Cap 25 °Estallido de emoción°

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El momento de la decisión de Lucifer fue como un fulgor celestial y un estallido de sombras que desafiaban las leyes mismas de la existencia. La sangre demoníaca de Lucifer fluía de sus venas, creando una séptima llave que se formaba en el éter del cosmos. Era un acto de amor y sacrificio, un desafío a las fuerzas que guiaban el destino.

La llave, un resplandor entre la luz y la oscuridad, se lanzó en dirección a Edith. Encajó perfectamente en una cerradura invisible en su corazón, desencadenando una explosión de energía que dejó a todos los presentes momentáneamente cegados. Runas celestiales se desplegaron por el cuerpo de Edith, como un mapa estelar grabado en su piel. En medio de este asombroso espectáculo, el corazón de Lucifer se elevó en el aire, desprendiéndose de su pecho. Flotaba en dirección a Edith, una manifestación tangible de su esencia. Aunque un acto de amor y redención también era un adiós a la oscuridad que había sido parte de él desde tiempos inmemorables.

El mundo, en ese instante, se detuvo. La existencia misma parecía sostener la respiración mientras el destino yacía en una encrucijada. Entonces, como si el tiempo volviera a su curso, unos ojos se abrieron. Los ojos de Edith parpadeaban en desconcierto mientras yacía en el suelo, sintiendo la realidad regresar a su alrededor. La magnitud de lo que había ocurrido aún se desentrañaba ante ella, mientras el universo se reorganizaba tras el extraordinario acto de amor y sacrificio que acababa de presenciar.

°POV Edith°

Me encontraba en un estado de confusión abrumadora, mi mente lidiando con el vértigo y la extrañeza que se apoderaban de mí. Miré a mi alrededor, intentando comprender la magnitud de lo que acababa de ocurrir. Lucifer, encadenado al suelo mientras sus alas se encontraban enredadas entre cadenas que le impedían volar, y cuando mire mis manos un corazón estaba en ellas, me sorprendí ya abrume sin saber que había ocurrido durante mi inconciencia y mi mirada también se dirigía hacia la figura de un hombre mayor Dios, aunque no la esencia celestial que había imaginado anteriormente, sino una presencia que irradiaba sabiduría y dureza.

En ese momento, las palabras parecían innecesarias. No se pronunció ni una sola sílaba entre Lucifer y Dios. Todo quedó en un silencio pesado, solo interrumpido por el latir de mi corazón y el que tenía en mis manos y la contemplación de lo que se había desatado en el universo

Sentí mi cuerpo brillar con una intensidad que nunca había experimentado. Las runas, ahora más prominentes en mi piel, parecían vibrar con una energía divina. El terror se apoderó de mí al ver cómo Lucifer palidecía. Su figura, la del Rey del Infierno, estaba encadenada y debilitada. Mi corazón latía con fuerza mientras me levantaba con cierta dificultad. Corrí hacia Lucifer, sintiendo la urgencia de abrazarlo, de ofrecerle la única muestra de consuelo que podía dar. Los grilletes que lo ataban resonaron con el eco del lugar, y mientras mis brazos lo rodeaban, podía sentir el calor de su piel, la misma piel que había enfrentado desafíos inimaginables por mi causa.

Mis brazos rodeaban a Lucifer con fuerza, como si pudiera protegerlo de todo mal. El silencio entre nosotros se rompió cuando escuché su voz, su halago resonando en mis oídos. "Te ves hermosa", dijo, y no pude evitar sonreír con cierta melancolía con un sentimiento lleno de amor y preocupación, ya que a pesar de su situación seguía siendo ella misma.

La realidad de la situación me envolvía como una sombra, y rogaba en mi interior que todo esto fuera solo una pesadilla de la que pronto despertaría. Le hablé a Lucifer, "Por favor...no es momento, dime por favor...como puedo ayudarte, podemos hacer algo, solo dímelo...debemos quitarte esas cadenas vamos ". Pero sus palabras, melancólicas y resignadas, resonaron en el aire: "No hay nada que hacer. El destino ha tomado mi esencia, y un simple humano no puede vivir siglos."

La verdad de sus palabras me golpeó como un puñetazo en el estómago. Era consciente de que Lucifer había sacrificado su propia existencia por la mía, y la magnitud de ese acto se apoderó de mi ser. En medio de los gritos de Dios que resonaban en el fondo, "ESTUPIDO SABES LO QUE ACABAS DE HACER...HAS ROTO EL CICLO DEL UNIVERSO MISMO SOLO POR UNA NIÑA" oí gritos mientras sentía un dolor punzante en el corazón.

◈Mordiendo la Manzana◈ Lucifer x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora