Capítulo 2

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Darcy sonreía como loco mirándose en el espejo mientras su ayuda de cámara le reajustaba el traje antes de bajar a desayunar, habían pasado tres días desde que se comprometió con Elizabeth, su perfecta Elizabeth, la había tomado con la guardia baja, sabía que cuando ella reaccionara ya sería tarde y la tendría en un carruaje con destino a Londres siendo su esposa. Estaba al corriente de que su suerte radicaba en la pérdida de su padre, en qué perdería su casa y en que la estaba persuadiendo a casarse con un imbécil de primera. Apretó los puños cuando recordó el sentimiento que despertó en él esa noticia, fue el detonante para tomar la decisión más importante de su vida. Sabía que quería verla y cortejarla cuando Bingley le propuso ir a Meryton a renovar sus afectos con la Srta. Bennet, él lo había perdonado por su intrusión cuando la muchacha estuvo en Londres con sus tíos. Por ello se decidió acompañarlo para asegurarse que está vez no hubiera interferencia y ya de paso echarle un ojo a su Elizabeth para ver si había esperanzas allí. De más está decir que no se había quitado el polvo del viaje cuando se enteró por el mayordomo de Netherfield que el Sr. Bennet había fallecido y que la familia estaba pasando por una mala situación, la determinación que lo embargo fue tal que agarrando a Bingley partieron para Longbourn. Los Bennet estaban allí, de luto, solo faltaba Elizabeth, escuchó a medias la bienvenida cuando la busco con la mirada y luego de unos veinte minutos de conversación de la que él no había participado, escuchó a la Srta. Bennet decirle a Bingley que su hermana tenía un pretendiente que quizás, si ella lo aceptaba, podría estabilizar a la familia. Si Jane Bennet sabía lo que él sentía por su hermana era un misterio, pero lo dijo para que él actuará, ella lo miró desafiándolo con sus tranquilos ojos azules, fue la primera vez que vio emoción allí, y bueno, estaba agradecido por ello.
Lo demás se dio perfectamente, salió a buscar a Elizabeth y la atacó con besos, sonrió ante esto, una vez escuchó a su padre decir que la mejor manera de mantener a su esposa tranquila era silenciándola con un beso que la dejara aturdida, aunque la información no estuvo nunca dirigida a sus jóvenes oídos, con los años comprendió su significado, la pasión usándola bien era un arma de doble filo. Había logrado mantener callada a su amada el tiempo suficiente para declarar ante todos, sus intenciones de casarse con una licencia especial en una semana, también estaba el hecho que desde entonces estaba al borde de la excitación, bueno, solo había que esperar y ella sería suya, no podía dejarla que pensara mucho en las razones por la cual no eran adecuados, eso tenía que quedar atrás y solo había hallado esta manera de convencerla o más bien, persuadirla; nada podía salir mal.
Escuchó a su ayuda de cámara aclararse la garganta y reaccionando, le agradeció y lo despidió, recogió algunos papeles que habían llegado en la tarde de ayer de Londres, tenía todo preparado, su abogado había redactado el acuerdo y también estaba el contrato de la propiedad que había alquilado cerca de allí para los Bennet. Collins los quería fuera de Longbourn para cuando él llegara y Darcy estaba completamente de acuerdo con eso, no quería ver al ridículo hombrecito.
Salió de su habitación emocionado de ver a Elizabeth antes del desayuno cuando en el pasillo lo esperaba la Srta. Bingley.
- Sr. Darcy, puedo hablar un momento con usted?
- Srta. Bingley, este no es el lugar correcto para que hablemos.
- Solo serán unos minutos.
Darcy afirmó mientras miraba a su alrededor, no quería rumores falsos esparcidos por Meryton, nada que pudiera dañar sus planes.
- Sr. Darcy, mi hermano está enfrascado en pedir la mano de la Srta. Bennet esta mañana, nos lo anuncio a mi hermana y a mi anoche después que usted se retiró, sé que usted y la Srta. Elizabeth están comprometidos, pero aún dudo de esta decisión de mi hermano.
- Tú hermano es un adulto Srta. Bingley y fue mi error tratarlo como alguien incapaz de tomar decisiones sensatas, yo mismo me equivoqué muchas veces de lo contrario ya estuviera casado con Srta. Elizabeth. No intervendré en nada relacionado con Bingley y Jane Bennet y le aconsejo que tampoco lo haga si quiere seguir teniendo un hogar junto a su hermano. Tenga buen día Srta. Bingley.
Caroline Bingley apretó los dientes y luego sonrió fríamente cuando el Sr Darcy se alejó, miró el reloj de la pared y supo que su plan dio resultado, lo había retrasado los cinco minutos que necesitaba y ahora lo demás estaba en manos de otro.

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