Cap 16 °Ilusiones°

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El toque de Lucifer en mi espalda fue delicado, casi como si estuviera hirviendo. Sentí sus dedos trazando las líneas de la runa grabada en mi piel, y un escalofrío me recorrió, que me dejó sintiéndome extrañamente vulnerable pero innegablemente cautivada. Giré ligeramente la cabeza, intentando ver a Lucifer que estaba detrás de mí y su presencia se sentía sofocantemente cercana, la habitación parecía haberse minimizado a nuestro alrededor y mi corazón latía con fuerza en mi pecho, mis nervios estaban al límite mientras sentía que la tensión en el aire aumentaba. Las runas de mi cuerpo, generalmente inactivas y apenas visibles, comenzaron a latir con un gran brillo Lucifer se puso de pie y su proximidad desapareció repentinamente, dejando un vacío, aunque pronto se volvió a acercar a mi oído.

Sus palabras susurradas llegaron como espinas. "No te hagas ilusiones, Edith", siseó, con su voz en un tono amargo. "Nunca podría meterme con una simple humana como tú."

Estaba perpleja, mientras la decepción me abrumaba. Había sido una tonta al pensar que Lucifer era capaz de tener cualquier emoción además de las pútridas emociones y sentimientos del inframundo. La risa de Lucifer resonó en la habitación, un sonido burlón que atravesó mis pensamientos mientras esta se retiraba de la habitación sin decir una palabra más, dejándome sola, esto fue un duro recordatorio de que yo era un mero peón para Lucifer.

La furia hervía dentro de mí, una ira me consumía, me sentí ridiculizada, manipulada y atrapada en este reino infernal. Sabía que tenía que encontrar las llaves pronto y escapar de aquí, pero también entendí que el tiempo se estaba acabando, pero aun así no quería seguir en este lugar. Con la furia dentro de mi decidí tomar el asunto en mis propias manos, no podía confiar en Lucifer ni en nadie más. Transferí la runa de mi espalda a las páginas de un cuaderno, trazando cada línea y curva con cuidado, mientras analizaba la runa, comencé a notar patrones juntando fragmentos de significado escondidos. Entonces, me topé con un verso dentro del cuaderno que me hizo sentir un shock de comprensión. Insinuaba la ubicación de la siguiente llave, el versículo hablaba de la imposibilidad de ver la espalda de Dios, un concepto profundamente arraigado en las creencias religiosas me di cuenta de que la siguiente llave no estaba escondida en un lugar si no que, en una persona, la siguiente clave, al parecer, era encontrarse cara a cara con el mayor traidor de Jesús, una representación de todo lo que Dios castigó o dio la espalda justo cuando estaba viendo esta revelación, un golpe resonó en la habitación, interrumpiendo mis pensamientos.

La puerta se abrió, revelando a Drazzor "Señorita Edith, la cena esta lista"

Le agradecí a Drazzor asintiendo y le dije "Estaré allí para cenar" Viendo como Drazzor se retiraba y rápidamente, me puse el vestido dejé que mi cabello cayera en cascada sobre mis hombros. Mientras me dirigía a la sala principal, murmuré para mis adentros "No hablaré con ella, no participaré más en sus juegos". Mis interacciones con Lucifer no habían sido más que una serie de manipulaciones, y estaba decidida a terminar con eso y dejar atrás este lugar lo más rápido posible. Entre en la sala principal, una cámara roja que parecía extenderse hasta el infinito, en el centro una mesa larga estaba repleta de un extravagante festín de comida humana, platos que no había visto en lo que me pareció una eternidad. Lucifer estaba sentada majestuosamente a la cabecera de la mesa, y su presencia exigía atención y respeto.

"Siéntate, querida, y disfruta", ronroneó Lucifer, sus ojos carmesíes sosteniendo los míos con una intensidad que hizo que mi corazón se acelerara. Dudé sólo un momento antes de tomar asiento en el otro extremo de la mesa, lo más lejos posible de ella. Un cocinero entró en la habitación, colocando un plato de comida delante de mí y otro delante de Lucifer. Comencé a comer en silencio, centrándome en el sabor de los platos familiares y en la urgencia de mi misión.

Lucifer, sin embargo, parecía decidida a romper el silencio. "Dime qué has descubierto", instó, su voz era una tentación sedosa que amenazaba con arrastrarme a su red una vez más.

◈Mordiendo la Manzana◈ Lucifer x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora