Capitulo dedicado a SofiaCentofanti
Tuve una tarde bastante entretenida con Mark, había descubierto muchas cosas sobre él, cosas que ambos teníamos en común. Era un chico bastante atlético y bastante atento. Tuvo la delicadeza de acercarme a casa, no sin antes repetirme como 20 veces seguidas que esta noche habría una fiesta en la casa del Quarterback. Según Mark y Alice, las fiestas que daba el odioso OConell eran las más prestigiosas de la ciudad, aunque aún no me fiaba de eso.
Al llegar a casa y ver una nota pegada en la heladera, mi ceño se frunció levemente tomándola entre mis manos.
"Salí con los chicos del equipo, no iré a casa ya que luego West hará una fiesta en su casa. Cuídate, te quiere, Damon xx"
-Genial- Pensé mientras sacaba del refrigerador un poco de jugo, sirviéndolo en un vaso y bebiendo luego. Una vez hecho esto, tomé mi mochila y me dirigí a mi cuarto, ya que tenía bastante tarea de historia para hacer y, viendo al amargado profesor con el que teníamos la materia, decidí hacerla para ahorrarme molestias con él.
Luego de haber terminado con la tarea, me deshice de mi ropa, tomando un relajante baño, el cual necesitaba desde la pelea con West. En mi cabeza no podía dejar de pensar como un chico que parece tan perfecto, que vive en una mansión y que tiene todo lo que puede desear tal y como él lo tiene, podía ser tan indiferente con las personas, sin molestarse en herir sus sentimientos.
Suspiré dándome por vencida y después de haberme secado el cabello, lo único que podía oír era como mi cama me llamaba para que me recostara sobre ella, y así lo hice, sin dejar que pasen más de dos minutos, en los cuales ya me encontraba profundamente dormida.
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-¡Levanta tu culo de ahí, Summers si no quieres que te mate con mis propias manos!- Fue lo primero que mis sentidos percibieron luego de esa larga siesta, debido a lo que podía observar a través de la ventana, ya era de noche. Ese lindo paisaje se interrumpió debido a una malhumorada Alice que me observaba con sus brazos en jarra a punto de regañarme nuevamente.
-No digas nada, Alice. Ya me levanto, ya.- Dije con pesadez, tallándome los ojos mientras la observaba atentamente. No lo había notado, pero Alice llevaba puesto un vestido suelto y unos altos tacones de aguja, también se encontraba maquillada, aunque sus ojos estaban cubiertos por sus cómodas gafas.
-¡Al fin! Llevo sacudiéndote como media hora, Lía. Mark vendrá por nosotras en menos de veinte minutos, mueve u culo y vístete, te he dejado la ropa en el baño.- Cuando escuche que tenía menos de veinte minutos, corrí al baño, observando el hermoso conjunto que Alice había elegido para mí.
Luego de haberme vestido, me mire en el espejo y me decidí por un maquillaje no tan intenso, un poco de delineador y rímel, mientras que en los labios un color rojizo suave, no tan exagerado.
-He terminado, ¿Cuándo crees que Mark lleg...?- No pude terminar la frase ya que el sonido de una bocina se escuchó fuera de la casa. Sonreí para mis adentros mientras observaba a Alice bajar las escaleras. La seguí a paso firme, tratando de no caerme con los tacones que mi adorada amiga había elegido para mí.
Al salir fuera, Alice ya estaba dentro del auto, así que simplemente abrí la puerta del copiloto y le sonreí a un asombrado Mark que me observaba bastante asombrado. – Te ves increíble, Summers, ¿Tendré que cuidar tu trasero toda la noche?- Murmuró el muy divertido, guiñándome un ojo mientras un carraspeo se escuchó en la parte de atrás del auto.
-Basta de coqueteos, Bianchi y arranca el auto que queremos llegar a esa fiesta.- Dijo Alice, a lo que no pudimos aguantarnos una pequeña risita junto con Mark.
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Miraba a mi alrededor completamente atónita, la casa de West se veía bastante distinta, varios autos se encontraban estacionados fuera de esta y había millones de chicos y chicas en su patio delantero mientras nosotros entrabamos a la casa. Mark susurró algo de como que se iba a buscar bebidas y se marchó, dejándonos a Alice y a mí, solas.
-Vayamos a la barra- Dije cerca del oído de Alice para que me escuchara, la música retumbaba en cada centímetro de la casa. Mientras me abría paso entre la gente, muchos me observaban. Las chicas de manera repelente y los chicos o dedicándome una sonrisa, o simplemente un guiño.
Estábamos sentadas en los taburetes de la barra "improvisada" de West, mientras charlábamos animadamente. De pronto, uno de los amigos de Alice, apareció y se la llevó consigo. No pude evitar sentirme algo fuera de lugar, así que tome el último trago de mi bebida y me encaminé hacia la planta superior de la casa, buscando el baño.
-Dios...- Susurré mientras abría cada una de las puertas, al parecer ninguna era el baño, me quedaba una por abrir, una vieja puerta de roble con un picaporte de plata. Al poner la mano sobre este y tratar de abrir la puerta, algo erizó completamente mi piel.
-Si vuelves a tocar esta puerta, me encargaré yo mismo de que nunca entres en mi casa, Summers.- Susurró esa voz ya tan conocida para mí, muy cerca de mi cuello. Me giré mirándolo fijamente a los ojos.
-Buscaba el baño, Idiota.- Dije con un tono de enfado en mi voz y corrí escaleras abajo, dejando a West, plantado allí arriba.
Nuevamente fui hacia la barra, no había rastro de Alice. Me pedí otro trago, mientras observaba a una chica a mi lado. Tenía el cabello negro ondulado hasta su cintura y unos ojos verdes, que difícilmente pasarían de desapercibido. Ella se giró abruptamente y fue cuando sus ojos hicieron contacto con los míos. Soltó una pequeña risita al observarme y chasqueo la lengua.
-Así que tú eres la famosa nueva, Lía Summers, ¿No? Antes de que otro te lo diga, mantente alejada de West, no es un muy buen chico para ti, fresita. Podrías salir lastimada, y créeme cuando te digo, que West... No es un chico con quien jugar,- Susurró de una manera escalofriante. Mientras esas dos esmeraldas verdes soltaban una gran amenaza.
-----------------------------------¡De vuelta y con nuevo capitulo, comenten que les pareció y comenten si quieren dedicatoria! Dejadme su voto.
~Mica~
(Foto look de Lía)
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Quarterback.
Teen Fiction¿Conocen esa sensación de ser esa chica nueva en el instituto? ¿Esa primera impresión que causas en los demás el primer día? ¿Ese remolino de emociones al conocer a gente nueva? El miedo y la adrenalina se juntan para darte el pequeño empujón o mejo...