Capítulo 8

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Los ojos de Izuku se abrieron con pereza. Tardaron un poco en acostumbrarse a la anaranjada luz que entraba por los grandes ventanales de la enfermería. A través de estas se podía apreciar un hermoso atardecer.

Cuando despertó del todo, analizó la escena. Se encontraba en la misma camilla en la que había estado horas antes.

Bajó su mirada, pues notaba que algo pesado estaba ejerciendo presión. Se sorprendió al ver que una persona permanecía con la cabeza apoyada sobre su regazo. Se fijó en el rostro ajeno, unas notables ojeras se postraban debajo de sus párpados.

—¿Kacchan?

Al oír la voz del pecoso, el nombrado abrió los ojos al instante. Separó su cara de las finas sábanas y ambos se miraron, sumiéndose en un extraño, pero no incómodo silencio.

El rubio lo estaba analizando. Izuku lo notó y reaccionó con timidez.

—¿Qué ocurre? ¿Ha funcionado?

Bakugo seguía callado.

—¿Kacchan? Me estás asustando. ¿Por qué no dices nada?

¿Y si no lo habían logrado? Eso significaba que sus sentimientos nunca fueron recíprocos. Deku comenzó a preocuparse.

Katsuki aproximó su mano y la posó sobre el rostro del muchacho. A continuación, la acarició y sonrió. Acercó su cara a la del pecoso y sonrió.

—Como echaba de menos esos ojos —dijo empleando una suave voz que dejó temblando al peliverde.

—¿Eh? Eso significa que...

—Ha funcionado.

—O sea que tú... —comentó estupefacto y lleno de dudas—. ¿Tú también sientes lo mismo? ¿Estás enamorado de mí?

Bakugo cubrió su boca.

—Joder, ¿de verdad tienes que preguntarlo? Supongo que lo de esta mañana no te ha dado una pista. Quizá no he sido lo bastante convincente. ¿Debería besarte otra vez para que te enteres de una puta vez?

El peliverde se sonrojó.

—Sí, deberías —pidió.

El pulso de Bakugo se aceleró. Izuku añoraría escuchar sus efusivos latidos.

El rubio se subió a la camilla para estar más cerca de él. Aproximó sus labios a los del contrario y los unió. Ambos cerraron los ojos y disfrutaron del momento. Movieron sus bocas siguiendo un cierto compás y entremezclaron sus lenguas en un dulce pero apasionado beso.

Mientras Izuku lo agarraba del cuello con deseo, Bakugo sujetaba su cintura y apretaba uno de sus muslos con fuerza. Deku mordió el labio inferior del rubio, y consiguió sacarle un sonoro suspiro.

Ambos se separaron en busca de aire.

—Aunque ya no seas un chupasangre, sigues mordiéndome. ¿No me digas que has descubierto un nuevo fetiche?

Las mejillas del pecoso se tiñeron de carmín.

—No eres el más indicado para hablar de eso. Sabes que te encanta que lo haga.

El rubio sonrió.

—No voy a negarlo.

Después de decir eso, se volvieron a besar y se tumbaron en la camilla.
Estuvieron hablando hasta quedarse dormidos.

A la mañana siguiente, Recovery Girl entró en la enfermería y encontró a los dos muchachos abrazados.

FIN

Muchísimas gracias por haber llegado hasta aquí. Espero que hayáis pasado un buen rato leyendo esta breve historia.

Y si podéis compartirla con otras personas a las que les guste el bakudeku sería genial <3

¡Nos vemos pronto, pues tengo muchas ideas para futuros fanfics!

Essence [BAKUDEKU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora