Me fue difícil más no imposible conciliar el sueño, estaba pendiente de Leah, de lo que le sucedió y eso me hacía estar pensativo, porque sé que aunque ella no lo diga está herida.
El simple hecho de tratar de imaginar lo que le sucedió a manos de ese desgraciado, me hace hervir la sangre. Lo haría pagar a como dé lugar, le dije que se alejara de ella, se lo advertí, pero no prestó atención a mis palabras, entonces yo no haré caso a sus putas acciones y actuaré.
Jamás esperé ver a Leah como la encontré, desaliñada, asustada y temblorosa, en sus ojos pude percibir el miedo que tenía.
Me inquietó que trató de huir de mí sin éxito, por eso apresuré el paso hasta posarme a su espalda. Supongo que por lo asustada que estaba pensaría que sería el imbécil de su ex.
Cuando en el auto noté su ropa desgarrada y su mejilla hinchada pensé lo peor, por mi mente pasó que él se había propasado aún más de lo que ella se atrevía a confesar, todo para que no le partiera la cara al muy imbécil.
Me atacó la rabia, el deseo de venganza y todo lo que quería hacer era molerlo a golpes. Por un momento perdí el control, solo el llanto y las súplicas de Leah me trajeron a la realidad.
Aunque ella aún no sea mi novia, gozo plenamente de poder compartir mi tiempo con ella, de estar a su lado abrazándola, consolándola y acariciando su tierna carita que me mata cada vez que me mira con esos bellos ojos tan transparentes que tiene.
Amo robarle los besos que, en unas ocasiones se tornan fugases y que otras veces son más duraderos. Leah se encarga de hacer latir a mi corazón con su simple sonrisa, su sola presencia, con su ternura y lo hermosa que es por dentro y por fuera.
Haría todo por ella, por verla bien, porque nadie la hiera, por conservar su sonrisa y la pureza de su alma.
No es difícil llegar a la conclusión de que he caído en las redes del amor, de que le he abierto el corazón a una chica que llevo poco conociendo, pero que tenemos una fuerte conexión, puedo sentirlo. No sé si saldré con el corazón roto, pero siento que vale la pena intentarlo, vale la pena cada segundo que paso a su lado.
Es por ello que puedo asegurar...que no estoy dispuesto es que ese tal Joseph la siga molestando.
Me levanté de la cama y fui directo al baño, cepillé mis dientes, me duché y me vestí con lo primero que encontré.
Manejé directo a la universidad, quería esperar por ella y recibirla, así que salí del auto y me apoyé en la puerta, entonces la vi llegar a los pocos minutos con su amiga Helen. Leah traía el cabello suelto, tenía puesto un pantalón y un suéter cuello alto con mangas largas, aunque se veía linda su mirada estaba triste y aborrecí al idiota que borró su sonrisa.
Las saludé desde donde me encontraba y por un segundo pensé que no se acercarían, pero fue todo lo contrario. Leah caminó en mi dirección con Helen y ambas me saludaron, pude notar claramente que se colocó maquillaje en la zona afectada.
—¿Cómo estás? ¿Cómo dormiste?—me atreví a preguntale.
—Descansé que es lo importante.
No sabía si creerle o no, la observé detenidamente y esas ojeras delatan la mala noche que pasó, desvié la mirada para ver a su amiga cuando habló.
—No durmió Marc, tuvo pesadillas toda la noche—Leah le dió una mirada fulminante a Helen—. ¿Qué? No me veas así Leah, sabes perfectamente que es la verdad.
—Marc no tiene porqué saberlo—dijo con molestia.
—A mí me parece que sí, porque él se preocupa mucho por ti.
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Tan solo quiéreme
RomanceTras tres años de una relación "sólida" con Joseph Watson este le pide terminar. Para Leah, darse cuenta de que su mejor amiga, esa que consideraba su hermana, sale con su único amor le termina de romper el corazón. En su último año de universidad...