X. No se trata de competir

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Ha pasado tan solo un día desde que quise irme de la cabaña.

Estoy muy triste, no entiendo muy bien porque, por todo y nada a la vez, no sé si les ha pasado, pero siento un vacío y soledad aun habiendo personas a mi lado.

Estaba agradecida con la vida por darme una nueva oportunidad y no dejarme morir en aquella cueva, que de solo recordarlo me aterra.

Se que hice mal en irme y querer huir de los problemas,  las cosas no deben hacerse sin pensar en las consecuencias, tenía que afrontar la realidad por mucho que doliera.

Se que tengo que aprovechar cada día que Dios me permita vivir, una pizca de esperanza me motivaba a seguir luchando, se que algún día mi vida empezará a mejorar aunque ese día parezca que nunca va a llegar.

Me asome a la ventana y los vi muy felices riendo, quería alegrarme por ellos, realmente lo quería, pero por ahora no puedo, como podría alegrarme por algo que a mí me estaba destruyendo, no quiero ser egoísta solo quiero que alguien me entienda.

Mi corazón se estrujo de dolor, quería aplicar la típica frase de si el es feliz entonces yo también, pero a mi no se me dio,  esa frase es una mentira o simplemente yo soy una egoísta, no me importa cual sea la respuesta, lo único que quiero es que ella este lejos de el, verlos juntos me enoja y me frustra.

No quería seguir pensando en eso, mejor disfracé mis pensamientos en otra cosa como por ejemplo, lo afortunada que soy por vivir experiencias que en mi vida normal jamás me hubiera atrevido a vivirlas, he aprendido tanto en estas últimas semanas.

Me sentía tan frustrada por no estar a la altura de Mila y no poder competir con ella, quería demostrar que yo era mejor, que Osvaldo se diera cuenta de que estaría mejor conmigo, quería que el viera que yo tenía más habilidades, que yo era mejor compañera para él, pero es tan cansado, muy desgastante que no quiero eso para mi vida, ya tengo suficientes problemas como para sumarle una mas, además no estoy como para competir, perdería al primer instante ante ella.

Pero aun así, cegada por la inseguridad y los celos hice algo que no debía, como los vi a ellos muy felices, me dio miedo que Osvaldo se olvidara de mi y me sacara de su vida, tenia que ser algo urgente para llamar su atención.

No me importaron las consecuencias, no estaba pensando bien, estaba parada en uno de los escalones de la escalera de la cabaña, no lo pensé dos veces y me arroje, estoy loca, lo se, pero solo quería tener su atención, sentir que a alguien le importaba.

Sentí como mi cabeza impacto contra la madera del suelo, todo se veía borroso, me toque la cabeza y mis manos estaban manchadas de sangre,  me asuste, caí en cuenta de la tontería que había hecho, pero ya no había vuelta atrás, poco a poco todo se estaba volviendo oscuro, entonces grite pidiendo ayuda, ¡no quiero morir! fue lo que pensé.

En esos instante me sentí tan tonta, como fue posible que llegara a este punto, solo por querer llamar la atención, la vida me estaba regalando muchas oportunidades de vivir, y yo en un arranque de celos, casi arruino todo.

Desperté recostada en el sofá de la sala, una persona estaba presionando una tela en mi cabeza, supongo que era para detener la sangre, cuando pude ver bien, me sorprendió ver que era Mila.

— ¿Estas bien, como te sientes? — Hablo una Mila que se veía realmente preocupada

— Me siento muy mareada — Me sentí tan avergonzada 

— No te preocupes, ya Osvaldo fue a buscar una planta que te ayudara con el dolor, no debe de tardar en regresar —  Lo único que pude decir es gracias.

La planta que Osvaldo busco realmente fue de mucha ayuda para el dolor, Mila se portó tan bien conmigo, me ayudo a subir a mi habitación, me preparo la cena, y todo el tiempo estuvo al pendiente de mi.

De mujer a monstruo, problemas + problemasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora