Cap 23 °Desicion tomada°

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Lucifer se encontraba en un estado mental tumultuoso, intentando asimilar las enigmáticas palabras de Dios. Habría sido el tipo de situación en la que Lucifer desafiaría a Dios y exigiría respuestas y bueno siendo también muy sincero lo habría insultado, pero la urgencia de salvar a Edith superaba cualquier deseo de confrontación en ese momento.

Antes de que Lucifer pudiera articular sus pensamientos, Dios, en su esplendor celestial, elevó a Edith entre sus manos divinas. Lucifer, con un destello de recelo en su mirada, no pudo evitar preguntar con desesperación: "¿Puedes salvarla?"

Dios observó a Lucifer con una mirada que parecía penetrar su ser. La respuesta que pronunció resonó en el santuario celestial y dejó a Lucifer atónito. "La salvación de Edith depende de tus propias elecciones y del amor que la rodea. Puedo ser una guía, no un salvador. Debes entender, Lucifer, que el destino de las almas está entretejido con las decisiones que toman en su viaje."

Lucifer apretó los puños con frustración, pero sabía que las palabras de Dios tenían una verdad innegable a pesar de su odio sabia Dios estaba diciendo la verdad. Aunque poseía poder divino, su capacidad de influir directamente en el destino de Edith era limitada desde el momento en que ella había tomado el libro en sus manos.

Edith, suspendida entre las manos de Dios, parecía estar en un estado de paz celestial. Su figura irradiaba una luz suave y tranquilizadora. Lucifer, aunque confundido por la situación, no podía negar la belleza de la escena.

Dios miró a Lucifer con comprensión. "Tú también tienes elecciones que hacer, Lucifer. No todo está predeterminado. Ahora, deja que el destino siga su curso." Lucifer, sintiendo una mezcla de impotencia y determinación, observó cómo Edith quedaba a merced del destino, esperando que las elecciones que ambos habían hecho los condujeran hacia un futuro en el que pudieran estar juntos, pero en el fondo Lucifer no estaba dispuesto a dejar que el destino se llevara a Edith de su lado, era demasiado posesivo y receloso con lo que era suyo y en estos momentos Edith era suya y no la dejaría ir por nada del mundo.

Lucifer, con una mirada de determinación y un toque de desafío en sus ojos, hablo con un tono de exigencia hacia Dios "Cuida de Edith mientras no estoy... por lo menos sé que puedes servir para eso... y no te quedes mirando como siempre lo haces" Antes de partir, sin embargo, una advertencia resonó en el espacio celestial.

"Lucifer... recuerda que hay consecuencias y un precio que pagar por las elecciones, no debo detener el destino por eso son ellos mismos lo que deben salvarse yo soy una mera guía" Dijo Dios mientras Lucifer sentía la impotencia de las palabras de Dios, como se creía un ser superior que no debía intervenir, pero aquello para él era solo un discurso absurdo sentía que dios cuando quería actuaba y enviaba un diluvio y plagas pero solo cuando su ego frágil era herido, porque cuando necesitaba ayudar él no lo hacía, por eso su corazón lo odiaba por completo, por sentirse tan superior para poder amar, para poder odiar pero que yo solo era mentira, y en su típico estilo desafiante, hizo caso omiso de las palabras divinas y se despidió del santuario celestial.

De vuelta en el inframundo, Lucifer inició su travesía hacia la caja que contenía las llaves y el libro que se volvía cada vez más blanco. El inframundo estaba en un estado de tensa expectación, como si el propio reino sintiera la urgencia de la situación. Lucifer caminó con paso firme hacia la caja, sus pensamientos centrados en Edith y en la oscura incertidumbre que rodeaba su destino. A medida que se acercaba, la caja parecía resonar con una energía misteriosa, como si anticipara la gravedad de la situación.

Al llegar, Lucifer observó la caja con intensidad, sus ojos brillando con una mezcla de determinación y ansiedad. Extendió la mano para abrir la caja, y en el momento en que lo hizo, una luz intensa y divina se desbordó, iluminando el inframundo con su resplandor celestial. Dentro de la caja, las llaves brillaban con un fulgor único, cada una conteniendo un destello de poder. El libro, antes casi en blanco, empezó a revelar inscripciones y escrituras que se desplegaban en sus páginas de color sangre como si fuesen escritas con el ardor y sufrimiento de la mismísima humanidad, revelando la historia y el destino de las llaves.

Lucifer, con los ojos fijos en la luz que emanaba de la caja, sintió la carga de la responsabilidad sobre sus hombros. Sabía que cada elección que hiciera en ese momento tendría consecuencias profundas no solo para él, sino también para Edith y el equilibrio entre los reinos. Lucifer sostenía el libro con una mezcla de asombro y angustia mientras leía los pasajes escritos en sangre. Las letras, como intrincadas pinturas que contaban una historia antigua, revelaban cómo se forjaron las llaves del destino y cómo, en algún momento perdido en el cosmos, el Vita linea se desvaneció en la oscuridad del universo.

En medio de su lectura, una serie de palabras resonaron en su mente con una claridad inquietante: "Cuando las llaves estén en unión, el cuerpo que ha obtenido la sabiduría comprimirá se formara como un ser iluminado, los huesos de su ser formarán el Vita linea". El corazón de Lucifer se hundió al comprender el significado de esas palabras. Edith, la poseedora de las llaves, estaba destinada a convertirse en el Vita linea, aquello resonó en su mente, aquel era el precio del que siempre las páginas y Dios hablaron el siempre lo supo, la idea de perderla, de que su esencia fuera comprimida en el tejido mismo de la realidad, le causó una profunda angustia.

Sin embargo, en medio de su desesperación, el libro pareció responder a sus pensamientos. Un nuevo pasaje brilló en las páginas, como si el destino mismo estuviera tejiendo nuevas posibilidades ante sus ojos. Lucifer contempló con atención los pasajes recién descubiertos en el libro, cuyas palabras resonaban en la profundidad de su ser. "Si bien las seis llaves son suficientes para formar el Vita linea, al vincular el cielo y el infierno en todo el esplendor del cosmos, el sacrificio es necesario para obtener la séptima llave. Esta, formará con los huesos y sangre de su portador el Vita linea. Sin embargo, en una parte recóndita del cosmos, un ser celestial ofreció un sacrificio tan grande que el propio talismán cobró vida propia, otorgando al destino la posibilidad de torcerse".

Lucifer sintió un destello de esperanza al comprender que existía una vía para alterar el curso de los acontecimientos. El sacrificio, un acto de amor o valentía que trascendiera las barreras entre el cielo y el infierno, podría ser la clave para evitar que Edith se convirtiera en el Vita linea. Tomando consigo las llaves y el libro, Lucifer desplegó sus majestuosas alas y se elevó nuevamente hacia el cielo. Cada batir de sus alas parecía cargar con el peso de sus cadenas, las ataduras que lo unían al infierno, pero estaba decidido a desafiarlas en busca de una oportunidad para salvar a Edith.

El viaje de Lucifer hacia el cielo fue marcado por un creciente conflicto interior. Las cadenas que arrastraba consigo parecían resistirse a cada aleteo, como si el propio inframundo se aferrara a su gobernante. Sin embargo, su determinación era inquebrantable. La esperanza, aunque frágil, se alzaba en su pecho mientras se dirigía hacia el reino celestial, preparado para enfrentar los desafíos que aguardaban en el camino.

◈Mordiendo la Manzana◈ Lucifer x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora