Las calles de Washington D.C se presencian en las ventanas de la camioneta donde vamos mi familia a un nuevo hogar. La hermosa casa blanca, el letrero de Hollywood y las estructuras de un maravilloso hotel. La naturaleza y la gran fuente en frente del edificio hacen armonía y el entorno se ve hermoso.
Eso es lo que tiene el FBI, con tal de enseñar la placa pueden hacer cualquier cosa y claro, pueden conseguir cualquier cosa sin pagar ni un centavo.
Realizan el protocolo previsto sin mucho movimiento para que las personas que viven por estos alrededores no haga un caos. El piso en que vamos a morar esta demasiado alto por lo que veo en el ascensor donde mi familia y yo esta acompañada de dos federales con una pistola cada uno.
Las puertas se abren y los muebles modernos, la luz tenue, las cortinas cerrando todo cristal nos pone boquiabiertos. Mis padres y mi hermano están mirando toda esquina asombrados mientras que yo me estoy acercando a lo que ocultan esas cortinas, y es el hermoso cielo azul con esas nubes espesas que lo decoran. Los edificios más altos que tiene Hollywood se evidencian y puedo ver cada vehículo pasar como si fueran hormigas.
—Este es su nuevo hogar— la voz de Alonso me despierta. Él, Nathaniel y tres federales en el piso en que estamos— este es un lugar donde una parte de la seguridad cybernética que posee el FBI se encuentra en estas paredes. Eliana descansa, mañana tendrás que venir a la central. Tenemos que hablar sobre el asunto de la universidad— muestra empatía.
—Está bien, director— le dedico mi sonrisa.
—Bien, entonces, me tengo que retirar. Descansen— Alonso es el primero en salir, luego van los agentes y Nathaniel es quien cierra la puerta.
—Bien— mi hermano se adentra a los aposentos— ¿esto tiene Netflix?
Artem Markov
Todo lo que está a mi alrededor lo derribo por mi furia de encontrar la casa de la familia de la mocosa vacía. El FBI siempre arruinando los planes, siempre van por delante, pero muy pronto eso va a cambiar en cuanto pongan las manos en aquella persona que tiene lo que necesito.
Padre ¿cómo permitiste que se te fuera de las manos?
—Hagan lo que quieran con esto, el olor a federales sigue latente y da asco— dejo a mis hombres en el lugar mientras voy de vuelta a Rusia.
Las grandes puertas de mí supremacía me dan la bienvenida junto a mi hermosa esposa que posee a mi hijo en su matriz. Me apodero de su cuerpo y de sus labios de los cuales me enamoré.
—Hola princesa— mis manos se colocan en el pequeño lugar donde esta mi hijo— no la encontré.
—No te preocupes por eso, amor. Todo estuviera perdido si se llevarán las partes de la maquinaria que necesitas, así que hay mantenerlo protegido— sus delicadas manos están en mis hombros y sus ojos indican cansancio— sino lo logramos, esta hermosa criatura nos va a apoyar y va a seguir nuestro camino.
—Necesitas descansar, ven que te llevo a la cama— abrazo sus hombros mientras que la deposito en su cama dándole un beso en la frente y otro en los labios, luego me retiro a mi laboratorio.
Mi lugar favorito donde tengo prácticamente mi herencia, mi vida aquí, donde tengo los venenos más mortales que he experimentado. El personal sigue laborando con equipo de protección mientras que me enfoco en mi próxima creación.
Las zancadas hacen eco y me hacen reconocer que entra mi hermano mayor, Atlas Markov.
—Hermanito— su palma de la mano choca en mi hombro. ¿Porqué mi hermano mayor no quiso el puesto del mayor jerarca? Mi padre lo quiso así y ahora él se enfoca en armas de alto calibre.
—¿Encontraste los explosivos que te dije?— mis ojos no se desenfocan de la vista que me da el microscopio.
—Ya hice demasiadas misiones para conseguir eso hasta mataron algunos de los nuestros. El sonido de las armas al disparar sigue latente en mis oídos ¿encontraste a la chica?
—No, ni me lo recuerdes ya. Un viaje desperdiciado.
—¿Quieres que te diga un consejo?— afirmo— es mejor que disfrutes de estos momentos con tu esposa y tu hijo que en un par de meses nacerá, disfruta al máximo que te llame papá, sus primeros pasos, porque con una simple bala se esfuma todo. Es mejor hermanito.
Quiero enfocarme primero en conseguir lo que necesito, yo le brindaré todo lo que tengo en mis manos para que mi familia esté protegida, para cuando sea el más grande disfrutar aún más de todo eso.
—Me iré a cerrar a los ojos un momento, tantas misiones me va a dar un derrame cerebral.
Eliana
—¡¿Cómo que estas en Estados Unidos?!— por medio de la llamada dicen al unísono. Le cuento todo desde el principio sin decir el único detalle que a cada una de ellas las están protegiendo.
—¿Nathaniel? Manda foto— dice Dafne.
—Yo no tengo su número, nada más sé su nombre y ya está.
—Tengo un presentimiento de que en un par de meses estarás brincando encima de él— dice Abby.
—¡Abby! Cállate— ella es una de las personas que cuando se trata de sexo nunca falta.
—Confía en mi palabra, Eliana. Un agente del FBI, un papucho, que no se te escape.
—Él está siempre en otros asuntos, cosas de federales, él siempre estará ocupado. Nada más me buscó porque necesita proteger a Estados Unidos.
—¿Te sientes bien?— pregunta Angela y sé a lo que quiere decir— es el FBI, estarás bien.
Es el FBI, pero cometen errores. Empresas grandes y hasta el mismo presidente comete errores, de esos errores se aprende.
—Quiero ver la casa blanca, si eres tan amable de darnos un tour por Washington y si consigues que Obama nos mande un saludo sería un éxito— dice Dafne.
—Lo del tour claro que sí, pero ya el saludo es pasarse.
—Eliana, ya es hora de comer— escucho la voz de mi madre llamar.
—Mis amores, me tengo que ir— aviso.
—No se te olvide lo que te dije— me recuerda Abby y me da un guiño.
Mi tía junto a mis tres primos están en la mesa, al igual que mi familia. Un delicado abrazo le doy a cada uno menos a David que está de mal humor, supongo que le hace falta su poco de hierba. La comunicación nunca se detiene hasta que tocamos el tema.
—Espero que esto se acabe, no soporto tener un hombre vigilando cada paso que doy— dice mi primo Rubén.
—Eliana— le prestan atención a mi primo Sebastián— ¿Cómo llegó eso a tu cuerpo?
—Mañana investigaré, no te creas que cuando me encontraron no se me haya cruzado eso por mi mente.
El cielo está tornándose anaranjado, el sol se está ocultando y las nubes oscuras están en mi radar. La vista es bella y me hipnotiza bastante, duraría todo el día viéndolo. La escena termina con las estrellas dando un espectáculo digno de ver con la luna llena que me deleito.
Mis familiares se retiran dándoles una sonrisa para luego pasarme la noche viendo Netflix con mi hermano teniendo un poco de interés de lo que ocurrirá mañana.
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Implicada
AvontuurEstoy atrapada, no solamente por las dos mafias en cuestión, sino por un componente que corre por mi sangre, una maldita cosa creada por Aaron Markov, mi tío. Ahora soy como una especie de arma en la cual va más allá de lo convencional, soy un peón...