Vanesa: No lo entiendo, Ana -le digo al tiempo que aviento mi teléfono al sofá- hace ya unos días que regresamos a España y Mónica no me responde las llamadas, los mensajes ni siquiera los ha leído, te juro que no sé qué pasa...
Ana: Ay, Vanesa, yo no sé en qué momento te quedaste ciega, pero hasta yo tengo alguna idea de que es lo que pasa...
Vanesa: ¿Pero ahora que he hecho? No se de que hablas, Ana, tengo mas de una semana buscándola, me moría de ganas por volver y ella simplemente no me contesta, no sé qué le pasa, yo que esperaba darle una sorpresa al regresar sin avisarle y la sorprendida estoy siendo yo.
Ana: Si eso es lo que querías ¿entonces qué estás haciendo aquí? -me pongo de pie, y sonrío forzadamente encaminándome a salir del lugar- será mejor que pienses bien lo que estás haciendo, Vane... -digo cerrando la puerta tras de mí-.
Vanesa: Pero ¿¡pensar que, tía?! Ana, contéstame! -grito antes de verla cerrar la puerta frente a mi-
Es que simplemente yo no entiendo de que habla, en qué momento todos a mi alrededor se volvieron locos... -tomo una cerveza de la nevera, caminado rumbo al jardín, mientras selecciono un nuevo contacto y doy marcar-
¿Dey? Escúchame pesada, necesito saber de Mónica, así que, por fav...
Bea: Vanesa... sí, estamos bien, gracias por preguntar...
Vanesa: ¿Bea? -digo con sorpresa de escuchar su voz por el teléfono de Dey- yo, buscaba a... oh, sí, tienes razón, discúlpame, disculpa, ¿Cómo están? Tu, el bebé... ¡ok, ok! Lo siento, Bea... lo siento, pero necesito hablar con Dey, no se nada de Mónica, por una razón que no comprendo no contesta a mis llamadas y...
Bea: Vanesa, contesté yo porque es mejor por ahora que no lo haga Dey, te lo aseguro, por tu bien, es mejor así...
Vanesa: Pero, no entiendo, ¿Por qué no es bueno que hable con Dey? ¿Qué está pasando, Bea? Dímelo tú, ¿Qué pasa con Mónica?
Bea: ¿Dónde estás, Vanesa?
Vanesa: En Málaga, llegué hace unos días y...
Bea: ¿De verdad no lo entiendes? ¡mira más allá de tu espejo, Vanesa! -respiro profundo- discúlpame, tengo que dejarte ahora mi hija me necesita, en cuanto a Mónica, bueno, Vane, ella también estará ocupada... -digo antes de cortar la llamada-
Vanesa: ¡Bea, Bea! ¡No me cuelgues, carajo! ¡¿Pero qué les pasa a todos aquí, ah?! -digo bebiéndome la cerveza de golpe antes de ir por una más-
Luego de varias horas y cervezas, decenas de pensamientos revoloteaban en mi cabeza buscando una explicación a lo que estaba sucediendo, había algo en mi barriga que no me dejaba tranquila, y por primera vez en mucho tiempo, regresó aquella sensación de miedo que creía que se había quedado lejos de mí.
Cansada de dar vueltas por mi terraza, me decidí a caminar, no había dormido nada y podía sentir aun el alcohol dando vueltas en mis venas, tome las llaves de mi casa y camine con rumbo a la playa.
No sé cuánto tiempo caminé por la playa, los pensamientos, las dudas y el temor se estaban apoderando de mí, mientras yo trataba desesperadamente de hundirlos como se hundía la arena bajo mis pies.
Mientras veía las luces del alba, a lo lejos comenzaba a verse gente que disfrutaba trotando al amanecer, pero lo que más llamó mi atención fue una chica haciendo yoga muy cerca de mí, sonreí y tratando de ignorarla camine hasta la orilla de la playa, el agua se sentía fresca y la sensación de su contacto en mi piel, mezclada con el alcohol, se sentía verdaderamente delirante, simplemente cerré mis ojos y deje que mil pensamientos se apoderaran de mí.
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Entrelazadas... Algebra
FanficContinuación y cierre de Entrelazadas...¿Puedes sentirlo?