La última noche en el paraíso

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Los días habían pasado, Georg había regresado y la confianza que me tenía era mucho mayor. Podría decirse que me estaba hasta tratando bien ¿Raro no? Cómo sea, los días pasaban y aún veía a Tom casi diario, siempre con la excusa de cosas de la escuela y claro, en la escuela también nos veíamos.

Tom ya sabía que Georg quería que nos fuéramos a vivir lejos, así que nuestro plan era escaparnos, Tom, Bill y yo. Lejos muy lejos de aquí, solo necesitaba un momento adecuado, Georg estaba algo ocupado y muy preocupado desde que regreso de Stuttgar, había mencionado que tal vez regresaba para allá unos días y después vendría por mi para irnos. Así que, cuando regresará yo ya no estaría aquí. Por fin estaría con Tom sin nada que nos detuviera, sin problemas, viviendo felices él y yo. Amándonos más que nunca ¡Qué estúpida!

Salí de la ducha con una bata y me recosté en la cama, mi pelo aún seguía mojado y pequeñas gotas recorrían mi rostro. Sentía mi cuerpo totalmente liviano, una extraña sensación recorrió por completo mi cuerpo dándome una descarga por completo. Solté un gran suspiro y me recosté boca abajo. Cerre los ojos un momento hundiendome en un momento de paz, ese sentimiento de paz que algunas veces sentía cuando me cortaba o cuando estaba con Tom. Sentí unas ligeras manos recorriendo mi cuerpo lentamente, haciendo que la descarga se presentará una vez más en mi.

- ¿Qué ocurre cariño? - preguntó Tom mientras tomaba lugar junto a mí. Mantuve la mirada fija en la pared mientras Tom veía el techo

- ¿Por qué tengo está extraña sensación? - note como Tom giraba la cabeza para verme yo mantuve la mirada aún en la pared

- ¿Qué sensación? -

- Él vacío en él pecho, él nudo en la garganta. Me siento en paz. Pero, mi corazón está hecho pedazos ¿Por qué me siento así de nuevo? -

- ¿De nuevo? - preguntó Tom mientras se recostaba boca abajo también, me miró una vez más y trato de llamar mi atención tomándome de la mano. Ni siquiera lo mire.

- ¿De nuevo Lana? - preguntó una vez más, preocupado.

- El día que me intenté suicidar, días antes de hacerlo me sentía así, no fue hasta que lo intente y me sentí en completa paz, me sentí.. liberada. Hasta que Georg entro por la puerta y me encontró casi inconsciente totalmente drogada y con algunos cortes en las muñecas. - hable sin mirarlo, escuché su garganta tragar saliva repetidas veces, intentado ahogar el nudo de su garganta.

- Tal vez te sientes así porque estás apunto de ser libre, en menos de dos días seremos libres. Tú, yo ¡Nosotros! Jamás serás infeliz te lo prometo - sus manos tomaron mi barbilla obligandome a verlo, dió un pequeño beso en la comisura de mis labios, un beso cálido lleno de amor su piercing frío dió otro choque a mi cuerpo, Tom se separó de mí y sus ojos se abrieron por completo al topar con mi rostro. Un brillo salto de sus ojos, su mirada era la de un niño pequeño cuando ve un truco de magia. Por un momento me pregunté ¿De verdad él era un mujeriego? Y ahí me di cuenta que Tom sólo era un niño más, intentando encajar en la sociedad, alguien que lloraba cuando le decían "marica" a su hermano, alguien que está totalmente destrozado después de saber que su novia fue violada por su ex.

Admiré sus rostro por un minuto, pude ver mi reflejo en sus ojos, los míos estaban vacíos y tristes, me acerque lentamente a sus labios, cerré los ojos al sentir nuestra respiración chocar el beso fue totalmente lleno de amor, nuestros labios danzaron juntos lentamente, sentí el calor de sus manos en mi cintura, sentí su lengua jugar lentamente en mi boca, algo lento, simplemente disfrutando el momento, en un momento subió de tono, me tomo con fuerza de la cintura y me dió la vuelta en la cama, quedó encima de mi aún besándome, se separó algunos centímetros de mí para tomar aire. Sus ojos, esos jodidos ojos que me volvían loca.

- Si alguna vez piensas en suicidarte, mírame, tócame, golpearme a mí, mátame a mi. - mis ojos se abrieron por completo, esas palabras me habían arreglado por completo lo amo, de eso no hay duda.

Lo bese una vez más ahora más apasionados, algunos segundos después Tom se separó de mi boca, sabía que tenía miedo, miedo de romperme, miedo de tocarme y hacerme llorar. Pero él no sabía que yo moría por qué le tocará, por saber que él me estaba tocando de nuevo, que quitará rastro de Georg y, dejara el suyo, me miró con algo de miedo, miedo a romperme.

- Hazlo - susurré, haciéndole saber que estaba bien. Tom asintió levemente y antes de volver a besarme ví mis ojos en el reflejo de los suyos. Ahora ellos brillaban como las estrellas en las noches. Y en cuestión de segundos volvimos a unir nuestros besos, nuestra alma una vez más. Si tan solo hubiera sabido que esa sería la última noche en el paraíso, jamás hubiera dejado que ese beso terminará, que esa noche terminará.

𓍊𓋼★ 𓋼𓍊

No tuve el valor para terminar conmigo antes. Es por eso que estoy aquí de nuevo

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