Finalmente el partido había terminado en empate y lo habíamos pasado genial. Incluso Pablo, que había parado de bufar para concentrarse en el partido y en robarme las palomitas de maíz.Todavía me quedaba ir a ver a Joao, pero mis amigas decidieron dejarme ir sola y esperarme en el auto, y habría salido genial si Gavi se hubiera olvidado sobre la segunda condición, o a lo mejor no tomársela tan en serio, pero estaba actuando como si fuera mi guardaespaldas. No dejaba de estar a mi lado ni siquiera un segundo. Así que bajamos con Pablo hacía los vestuarios sin dirigirnos la palabra.
Llegamos cuando todos ya se estaban yendo, así que solo quedamos Pablo y yo en el pasillo. Le escribí a Joao diciendo que le estaba esperando afuera y esperé a que saliera. Cuando salió se veía aun mas lindo que lo que recordaba. Sonreí y me acerqué a abrazarlo.
-Hola meu anjo. - me susurra Joao al oido mientras me corresponde el abrazo. -Te extrañe tanto.- me vuelve a susurrar mientras me abraza un poquito mas fuerte.
Cuando estaba por decirle que también lo había extrañado escucho una tos falsa bastante fuerte de más. Me separo un poco de Joao y sonrío incómoda al ver a Gavi de brazos cruzados y con el ceño fruncido.
-Ah, Joao, te presento a mi guardaespaldas personal, Pablo Gavira.- digo señalando a Gavi mientras seguía abrazando a Joao de costado.
-Si, si, ya tengo el gusto.- dice Joao mientras le estira una mano para presentarse - Gracias por hacernos de coartada.- vuelve a hablar mientras le sonríe y sacude su mano.
Pablo asiente sin mirarlo y suelta la mano de Joao para volver a cruzarse de brazos.
-¿Quieres que te muestre el vestuario?- me dice Joao mientras sonríe. Me río ante la propuesta y a lo idiota que se sonó, Joao se suma a mi risa y me tapo la cara con las manos por la vergüenza del momento.
-No. Nos están esperando, Candela.- dice Pablo con un tono medio agresivo.
Lo miro enojada y le hago señas con la mano para que se vaya. Pablo niega con la cabeza y pone sus brazos en jarra mientras espera para que nos vayamos.
-Bua, que pesado.- susurro más para mis adentros.- Es verdad, me esperan. Pero fue muy bonito verte aunque sea un ratito.- le digo a Joao y sonrío mientras le acomodo el pelo.
-Por favor vuelve pronto a Madrid, que me estoy volviendo loco.- dice mientras pone sus manos en mi cintura y me acerca mas a él.
-Vale, voy a ver si me puedo dar una escapada un día de estos.- le digo para abrazarlo una vez mas. Joao hunde su cabeza en mi cuello y deja un beso que me hace reír.
-Nos vemos Gavi, muchas gracias por acompañarla.- dice Joao una vez que nos separamos. Pablo, que estaba apoyado en la pared viendo algo en el móvil, levanta la cabeza y lo mira incrédulo.
-No lo hice por ti, capullo.- le dice seco y me agarra de la mano arrastrándome para irnos.
-Pablo!- le digo enojada y por lo bajo. No quería armar una escena.
Al ver que Gavi no me suelta y empieza a apurar el paso, me doy la vuelta y modulo un "lo siento" a Joao, quien sonríe y me lanza un beso.
Una vez dentro del ascensor me suelto bruscamente del agarre de Pablo.
-¿Cuál es tu problema? No tenías por qué ser tan idiota.- le digo enojada.
-Joao Felix es mi problema. No puede ser tan imbécil, joder. - dice en un tono igual de agresivo que el mío. Lo miro incrédula y le golpeo el hombro.
-Ni siquiera lo conoces. Parece que es tu especialidad, odiar gente sin conocerla.
-Si que lo conozco, hace lo mismo con todas las chicas.
-Ya, porque tú eres un santo.- le digo largando un risa nasal.
-Te hace venir hasta aquí, te dice todo eso y ahora llega a Madrid a follarse a otra.- me dice sin mirarme mientras se abre la puerta del ascensor y sale camino al auto.
Estaba tan descolocada que no pude responderle nada. No sabía si estaba enojada o triste. Lo seguí y me subí al auto sin decir nada. Mis amigas me esperaban ansiosas para contarles de mi interacción con Joao, pero les dije que simplemente lo había saludado y me quedé callada todo el camino a casa.
Cuando llegamos las chicas se despiden, pues volverían a Madrid después de una noche en el hotel, y me bajo junto con Pablo. Abro la puerta y subo directo a mi habitación ignorando los saludos de mis hermanos.
Llego, suelto la cartera y me tiro boca abajo en la cama. Con una simple oración Pablo Gavira había logrado dejarme el autoestima en el piso y cuestionarme todas las decisiones de mi vida. Lloraba porque sabía que tenía razón. Sabía que por mas que Joao me tratara bonito y tuviera un montón de gestos hermosos él no quería nada serio conmigo, solo quería enseñarme el vestuario. A lo mejor solo servía para eso, para que me lleven a la cama un par de veces y ya está.
Siento como tocan la puerta del cuarto y no respondo deseando que quien sea que estuviera detrás se fuera. Abren la puerta y giro para verlo.
-Vete.- le digo mientras lo veo sentarse a un costado de la cama.
-No era mi intención herirte, pensé que Joao no significaba nada para ti. Pensé que era alguien con el que te divertías y listo. Lo lamento Cande.- me dice bajo tratando de justificarse.
Me levanto y me siento quedando a la altura de él. Me limpió las lagrimas y lo miro. Pablo me acomoda el pelo y hace una mueca al ver que había estado llorando.
-No me cae bien Joao pero a lo mejor estoy super equivocado Cande. A lo mejor es diferente.- vuelve a hablar bajo sabiendo que estábamos a tan poca distancia que lo iba a escuchar.
Sonrío y niego mientras me acomodo un poco el pelo.
-No, no estas equivocado. Es solo que me dolió escucharlo tan fuerte y claro.- le digo mientras elevo los hombros.
-Es mi culpa, los atraigo. Siempre estoy rodeada de problemas y conflictos. Nunca puedo darle oportunidad a los que quieren algo sincero.
-No es tu culpa que todos sean unos idiotas. Me incluyo en la bolsa.
-En eso tienes razón, eres un idiota por completo.
-Lo sé.- asiente Pablo.- No sé por qué estaba tan enfadado.
-Todo te enfada. Vives enfadado.
-Que mentirosa eres. Soy de corto temperamento, pero no vivo enfadado. Joao tiene una cara digna de sacar a cualquiera de sus casillas.- Me sonríe y me limpia la última lagrima que estaba en mi cara. Ruedo los ojos y suspiro para luego tirarme de nuevo en la cama. Me muevo para hacerle entender que quiero que se vaya.
-Vale, vale. Buenas noches Cande.- me dice Pablo mientras se levanta y me tapa con las sábanas.
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quieren que la siga? 💗💗
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delicate- pablo gavi
FanfictionDonde Candela Gonzalez, la cantante del momento, es obligada a mudarse a Barcelona con sus hermanos y dejar su mala reputación detrás. O donde Pablo Gavira es el mayor hater de la hermana melliza de su mejor amigo, Pedri.