. Lo que no se espero fue que el Londinense había  visto a través de el, mostrándole otra sonrisa mientras tocaba su ojo carmesí.

—Es de nacimiento Sir, me permite ver ciertas . . . Cosas en las personas

Contó el omega mientras la tetera comenzaba a sonar expulsando el vapor, informando que el agua para el te estaba lista.

—¿Gustan una taza de té?

Ambos asintieron, entonces Hades notó algo más, aún estaba en los brazos de Qin.

—¿podrías bajarme?

Gruño solo para ser interceptado por el rostro del alfa, mismo que se habia colocado a escasos centímetros de su nariz, si intentaba subir un poco más su cabeza fácilmente sus respiraciones podrían mezclarse tal como lo habían hecho sus feromonas minutos atrás.

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