VII

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Habia pasado un par de dias desde que habia visto aquella escena, no opinaba mucho del tema mas que repugnancia, aunque entendia que eran hermanastros, algo dentro mio no aceptaba lo que miraba, despues de todo estos chicos habian crecido juntos... ¿No es así?. Mi señora a actuado desde ese momento algo esceptica, su mirada quizas muy perdida, callada, pero ciertamente tranquila.

Supongo que en algún momento me habia adaptado a su manera en estos dos meses que pasaron, meses que se volvieron para ella interminables. Presentia que eso me decia su mirar, me miraba de reojo y no mostraba señales.. Quizas si quiera ni le gustara aquello.

Ciertamente una noche donde tenia algo de frio, ella llego a mi puerta, realmente esa noche no logre conciliar el sueño, pensaba en la señorita Frisk y en mi hermano que en esos momentos ni si quiera sabia de su paradero, deseaba saber, pero a la vez aquel sitio no estaba echo para esas cosas.

Aquella noche mientras cerraba mis ojos tratando de descansar pude sentir en el fondo de mi pecho como alguien me observaba desde una estadia algo cercana, cuando abri mis ojos y me sente en aquella cama, pude observar con atencion como en una esquina oscrua de la habitación habian dos ojos observantes, brillantes de un rojo carmín demasiado inusual.

Debo de recordar que el principe Asriel tomaria un viaje muy pronto de ida a otro reino y no sabriamos de el por mucho tiempo. Lo que significaba que la tranquilidad pronto se iria y volveria aquel sentido de ser de mi señora, eso siempre me preocupo realmente, pero esa noche no me preocupe, supongo que pense que eso no sucederia tan rapido.

-. Esqueleto...- Menciono muy lividamente como si la voz le pesara dolorosamente, vi como aquellos ojos se alzaron ante mi en una dirección diferente, se habia levantado de donde sea que estuviera sentada.

Me levante rapidamente y me quede helado de pie, tenia mi ropa usual para dormir, ropa que antes como civil fuera de los muros de aquel castillo usaba, se me hacia nostalgico usarla, pensaba en mi hogar.

-.Esqueleto.- Menciono una vez mas, de cierta manera silenciosa, susurrada pero clara, con un asento poco conforme.- ¿Que haces despierto?.- Me pregunto mientras su figura se hacia presente ante la luz de la luna que pasaba por la ventana ante aquella gran porcion de mi habitación.-¿ Acaso alguna vez te ordene.. No dormir?.- Su voz se escuchaba tremula, casi forzada.

Mire hacia al suelo, me aterraba ver aquellos ojos brillar de aquella manera, se me venia a la mente muchas cosas al verlos. Entre estas cosas, el color de la sangre.. 

Se acerco un poco mas hacia la luz donde finalmente se reflejaba el brillo de sus aretes, collar, y sobre todo lo que poseia en ese momento en su mano, que poco a poco hizo alzar mi rostro para apreciarlo mejor, en aquel momento no lo habia comprendido del todo, no hasta mirar su rostro, en el dibujado una sonrisa de oreja a oreja, y en su mano.. Lo que brillaba con tal fulgor, un cuchillo.

No me habia dado cuenta en ese momento que aquella mujer estaba cubierta de sangre desde la cabeza a su pies. Ladeo su cabeza por un momento, parecia amenazante, mis manos temblaron por un corto lapso de tiempo en el que me parecio eterno, no deseaba que me viera completamente atemorizado, aun así, aunque trate de ocultarlo, ella rio complacida.

Se acerco lentamente, sus ojos se encontraban ciertamente irritados como si hubiera llorado, pero realmente de estos despendia una secreción espeza de color negro, tomo mi menton en un movimiento de rapidez que no pude captar y coloco "gentilmente" bajo mi cuello el cuchillo, volvio a sonreir esta vez mas tranquila y no exagerdamente..

Me quede callado, mirando firmemente en dirección hacia la oscuridad mientras recordaba algunas cosas, no podia moverme. Mi seoñora realmente era fuerte..

-. No se por que me tomas en duda..Pero eres muy temerario despues de todo...- Me tomo con mucha mas fuerza, podia oler el olor bizarro que era el acero, aquella mezcla de sangre y chocolate y un leve olor de su boca que era sin duda el de su labial, este era a cerezas.

Mire sus labios brillantes, cosa que hizo que perdiera miedo ante la situación, aun asi quede helado, completamente quieto mirando en dirección hacia las paredes del cuarto, el suelo, se encontraba manchado, habian pisadas de sus pies.

-.¿ Seguiras tomandome en duda?, o prefieres ayudarme. Sans?.- Me pregunto mientras movia mi cara bruscamente haciendome ver sus ojos.

-. ¿Que desea que haga su esclavo por usted mi princesa?.- Ella rio y me miro a los ojos sus mejillas se tornaban nuevamente rosadas, como era habitual en ella.

-. Princesa..?.- Su voz resono en mis oidos muy sutilmente, entonces hizo que le mirara nuevamente a sus ojos.

-. ¿Que desea que haga su esclavo por usted mi reina?.-  Entonces esbozo un sonrisa delicada, solto mi cara con la misma agresividad, habia comprendido que habia asegurado mi supervivencia.

-. Limpia este desastre Sans. Cuando termines ve a mi habitación..- Mire su mirada completamente entornada y una sonrisa descarada. Picara sin dudas..

Asentí, en ese momento no sabia que eso quizas se repetiria mas de una vez pero, me parece correcto no adelantarme no?, apenas les he contado lo que pasara despues, aquella mujer no habia dejado sus actitudes genocidas lo que no era sorpresa, aquella noche habia matado algunos esclavos que tenian su horario nocturno, simplemente me soprendi de la suerte que tuve alguna vez cuando antes tenia mis posiciones nocturnas.. Tuve suerte, de no aparecer en alguna de sus noches donde salia por sed de sangre.






..Como un esclavo..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora