Controlada por el diablo

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Georg me golpeó unas cuantas veces más después de violarme, dejándome un ojo morado el labio totalmente roto y el brazo morado. Se sentó en el lugar del copiloto mientras ponía un cigarrillo en su boca

- Eres mía ¿Entiendes? - me miró por el espejo y dió un suspiro a su cigarro, para después encender el auto

- Si veo a Tom cerca de ti o veo una llamada, lo mató. Te estaré vigilando -

Me quedé callada evitando que las lágrimas salieran, pero está vez de rabia. Había regreso a la mierda de antes, volví con Georg, volví con el maldito diablo que me controlaba.

- ¿¡Escuchaste!? -

- Si..- murmuré evitando llorar de irá y comenzar a golpearlo, para después llamar a Tom y que él mismo lo matará.

Manejo un buen rato Georg hasta que paro el auto y me miró por último vez por el espejo

- Bájate -

- ¿Qué? -

- ¡Qué te bajes mierda! -

No dije nada, abrí la puerta lentamente y baje con cuidado adolorida por los golpes, mire por todos lados, no reconocía el lugar y el sol todavía no salía

- Te voy a estar vigilando y más te vale no hablar con nadie, si no quieres que Tom este muerto junto al marica de su hermano -

Sin más arrancó el carro y me dejó ahí, a mitad de una calle que no reconocía, camine sin rumbo llorando, estaba jodida más jodida que nunca, sólo pensaba en Tom necesitaba hablar con él. Lo llamaría le contaría lo sucedido y lo mataría y, así yo podría ser feliz con él
¡Si eso voy hacer! Corrí sin rumbo hasta que doble la esquina de una calle y reconocí donde estaba, camine más rápido ahora en dirección a mi casa. Abrí la puerta subí a mi habitación corriendo entre a mi cuarto, estaba totalmente oscuro y olía a tanta marihuana combinado con ropa sucia, cigarro y dios sabrá cuántas cosas más. Encendí la luz dejándome completamente ciega, la cabeza comenzó a darme vueltas y de repente solté las lágrimas, la vista se me nublo quería llorar morirme, pero no podía hacerlo, necesitaba hablar con Tom lo necesitaba...

Busque el teléfono por todos lados hasta que di con él, lo tome desesperada las manos me temblaban y seguía con la vista nublada, busque el contacto de Tom  me quedé unos segundos pensativa ¿Y si Georg se enteraba? Probablemente lo mataría inmediatamente lo torturaria y me obligaría a verlo todo, entre en desesperación, no podía respirar bien mi cuerpo daba pequeños temblores me dolían las piernas y, todos los golpes que me había dado, me dolían los muslos de todas las heridas de los cigarros y que Georg había abierto con sus manos. La cabeza me explotaba, llevaba días sin salir de mi habitación Siempre con la luz apagada, haciendo que ahora me dolieran los ojos, apague la luz y abrí mi cortina dejando que entraran unos pequeños destellos de luz, provenientes de la luna, tome el teléfono decidida a llamar a Tom, pulse su contacto y me lleve el teléfono al oído, comenzó a sonar me quedé parada unos segundos hasta que mi mirada choco con el espejo, mire mi cuerpo mi cara, mi cabello ¿Era yo? No podía reconocerme me di asco por un momento tenía el teléfono aún en el odio

"Nadie te va a querer como yo entiéndelo eres una puta"

"Sólo sirves para follar"

                   " Te ves horrible así"

" Nunca te van amar"

Las palabras de Georg sonaron en mi cabeza, aparte el teléfono de mi oído y lo avente con todas mis fuerzas al espejo, el teléfono cayó al piso totalmente destrozado, él espejo se había hecho anicos, pero aún me podía ver reflejada en él. Me quite la playera, la luz de la luna iluminó mi flaco y herido cuerpo me mire al espejo con un asco que jamás había sentido, Georg me había violado, Tom me había engaño me grito que nunca me amó, caí en las drogas de nuevo, renuncié a mi trabajo, deje de hablar con Jesse después del beso, mi mamá ya no estaba tanto en casa y mi hermana tampoco, mi vida había regresado a la misma mierda de antes, la diferencia era que yo ya no quería estar así y quería estar con Tom. Lo amaba lo amo. ¿Pero de qué servía eso? Soy un asco ahora, nadie me quiere y Georg me lo había dicho. Si hablaba con Tom solo lo matarían y, no permitiría eso. Así que solo me quedaba ser la maldita zorra controlada por el diablo.

Me di una ducha a las 5 de la madrugada, talle con fuerza mi cuerpo, quería arrancarme la piel, me sentía sucia, más sucia que nunca, había tenido sexo con muchos chicos, pero, jamás me había sentido tan sucia como con Georg, aparte me había violado, estaba parada bajo el chorro de agua, abrí la llave caliente, pegó con mi espalda, salía más caliente y caliente hasta que comenzó a quemar por completo mi espalda, hice una mueca de dolor por el ardor que me estaba causando pero me quedé quieta, necesitaba quitar cada rastro de Georg. No aguante más y cerre la llave de golpe sentí mi cuerpo punsar por completo, me ardía tanto, probablemente me había hecho quemaduras de primer grado pero no me importo, me seque con furia todo el cuerpo haciendo que me doliera aún más. Me puse mi sostén y una playera larga me tire en mi cama y llore hasta quedarme dormida, me desperté hasta las 3 de la tarde por el sol que entró en mi habitación pegandome por completo en la cara, tome las cobijas tapándome la cara con ellas, cerré los ojos intentando dormir de nuevo, pero mi estómago gruño, abrí los ojos como platos y recordé que no había probado bocado en unos cinco días, me levanté molesta de la cama y camine hasta la puerta, la abrí lentamente y mire de un lado a otro para verificar que nadie estuviera en casa, baje las escaleras con cuidado, entre a la cocina y abrí la nevera. ¡Sopresa no había nada que comer! Cerré la nevera con un golpe  que retumbó todo.

¡Aaahg! Grite internamente subí hasta mi habitación saque una sudadera y me puse unos pantalones holgados, no me moleste ni en verme al espejo, solo tome un gorro y me lo puse, tome unos lentes negros y me lo puse para tapar el ojo morado, subí a mi carro y maneje hasta el mercado, estacione el auto y me baje para entrar, compré algo de pan para tostar y un poco de mantequilla, tenía antojo de algo de chocolate ¡Galletas! Era lo único que me podía poner de ánimo, quería hacerlas yo misma así que compré todo lo necesario y un poco de fruta. Me forme en la caja con la cabeza cabizbaja me puse el gorro del suéter encima de mi gorro negro, para evitar ser vista por alguien, pague las cosas y salí lo más rápido de ahí, pues tenía un presentimiento que me ponía nerviosa, salí del mercado como rayo, estaba muy cerca de mi carro

- ¡Lana! - cuando escuché que me gritaron abrí los ojos al reconocer esa voz me quedé congelada, no podía voltear no podía ponerlo en peligro.

𓍊𓋼 ★ 𓋼𓍊

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