Cuando Lucas se fue de mi casa, encendí la televisión y puse mi playlist. No sabia vivir sin música.
Lo siguiente que hice fue coger el móvil para escribir un mensaje a Gerard, no le contaría nada, pero quería quedar con el para hablar todo lo ocurrido y preguntarle a el, sobre si realmente sabia que Noa tenia novio.
"Hola Gerard, tenemos que hablar ¿Tienes un hueco esta tarde?" La respuesta no tardo mas de dos minutos en llegar.
"Hola Moon, no. Lo siento, quede con Noa esta tarde." Parecía algo seco, pero no le di importancia.
Me despedí de el y por mi cabeza apareció una idea un tanto descabellada. Llamar a Leo. Pero a pesar de todo lo hice.
{- ¡Hola Leo! ¿Qué tal te va todo? - Intente sonar neutra.
- Bien ¿Y tú? ¿Todo bien?
- Sii, todo perfecto, a lo que venia. ¿Tienes plan para esta tarde? ¿Te apetece pasarte por mi casa un rato?
- ¡Ah! ¡Por mi perfecto!}
Terminamos de hablar y acordamos la hora para vernos. Me puse un chándal y baje a hacer la compra al 24h de al lado de mi casa. Compre pizza, arroz, salmón, aguacate y un par de cosas mas para hacer sushi, un par de bebidas y algo de picoteo. Cuando volví a casa me encontré a Leo en la puerta.
- ¡Vaya! Perdona la tardanza, fui a comprar y se me fue la noción del tiempo. - Me miro con cara rara.
- Moon, sabes que han pasado 30 minutos desde que hemos hablado, ¿Verdad? Y que aun no son las siete, que es a la hora a la que habíamos quedado. Pero no tenia nada mejor que hacer y no quería seguir aguantando bronca en casa, asique vine dando un paseo sin rumbo y acabe aquí. Supongo que es mi lugar seguro para escapar y por eso llegue aquí. - Mire a Leo con compasión. Lo conocía de hace mucho, no tanto como a Lucas, pero el y yo casi llegamos a tener algo hasta que me hice amiga de Noa y salí del plano de visión de Leo. Lo pase bastante mal, porque el me gustaba. Muchísimo. Pero ya lo supere y me convertí en su refugio.
Le abrace, sabia que para el no era fácil aguantar las peleas de sus padres en las que el siempre terminaba metido y con la culpa de haber empezado aunque fuese mentira. Le abrace. Porque sabia que Noa se había convertido en un apoyo para el después de que todo eso empezase, aunque nunca la había contado nada. Pero después de lo que estaba a pocos minutos de contarle no lo seria nunca mas, seria otra bolsa de basura que tirar.
Le abrace. Y note como el me apretaba contra su pecho y buscaba refugiarse dentro de mi, para que nadie lo viera.
Cuando subimos a mi casa Leo me ayudo a colocar la compra y después fuimos al salón. Saque una baraja de cartas y comencé a repartir, mientras vi como Leo se quitaba la sudadera. Entonces, en sus brazos vi marcas, moratones. Y en ese momento pasaron por mi mente dos opciones. 1. su padre lo había vuelto a pagar con el o 2. Había recaído en drogas. Nuestro grupo de amigos era un grupo de gente muy grande. Estábamos los de siempre (Lucas, Noa, Leo y yo) y luego toda esa gente pasajera como eran las chicas, o todos los novios de Noa. Yo nunca había tenido novio. Tenia muchos traumas en mi vida, y como el único hombre de mi vida tan solo aparecía de vez en cuando era muy de encariñarme, cosa muy mala para mi ya que todos se acababan marchando sin llegar a nada mas que una noche.
A mitad de la partida de cartas le solté la pregunta sin rodeos.
- ¿Y eso? - Pregunte mirando los moratones y las marcas.
- Ya sabes... Mi padre. - Zanjo con la voz un poco temblorosa mientras se rascaba la nariz. Mentía. Todo el mundo que miente se rasca la nariz mientras lo hace. Cosas de querer estudiar psicología.
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Andenes
RomanceLlevan 7 años de su vida coincidiendo en el mismo sitio cada mañana, hasta un dia. Que hizo cambiar el rumbo de las cosas, nunca habian cruzado una sola palabra, sabian de su mutua existencia, pero no se conocian, habian cruzado alguna que otra mira...