08 ; Submission

683 50 0
                                    

Me encontraba apartada de la multitud, observando a las personas bailar desde una mesa en un rincón. Las chicas con las que compartía este oscuro destino, me habían invitado a unirme a la fiesta varias veces, pero hasta ese momento, me había resistido. No quería formar parte de su mundo enfermo y controlado.

Justo cuando estaba a punto de alejarme del caos y buscar un lugar más tranquilo, Emily se acercó, todavía bailando al ritmo de la música.

—¡Bella! ¡Ven a bailar con nosotras! ¡Es una fiesta, después de todo!—exclamó con entusiasmo, casi gritando para que pudiera escucharla sobre el estruendo de la música.

—¡Vamos, diviértete! ¡No hay necesidad de preocuparse por nada aquí!—

La miré, indecisa por un momento. No estaba segura de querer continuar en medio de esta fiesta frenética, pero algo en la actitud de Emily me hizo reconsiderar. Ella también estaba atrapada en esta situación, y quizás la ayuda entre nosotras podría ser una pequeña luz en la oscuridad.

—Está bien, voy contigo—respondí finalmente, soltando un suspiro ante su entusiasmo.

Emily me tomó de la mano y me llevó a la pista de baile.

A medida que me dejaba llevar por la música y el ambiente, una de las chicas que, como Emily y yo, también había sido llevada a la fuerza acercó a mi y comenzamos a hablar entre el ruido ensordecedor.

—Soy Zoe, ¿Cómo te sientes aquí?—se presentó ella.

—Mi nombre es Bella, y la verdad es que se siente abrumador. No puedo creer que todo esto sea real, es como si estuviéramos viviendo una pesadilla—respondí, sintiendo que finalmente podía abrirme un poco.

—Lo entiendo, al principio, todo parece surrealista, como si estuvieras en una película de terror. Pero pronto te das cuenta de es que mejor de lo que te imaginas—dijo con una sonrisa.

—¿Cómo llegaste a estar aquí?—pregunté, buscando comprender más sobre las historias de las otras chicas.

Zoe suspiró y se movió al ritmo de la música.

—Fui rescatada, como todas nosotras. Me encontró cuando estaba sola y vulnerable. Me prometió que me daría todo lo que quería, que estaría a mi lado, pero solo si me sometía a él. Al principio, luché, pero luego...algo cambió. Empecé a sentir que esto era normal, que merecía este tipo de vida—

Su historia resonó con la mía de una manera escalofriante, pero lo que más miedo me daba era que ¿Como una persona podría nombrar a su propio secuestro como un "rescate"?

Cada una de nosotras había sido arrastrada a esta situación, atrapada en la telaraña de estos hombres.

Antes de que pudiera responder, sentí una presencia detrás de mí. Me giré y me encontré con un desconocido que me había tomado por la espalda de la cintura, tratando de bailar conmigo.

La sorpresa me dejó momentáneamente sin palabras, pero antes de que pudiera reaccionar, Tom empujó bruscamente al hombre.

—¡No te atrevas a tocarla de nuevo!—amenazó Tom, su voz llena de peligro.

El hombre parecía sorprendido por la agresión súbita, pero Tom no le dio tiempo para reaccionar. Con un puñetazo rápido y preciso, lo hizo retroceder y luego lo amenazó con un tono frío.

—Si te acercas a ella nuevamente, te aseguro que no vivirás para arrepentirlo, maldito bastardo—

La escena pasó desapercibida por todos, estaban tan sumidos sus propias burbujas que no se dieron cuenta. El hombre, evidentemente asustado, se alejó rápidamente. Tom volvió su atención hacia mí, sus ojos todavía encendidos con furia.

PSYCHO ; TOM KAULITZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora