Preso de sus pensamientos.
Quería verlo, claro que sí, no era eso de lo que dudaba; sino de si era moralmente correcto. ¿Cómo reaccionaría? ¿Se asustaría? ¿Lo sacaría a golpes? o peor aún...¿Y si terminaba con él?
Era consciente del daño enorme que le había ocasionado, y estaba arrepentido, pero no lo suficiente.
Porque sí sería así, para empezar, no habría estado tirándose a otra en el nombre de Aether. No habría huido de su responsabilidad, y definitivamente no estaría vacilando en si entrar o no para intentar arreglar las cosas. Para pedir perdón.
Se acercó para observar a través del vidrio la habitación, ahí estaba él.
Sostenía un libro que él le había regalado, para que lo utilizara como un herbario y lo llenara a su gusto. Podía recordar aún el resplandor de los ojos del rubio aquella noche. Había sido una de las contadas veces que Ajax, como pareja, le prestaba atención a los pequeños aspectos que componían su personalidad o que le agradaban; a Aether le encantaban las plantas, a pesar de ser contadas las existentes en el reino.
Entonces esa navidad fue la mejor.Acariciaba la cubierta, precisamente un extraño orificio que tenía en el centro. Tartaglia siempre se cuestionó qué era, si faltaba alguna pieza allí, y concluyó en que a lo mejor era algún tipo de piedra o cristal que se le había extraviado. Buscó por todas partes alguna que encajara, pero le fue imposible.
Maldición, se estaba hartando, quería entrar, pero no podía. Sentía que no debía.
Lo que él no sabía es que el otro se había dado cuenta de su presencia desde hace bastante tiempo. Y que sus ojos derramaban lágrimas sin reparo; lleno de angustia y pánico.
Pero claro, Ajax era demasiado egoísta para notar aquello.
O quizás no.
La ventana fue abierta, el rubio sólo se quedó estático, esperando lo inevitable.
—Aether...
Reaccionó, levantó la cabeza incrédulo; la figura que él esperaba no era alta e imponente, sino más pequeña...
Más apacible.
—Uh hum, hola... —las palabras se atropellaron en su garganta, ¿qué carajos debía decir primero?
Para empezar, ¿por qué había entrado así como si nada? A duras penas y lo conocía, se estaba tomando atribuciones claramente incorrectas. Pero no pueden responsabilizarlo, o sea, sí, pero su cuerpo entró en automático al descubrirlo llorando.
Y después de lo que lo había enterado la joven del mercado...
Aether se quedó callado, su ritmo cardíaco estabilizándose, ya no se sentía vulnerable, era extraño, incluso se sentía en paz; más no dejó de estar confundido. Xiao volvió a decir, pues no quería incomodar más las cosas.
—Perdón, discúlpame, yo sólo... sentí que debía verte. —la preocupación era palpable en el tono de su voz, la manera en la que sus brillantes ojos dorados escaneaban todo su ser, la forma en la que su cuerpo inconscientemente deseaba acercarse, pero su autocontrol era más fuerte.
No estaba funcionando.
Dió un paso hacia adelante y fue cuando por fin el otro reaccionó, lo cual desalentó muchísimo al de cabellos oscuros, pues había retrocedido.
Tragó fuerte.
—T-te busqué para agradecerte... Me dijeron lo que te pasó, yo sólo quise-
No terminó de decir, pues Aether tan rápido como pudo se acercó a él, de forma en la que quedó al borde de la cama más cerca suyo, y con él de pie observándolo tan espectante como inquieto, abrazó sus piernas. Finalmente volvió a desmoronarse como un muro mal hecho ante un huracán.
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Bloom into you
FanfictionEn un reino donde la corrupción llegó hasta los corazones de las personas, y destruyó la primavera, ¿podría florecer el amor? ☆XiaoAether; Xiao top - Aether bottom. ★Mención de otros ships. ☆Todos los personajes de la historia le pertenecen a HoyoV...