Cap 22 °Ya ha comenzado a ocurrir°

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Me desperté cuando sentí un calor abrazador en mi cuerpo como si me estuviera asfixiando, miré a mi alrededor y vi la habitación de lucifer siempre me parecía tan asombrosa. La suavidad de las sábanas y la calidez del lugar me hicieron sentir segura, como si estuviera en casa, como si siempre fuese bienvenida aquí, cuando me di cuenta estaba envuelta en los brazos de Lucifer, el mismísimo rey del infierno. Noté que Lucifer me abrazaba posesivamente, como si temiera que pudiera escapar de sus brazos en cualquier momento, mientras apegaba mi rostro a sus senos y sus piernas envueltas alrededor de mi cuerpo. Me mantuve quieta, no quería romper ese preciado contacto, incluso si no entendía del todo lo que significaba, este momento para ella. Mi mente estaba llena de preguntas, pero también había una sensación de calma que nunca antes había experimentado.

Lucifer de repente abrió los ojos, y su mirada se encontró con la mía. Su rostro estaba cerca del mío, y pude sentir su aliento cálido en mi piel, cuando me abrazo más cerca de él, parecía sorprendido de verme despierta. Me pregunté si él también había dormido, aunque él siempre había dicho que los demonios no lo hacían.

"Nunca duermo, pequeña" ...-Susurró con su característica voz seductora como si leyera mis pensamientos y antes de que pudiera abrir la boca para realizar una pregunta escuche nuevamente como hablaba. "Lo sé, no hay razón por lo que me haya tenido que quedar aquí, pero esta vez... esta vez fue diferente. La sensación de tenerte a mi lado fue...bueno...digamos encantadora.

Lucifer y yo estábamos envueltos en las sábanas de la lujosa cama, sentía su cuerpo cada vez más cerca del mío, como si la atracción entre nosotros fuera imposible de evitar. "¿Acaso Puedes leer mi mente, Lucifer?" ...-Dije en tono de broma ante sus interrupciones anteriores.

Lucifer se río con una risa profunda y coqueta. Acercó su rostro al mío, y su aliento cálido me hizo sentir una extraña sensación de cosquilleo por todo el cuerpo. "No puedo leer tu mente, Gatita. Pero con solo mirar tu rostro, sé exactamente lo que quieres decir. Eres como un libro abierto para mí" ...-Dijo mientras mi rostro se sonrojaba y pensaba en como en tan poco tiempo podía conocerme mejor de lo que incluso podía yo misma conocerme, como sin decir una palabra podría saber exactamente lo que quería decir. Aunque una sensación extraña y poco cómoda se aferraba a mi estómago, pero dejé de pensar en ello rápidamente cuando nuestros labios se unieron en un apasionado beso, y el mundo desapareció a nuestro alrededor, mientras sentía su lengua recorrer mis labios y pedir acceso, por lo que cedi y sentí sus labios y boca posesiva reclamar la mía, con hambre y furia mientras dejaba marcas de mordiscos en mi labio inferior.

Pero de repente, un dolor agudo atravesó mi pecho como un rayo. Sentí como si me estuvieran asfixiando, como si algo dentro de mí estuviera luchando por salir. Aparté los labios de Lucifer con un gemido de dolor, y mi cuerpo comenzó a convulsionar. Lucifer me miró con sorpresa y luego con pánico mientras mis manos se aferraban a su ropa, y mi espalda se arqueaba por el dolor. Pude sentir cómo mi cuerpo generaba un destello de energía que iluminó la habitación. El mapa y las llaves marcadas en mi cuerpo brillaban intensamente, como si estuvieran cobrando vida propia. Grité de dolor mientras el dolor se apoderaba de mí, y en medio de ese tormento, supe que algo había cambiado en mi interior. Mi cuerpo se retorcía de dolor, y un grito desgarrador escapó de mis labios. Las llaves y el mapa en mi piel seguían brillando intensamente, y el dolor parecía no tener fin. Sentí que me desmayaba, como si la agonía me hubiera llevado a un oscuro abismo.

Pero en medio de la penumbra que amenazaba con devorarme, sentí un par de manos fuertes sujetándome con ternura. Lucifer me sostenía, y su voz resonaba en mi mente con preocupación y cuidado. "Edith, ¿estás bien? ¡Despierta!" me llamaba con angustia.

Abrí los ojos, aunque apenas podía mantenerme consciente. Mi mirada se encontró con la suya, y pude ver la preocupación en sus ojos. Sentía el collar que me mostraba como suya en mi cuello y el abrumador dolor que irradiaba de mi cuerpo, y supe que él también lo sentía. Pero a través del dolor insoportable, apenas podía responderle. Mis labios se movían, intentando pronunciar palabras, pero solo salían gemidos de angustia.

◈Mordiendo la Manzana◈ Lucifer x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora