Capítulo 3

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Nathaniel

La luz del sol se asoma, el color anaranjado que la distingue se cuela por la ventana diciéndome que me levante, hay trabajo por hacer. Me preparo para seguir mi labor y poder completar lo que me comunicó el ministro.

Agarro las llaves del Mercedes y me voy a dar unas cuantas vueltas por las calles de República Dominicana. Los bosques de este país son hermosos y ni se diga de las playas, el Mar Caribe se asoma por el cristal viendo los barcos llevando la mercancía. Hay algunos agentes encargados del tráfico, los semáforos siguen sin funcionar correctamente y la música merengue suena de fondo. Este país contiene mucha cultura, una hermosa y significativa cultura.

—Ya voy para allá— le aviso al director.

Cambio de ruta directo a darle la comunicación y a contar toda la historia de principio hasta ahora.

Mis nudillos tocan la puerta y la madre es la que se presenta.

—Buenos días— me dice— ¿Qué necesita?

—Buenos días, necesito hablar unos temas con usted y su esposo, por favor—le cuento mi propósito— soy agente del FBI.

—Yo sabía que esto venía tarde o temprano— sus palabras me causan confusión ¿ella sabía sobre esto?— entra venga, voy a llamar a mi hija.

Me dejan tomar asiento, la madre va a despertar a su hija y avisa a su esposo.

¿Ellos saben sobre esto? Si es así, me ahorran tanta explicación. Eliana se presenta con sus padres, sus ojos de recién levantada me ven y me dedica una sonrisa de bienvenida. Lleva puesta mi sudadera y deja al descubierto sus piernas observando sus pequeñas estrías que dispone y los pequeños vellos que se evidencia.

—Hija mía, llegó el momento de contarte— dice su padre— ¿Quiere contárselo usted, agente? Ustedes son los que saben más que nosotros.

—De acuerdo— nuestras miradas se conectan— Eliana, posees un componente en tu ADN que, literalmente, eres un botón que puede causar un caos. Tú posees algo que anhela la mafia rusa obtener— su cuerpo presenta señales que dicen que su cerebro está a punto de colapsar— ahora mismo necesitamos que tu familia esté protegida y a los parientes que más conviven. Mientras más rápido mejor...

—¿Y mi carrera?— me interrumpe— ¿mis amigas?

—Serán transferidos a otros centros, la universidad donde estudias disponen de sucursales en Estados Unidos u ofrecer mayor seguridad; tu hermano será transferido a otra escuela. Lo que podemos hacer con tus amigas es comunicarnos con agentes y darle seguridad a ellas, al igual que otros parientes lejanos.

—¿Ustedes sabían esto?— pregunta ella a sus padres.

—Sí— le contesta su madre y le viene el mundo abajo por la respuesta— cuando cumpliste un año, nos visitó el mismo director del FBI a explicarnos todo. Nos dijeron que siguiéramos disfrutando de sus primeros momentos como sus primeros pasos y sus primeras palabras, mientras que estamos en esta casa. Esta casa posee cosas para que no nos puedan rastrear, al igual que en los dispositivos móviles poseen un chip o algo así para eso mismo.

—¿Me pueden decir el nombre del director?

¿Es mi padre?

—Nose decirte el nombre, ¿cuál director estuvo al mando en ese momento?— pregunta el padre.

—Andrew White— digo y ellos me confirman.

Todos los momentos que tuve con mi padre llegan como los mismos rayos, mi padre habló con ellos, mantuvo la seguridad de ellos. Ellos pasaron los primeros momentos de su hija, algo que ningún padre quiere perder. Él estuvo ahí para mí como lo hacía con cualquier persona.

ImplicadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora