SLOANE
La voz de Michael Jackson me despertó al cabo de segundos. Mierda. ¿Acaso ya había muerto? ¿Así de rápido, sin despedida ni nada? ¿Osea que así se escuchaba el cielo?
Me llevé las manos a los ojos, intentando aclarar mi campo de visión. Dios, estaba demasiado encandilada, ¿en qué momento me había quedado dormida?
—Al fin te dignas a despertar —escuche su voz al lado de mí. Solté un sonoro bostezo y me giré hacia él. Tenía la mantita de Spiderman sobre mi cuerpo y hasta incluso me había colocado un cojín almohada sobre mi cuello. Vale, sí que había sido una siesta pesada.
—Buenos días —volví a bostezar y luego me detuve en seco cuando noté la nieve sobre el coche. ¿QUÉ?—. Espera, ¡no puedo creer que me haya quedado dormida así de la nada!
Madre mía, era un perezoso. Ya era la segunda vez que me sucedía, la primera fue esta mañana, que, gracias a mi encanto por el sueño, perdí el maldito autobús. ¿Y a qué se venía tanto sueño?
—¡¿Por qué no me detuviste?!
Mason enarcó una ceja.
—Ya. Así que ahora es mi culpa.
—Prácticamente sí. Debiste despertarme y decir; No, Sloane, ahora no, ¡estamos atrapados en una ventisca, deja se ser una huevona! —solté.
—¡No, Sloane, ahora, no! ¡Estamos atrapados en una ventisca, deja de ser una huevona! —Mason repitió fingiendo un tono irritante de mi voz. Yo puse los ojos en blanco y me crucé de brazos. Siguió con las manos en el volante—. ¿feliz?
Mordí mi labio inferior, dándole un vistazo a mi móvil y al GPS. La señal se había ido por completo esta vez. Malditamente genial.
—¿Cuánto hemos avanzado?
—Una hora nada más. La tormenta ha disminuido, pero sigue siendo difícil avanzar a estas alturas. Tuve que apagar por un momento el coche si no queríamos quedarnos sin gasolina y que todo empeorara.
Le dio un vistazo a la ventana con los ojos entrecerrados, pensativo, pensando en un tipo de plan. Yo hice lo mismo. ¿Es que acaso el universo me odiaba tanto para dejarme varada con este demente en medio de la nada? ¿Qué era esto? ¿La secuela de Scream?
—Tengo frio —avise con los dientes titiritando de frio. El frío comenzaba a entrar al coche.
—Vale, encenderé el coche de nuevo —lo hizo y después vi cómo se deshacía de su suéter gris, quedándose solamente en una camiseta blanca de lana frágil. Lo mire, confusa. Me la extendió, yo me quede con los ojos abiertos mirando su mano—. Póntela, te calentara un poco. Saldré a deshacerme de la nieve que se ha atascado en el parabrisas en lo que nos detuvimos.
Lo miré, estupefacta. Estaba a punto de salir el coche cuando lo detuve. Tome su mano.
—Espera —trague saliva al sentir su piel contra la mía—. ¿Estás demente? Morirás de hipotermia allá afuera.
—Estaré bien, Sloane. Tranquila. No tardaré.
Bueno, el que quería sufrir era él.
Volví a tragar saliva, asintiendo.
—Cúbrete, por favor —me dijo señalando su suéter, casi implorándome, antes de salir.
El corazón se me salió del pecho al verlo salir del coche sin nada con que protegerse del inmenso frío, más que su frágil camiseta. Mason White estaba demente. Hice caso omiso y me coloqué su suéter gris. Al instante el olor de él y de su colonia me cubrió y me sentí protegida. Era realmente cómodo. Frotando mis manos contra mis brazos, lo miré y lo único que logre visualizar fue la oscuridad más absoluta, sólo interrumpida por la ligera luz del coche.
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HIDE
Mystère / ThrillerSPIN OFF DE EVADE: HUIR O MORIR. Ella creyó que nunca más lo volvería a ver en su vida. Creyó que había sido algo fugaz. Algo extraño. Creyó que nunca obtendría respuestas. Y creyó que nunca se enamoraría de alguien tan oscuro como él. Dibujo:...