CLASES DE COCINA

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Finalmente había llegado.

Las naciones se habían reunido y era el momento ideal para que Francia promocionara sus clases de cocina.

A la hora del almuerzo, Francia se paseaba de un lado a otro con una bandeja en manos ofreciendo pequeños pedazos de pan horneado por Inglaterra aquella misma mañana.

-¿Es delicioso, cierto? -preguntaba orgulloso en cuanto alguien probaba un bocado- Puede sonar engreído, pero si Inglaterra fue capaz de preparar semejante delicia quiere decir que, yo, Francia, soy el mejor maestro de cocina de todo él mundo. Descuiden, soy un tipo generoso, así que les daré un descuento en la primera clase. Aseguro al 100% que vale la pena, pronto podrán cocinar tan deliciosa comida como esta y les garantizo que obtendrán resultados sorprendentes.

-¿Como ese? -pregunto Prussia señalando la barriga de Francia que estaba apretada por su cinturón.

-O peor -rió España señalando hacia las espaldas de Francia- Como ese...

Todos dirigieron la mirada hacia la singular pareja de "gorditos".

América estaba sentado en dos sillas las cuales comenzaban a verse demasiado pequeñas para su enorme trasero. El cuerpo de Inglaterra no era tan diferente, solo un poco más delgado, o mejor dicho, menos gordo.

Él también tenía dos sillas a su disposición, pero se mantenía de pie para acercar la comida a América, quien a pesar de haber estado comiendo toda la reunión, devoraba todo como si estuviera famélico.

-América -dijo Inglaterra acercandole una bandeja- Preparé estos pastelillos especialmente para tí esta mañana... Están rellenos de chocolate con trozos de galleta como te gustan...

-¿En serio? Gracias, Iggy. Después de preparar toda esta comida, aun así me preparaste esto... estoy realmente conmovido...

-¿Qué dices? Sabía que tan poca comida no te llenaría, así que preparé más y pedí que la guardaran en la cocina de la cafetería. Puedes comer sin preocupaciones, aun hay cuatro rondas más esperando allí.

-Eres tan considerado Iggy. Yo... Yo te amo...

-Y yo a tí, mi adorado glotón...

Inglaterra sobaba la barriga de América mientras besaba sus labios

A la distancia, todos miraban fijamente como el par de tortolos intercambiaban muestras de afecto.

-Ughhh... -se quejaron todos, aunque en el fondo sentían algo de envidia.

Ciertamente la comida era deliciosa y ahora tenían frente a sus ojos la prueba de que también les ayudaría a conquistar corazones, pero... terminar tan gordo como aquellos dos era...

-Lo siento, Francia -dijo Japón- Sé que eres un gran chef y no dudo que un gran maestro también, pero, verás... estoy bien con mi peso actual...

-Lo mismo digo... -agregó Alemania

Poco a poco todos rechazaron las lecciones de cocina de Francia, pues temían que los resultados garantizados que conllevaran eran como los que tenían ante sus ojos.

-¡Nooooo! -lloró Francia al ver su gran idea de negocio destruida- Todo es culpa de ese cejas grandes... su comida es tan buena que ni siquiera yo pude resistirme... por su culpa la hermosa figura del apuesto Francia se ha... ¡No, no puedo aceptar esto! Ya he invertido demasiado tiempo e incluso dinero en él.

De inmediato la mente de Francia comenzó a idear nuevas maneras de ganar dinero. No se daría por vencido y le sacaría provecho a las nuevas habilidades de Inglaterra.

-Aunque primero -dijo al escuchar gruñir su barriga- Comeré algo de su comida y haré que me preparé 30 croissants para esta noche...