Hades (Trilogía Hades libro 1). Historia Registrada bajo El Número 23082851606

Capítulo 19 El hombre del Traje Blanco.

El apartamento, estaba decorado con mucha extravagancia. Las paredes eran de brillantes tonos naranjas, y habían muebles junto a una pantalla de TV enorme. Había opulencia debido a los cuadros pintados a mano, los adornos estrafalarios, y estatuas de lo que parecían ser mujeres sin ropa. Era horroroso.

Él hombre del traje blanco, me tenía bien sujeta por la cintura y me decía cosas vulgares al oído, ni siquiera me dejaba hablar. Abrió la puerta de lo que debía ser la habitación principal y unas sábanas blancas con almohadones dorados decoraban la gran cama.

Según él plan de Boris, debía asesinar a este hombre quien lideraba la competencia del Clan de Carter. Eso debía hacerlo en media hora, de manera eficaz así, cuando llegará la gente de Carter, tomarían posesión de todo. Desde las armas y la gente, hasta el territorio. Cada vez que le preguntaba a Boris porque, yo debía hacer esto, me daba una respuesta diferente. Decía que debía probar que sería una esposa fiel a la Bratvá, o decía que era más fácil para una mujer acercarse a un hombre cachondo, y matarlo. Creo que la respuesta era una combinación de ambas.

El hombre del traje blanco, me observaba como si fuera un trozo de carne. Se acercó a mí, y percibí en él, el aroma del vodka mezclado con el sudor. Mi corazón latía desbocado, y sentía que mi respiración fallaba, esta reacción le agradaba. Intente una vez más advertirle de lo que sucedía, pero me hizo callar con una de sus grandes y ásperas manos.

-Desde que te vi, en el club, supe que debía hacerte mía. Tu belleza es incomparable. Y yo siempre obtengo las cosas que son únicas.

No soy una maldita cosa.

-Para, por favor. Estás en peligro...

Él se burló de mí, y empujándome a la cama, se subió encima de mí.

-Nadie me dice que paré. Soy el amo de esta ciudad, del mundo.

Me retorcía, con fuerza debajo de él, hasta que me zafe de sus brazos. Intenté salir pero un jalón en mi cabello me impidió continuar. Sentí como lamió mi cuello y luego mordió con fuerza arrancándome un grito de dolor. Gire mi cuerpo y le solté una bofetada.

-Eres un imbécil. Estoy tratando de ayudarte, ¡maldición!

Él se tocó su rostro, y corrió hacia mí, yo me monte encima de la cama pero, aún tenía los incomodos tacones, y me tambaleaba hasta que me torcí el tobillo, y caí. Desorientada en el suelo, intente ponerme de pie, cuando el hombre del traje de blanco, jalo de mis cabellos y levantándome, me regreso la cachetada. Rebote hacia la cama, y toque mi mejilla que sentía en llamas. Estaba perdida una vez más, si no hacia lo que me habían ordenado, iba a morir o seria violada. O quizás ambas.

Las lágrimas brotaban de mis ojos, y sentía como dentro de mí, la oscuridad y el frio, rompían mi alma. La voz de mi agresor, llego atravesó la niebla del dolor.

-Este juego me ha encantado. Creo que te pagare más por esto.

Apartando el cabello de mi rostro e incorporándome, vi que había un gran bulto en su entrepierna. Él la sujeto con orgullo, y me sonrió con malicia.

-Cada centímetro, será tuyo.

Me dio la espalda, y comenzó a desnudarse.

Del fondo de mi mente, escuchaba las palabras de Boris.

“Son ellos o tú, niña... A ninguno de esos cabrones les temblara el pulso para matarte”.

Era cierto. Pensé en mi familia, en mis mejores amigos y en Ian. Si yo moría, se perdían hasta las esperanzas vacías de poder verlos otra vez. No podía permitirlo.

En cuanto el hombre del traje blanco tomó asiento de espaldas a mí, quitando sus zapatos, saque los cuchillos que estaban atados a mis muslos, y arrastrándome a gatas me agache tras él.