Capítulo 8 HADES.

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He pensado que podría estudiar literatura, hoy me he sentido muy romántica estudiando los clásicos.

Es el efecto O’Ryan claramente. Porque nunca he sido la chica más romántica del mundo.

Allie está dando brincos sin cesar (como siempre) pidiendo los detalles oscuros de mi primer beso.

-¡Te ha mordido! Oh Dios, que travieso. Vamos James, quiero los detalles sucios.

-Eres una pequeña perra -Reímos, sabemos que es la verdad.

Nos encontramos a Elliot cuando vamos a la oficina del señor Jackson, aprovechamos de concretar los detalles para la escapada de esta noche al ensayo.

Técnicamente es el mismo plan que el del lunes, solo que Allie no estará en mi casa.

Elliot me entrega un frasco de pastillas, las reviso y veo que son somníferos y de los fuertes.

-No voy a darle todo este frasco a mi madre, ¿qué estás loco?

-Sólo te llevarás tres, escóndelas en tus zapatos si es necesario. Le darás una al llegar y luego le das otras dos. No pasara nada, mi padre se las toma cada noche y está vivo.

Es un poco perturbador que esté pensando hacer esto. Allie mira con asombro a su hermano, creo que ella no sabía de esto.

-¿Por qué no puedo darle una sola a mi madre? No quiero hacerle daño Elliot.

Él me mira como si fuera idiota.

-Tu madre está consumiendo mierdas que seguro son más fuertes que esto y es mejor irnos por lo seguro.

Vaya... No sé cómo sentirme respecto a esto. Tomo las pastillas, las escondo en mi chaqueta (de manera provisional) y voy a mi sesión.

***

El anochecer llego más pronto de lo que esperaba. La primera píldora para dormir se la di a mi madre en un vaso de agua que tenía en la cocina, cuando llegue. En estos momentos voy a su despacho con las otras dos pastillas trituradas y temblando de miedo.

Toco la puerta y entro cuando mi madre me autoriza. Está inclinada con gesto de dolor, se apoya en su mano izquierda y mira hacia mí entrecerrando sus ojos. Le entrego un cuaderno con una nota del señor Jackson y le digo que debe firmarla.

Ella cierra el portátil y se gira de espaldas a mí para leer la nota, yo aprovecho la oportunidad y vierto todo el contenido en un vaso de lo que creo que es jugo de naranja. Revuelvo suavemente con el dedo y ella se gira de inmediato, sorprendiéndome con el dedo dentro de su vaso de jugo. Temiendo por su reacción, intento relajar mi rostro.

-¿Puedo tomar un sorbo?

Ella relaja su gesto y asiente mientras finjo tomar, ella firma el papel. Tomó mi cuaderno cuando me lo ofrece, estoy por irme cuando llama.

-Madeline, voy a dormir, estoy muy cansada, no quiero que me molestes, así que si ya esto es todo retírate.

Doy gracias al cielo por el ingenio de Elliot.

-Es todo madre.-luego de decir esto, me voy a mi cuarto a prisas.

Busco un jeans claro y una camiseta rosa que convino con un suéter blanco y sandalias blancas. Me doy unos toques de rubor y brillo nude, rizo mis pestañas, y espero a que pase el tiempo.

Repaso mi día para no perder la paciencia y sonrio. Ian regresará la próxima semana y tendré una cita con él, por fin.

La emoción de nuestro primer beso regresa a mí con fuerza, estallo silenciosamente de emoción.

Hades (Trilogía Hades libro 1).   Historia Registrada bajo El Número 23082851606Donde viven las historias. Descúbrelo ahora