Reglas.

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Luego de un ajetreado día en la escuela, lleno de trabajos y materias exasperantes, decidí volver caminando a casa, no sin antes avisar a Damon.
Recogí mis cosas y salí de la cruel cárcel llamada escuela, cuando una mano atrapó mi brazo suavemente.

-Sueltame idio...- Callé sorpresivamente dejando escapar una risita luego. -¡Mark! No te había visto, ¿Necesitabas algo? -Le sonreí amablemente, mirando sus encantadores ojos café, mientras el me soltaba lentamente, cruzando sus ejercitados brazos sobre su pecho.

-Pues... ¿Te debo un partido de Fifa, no? Aparte quiero esos consejos lo antes posible.- Me miró serio para luego cabecear dejándome ver su Audi negro. -Andando Lía, mamá preparó la merienda para ambos.

Apenas oí la palabra "merienda", asentí enérgicamente, dando raros saltitos hacia el auto, donde el ya me había abierto la puerta. -Amo la comida, primero comemos y luego te pateo el culo, Bianchi.-

-No lo creo, Summers.- Murmuró cerrando mi puerta y entrando del lado del conductor, poniendo el auto en marcha hacia su casa. -¿Vives lejos de aquí? Quizás pueda llevarte a casa todos los días.-

-Mmmm... No. No vivo lejos, así que gracias, rubito.- Murmuré con una risita, cambiando la estación de radio y colocando "Heroes" de Alesso, mientras comenzaba a cantarla, debo admitir que tengo una voz de pito, pero eso no importaba.

Logré ver como Mark sonreía subiéndole el volumen y cantando conmigo a la par, ambos eramos terribles, pero al menos la intención de cantar estaba.

Unas cuadras mas adelante, estacionamos frente a una gran casa pintada de rosa pálido con portones negros.

-Bienvenida a la morada Bianchi, señorita Summers.- Comentó el abriendo mi puerta con un extraño acento. -Aquí sólo vivimos mi madre y yo, así que sientete como en casa, pequeña-

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Estuvimos un rato charlando y hablando tonterías mientras merendabamos, también aproveché y contesté las estúpidas preguntas de Mark sobre las chicas.

-¿Estas segura de que eso funciona?- Era como la undécima vez que me lo preguntaba.

-Mark... ¡Te he dicho que si, millones de veces!- Decía entre gruñendo y riendo, ya que con el era imposible enojarse.

-Buenas tardes. ¡Espero que estén disfrutando mi merienda! Soy una chef, ¿A que si cariño?- Pregunta sonriente una señora de entrada edad, aunque bastante joven, con ojos verdes y una sonrisa que derretiría a cualquiera. -Perdón por no presentarme, soy Johanna, la madre de mi pequeñín Mark.

-Mamá, por Dios. Me avergüenzas siempre.- El revoleó los ojos mirándome, completamente rojo.

-Un gusto Johanna. Soy Lía Summers, amiga nueva de Mark.- Dije con una amplia sonrisa, esta señora ya me caía muy bien. Se debía ir, así que nos despidió con un beso a ambos y se marchó.

-Bueno, Bianchi. Hablemos de las reglas sobre enamorar a una chica:

1- Un mensaje de buenos días.
2- Tener una foto con ella en las redes sociales y fondo del celular.
3- Recordarle lo hermosa que es.
4- Besarle la frente.
5- Abrazarla y besarla cuando esté enojada.
6- Presumirla con amigos y familia.
7- No molestarla cuando está en sus "Días".
8- Apoyarla en todo momento.
9- Escucharla y hacerla reír.
10- Amarla y Respetarla.

Mark suspiró dedicándome una sonrisa. - ¿Algo mas, Summers?-

-Nada, Bianchi.-

(Foto de la madre de Mark en multimedia).

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Pueden matarme, lo acepto. Es que con todo el tema de la secundaria y el cierre de notas y todo, estuve bastante complicada. ¡Aqui otro capítulo! ¿Les va gustando? Comentad plis.

Besos,

~Mica~

Quarterback.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora