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Para: Daenerys Sayles
Mi amor, las cosas por acá se mantienen tensas. Todo parece indicar que no hay rastro del señor Tenebroso, sin embargo, me quedaré un tiempo indefinido para estar seguro que no hay peligro para el pequeño Potter. ¿Como se encuentran, y el pequeño Harry ?. Espero con ansias el poder reencontrarme con ustedes.
Con amor. Scorpius Malfoy
Suspira mientras mira a Harry quien se encuentra gateando hacia ella con una linda sonrisa quien al llegar con la mayor alza sus brazos. Mira como hace pucheros para ser alzas y rendida y divertida lo agarra, le da un beso en la cabeza.
—Hemos recibido correspondencia pequeño Harry. A que también extrañas al pesado de tu tío.
Miró ladeada mente a su tía y como si recordara de quien se trata comienza a dar pequeños saltos sentado y a gritar emocionado.
—Pronto lo veremos cariño. Hay que mandarle una carta.
Para: Scorpius Malfoy
Nos encontramos bien, hemos llegado a salvo y sin ningún problema al mundo Muggle. Harry se encuentra queriendo comenzar a caminar pero aún no lo logra y es un bebé calmado, quien sabe a quien se parecerá porque a sus padres no en ese aspecto. Cariño, espero que te encuentres bien y te mantengas a salvo porque si no lo haces espera a que te vuelva a ver. Te extrañamos, nos haces falta. Por cierto, Harry se puso como loco, se ha emocionado al escuchar que nos has escrito. Te amo, no lo olvides.
Con amor, tu esposa .
—Ahora lo que presenciaras Harry no lo tiene que saber nadie será un secreto entre nosotros—sacó su varita y murmuró unas palabras haciendo que desapareciera la carta—Dentro de unos cuantos años tu también tendrás una varita y yo estaré para enseñarte y ayudarte.
Harry balbuceó y recostó su cabezita en los hombros de su tutora. Le encantaba hacerlo porque recibía caricias en el cabello y tarareaba una suave melodía.
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Lo recostó en la cuna al ver que ya se encontraba dormido. Lo admiro por unos cuantos minutos, era tan pequeño y lindo, tan inofensivo. Amaba tener al niño a su cuidado, desde que se hizo cargo del bebé siente una linda calidez y conmoción al recordar a sus mejores amigos. La vida del pequeño hubiera sido un martirio si se hubiera ido con su familia Muggle, ella lo sabía, no lo aceptarían y lo hubieran tratado diferente, no con el cariño que merecía. En cambio, en ella encontraría lo más cercas a una familia, no le faltaría amor.
Ella se encargaría de ello, le daría todo lo que esté en sus manos y lo que no haría todo por dárselo, no fallaría a la promesa que hizo. Su prioridad sería darle una buena vida a su pequeño ahijado y hacerle saber que no está solo y que en un futuro tendría sus brazos abiertos para consolar a su pequeño Harry, la luz de su vida.
El pequeño se removió incómodo, no encontrando su cobija con la cual solía dormir todas las noches. Se apresuró a taparlo con aquella cobija verde que le regaló cuando se enteró que vendría en camino, en cuanto lo hizo se dejo de mover y volvió a dormir.
—Dulces sueños mi pequeño—susurro besando la frente del bebé y mientras se asegurara que todo estuviera en orden. Velando los dulces sueños de Harry.
