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<<<¿Me puedes dar la cola?>>>

\Narra Nene🐣✨/

Era un viernes común y corriente a las 3:50 de la tarde, estaba viendo que short me pondría para entrenar esa tarde cuando mi celular empieza a vibrar, dando a entender que alguien me estaba llamando. Lo tomé en mis manos para ver de quién se trataba, era Ateate, desbloqueado el celular doy a aceptar la llamada y escuchó a la voz saliendo de el.

–¿Aló?– habló ella

–¡Aló!– respondí entusiasmada

–Hola Nene, ¿cómo estás?– me contestó

–Bien ¿y tú?– le dije

–Casi del todo bien– eso me preocupó un poco

–¿Eh? ¿Por qué casi?–así que decidí preguntarle que le ocurría

–Porque no tenemos carro por el resto de la semana–

–Que mal, ¿y eso por qué?–

–Se le daño algo del motor y no quiere arrancar, ya lo llevamos para el mecánico, pero tendremos que esperar un tiempo– me contó la razón de su mal humor

–Que terrible, ¿que puedo hacer por ti?– quería ayudarla así que no dude en darle una mano

–¿Me podrías dar la cola?– preguntó, seguramente temiendo mi respuesta

–¡Claro! No hay problema– le aseguró con una sonrisa que claramente ella no podía ver

–¡Muchas gracias, Nene! No sé que haría sin ti, te debo una– me agradeció contenta por mi respuesta positiva

–Ni lo menciones, eres mi amiga y no puedo negarme, espérame en la entrada de tu casa a las 4:45– le informé para que estuviera lista y llegáramos temprano

–Entendido, de nuevo muchas gracias, no se cómo pagarte– me agradeció otra vez

–No es necesario, con tu gratitud es más que suficiente– me negué a recibir pago alguno, eso sería muy avaricioso de mi parte

–Oh vamos, por lo menos déjame comprarte un helado o algo– me insistió devuelta

–Bueno, si tanto insistes, ¿quien soy yo para negarme?– accedí a su propuesta

–Trato hecho entonces– concluyó

–¡Si!– asentí

–¡Nos vemos en menos de media hora entonces!– se despidió y colgué la llamada

¿Menos de media hora? Entonces que horas eran? Revise mi celular y eran las 4:17 ¡y yo ni me había ido a bañar!

Me di prisa y entre al baño para darme una ducha rápida y cambiarme. Ya lista baje a sala buscando algo para llevarme de merienda, tomé unos ponquesitos y me subí al carro, mi mamá me llevó directo a la casa de Ateate y ahí la pasamos buscando, al estar todos en el carro nos fuimos rumbo a la práctica.

–Holis– saludó con una sonrisa

–Holis– devolví el saludo

–¿Lista para la práctica de hoy?– le pregunté con entusiasmo

–¡Si! Ya quiero llegar y prácticar mi saque– mencionó casi con estrellas en los ojos

–¡Si y yo quiero practicar mis ataques!– digo para tomar mi celular y ver la hora

4:50 PM diez minutos antes de que empiece la práctica, estábamos al tiempo justo, me sentí feliz, casi nunca llegó temprano y por eso debo de trotar y calentar sola pero de todas formas por lo menos lo haré acompañada de Ateate.

Llegamos, saludamos, calentamos, practicamos, metimos algunos puntos, se nos quedaron algunos saques pero por lo menos está ves lo mandamos a volar los ataques y salvadas. Al finalizar la práctica estaba a punto de subirme en el carro cuando siento que algo se me olvidaba... No lograba recordar que era pero sentía que era algo importante, no lo pienso más y me subí, a nada de cerrar la puerta escucho un grito, alguien estaba gritando mi nombre, por lo oscuro que estaba no podía divisar bien de quién se trataba hasta que se acercó lo suficiente y pude ver qué se trataba de Ateate... ¡La había olvidado!

La pobre se subió al carro con la cara roja y la respiración agitada, me sentía culpable pero no podía evitar reírme de su rostro, pero me preocupe al ver que casi no hablaba, tenía la garganta reseca así que le ofrecí de mi botella de agua, la tomó y luego me pellizco.

–¡Auch! ¡Eso dolió!– exclamé sobándome la zona afectada

–¡Casi me abandonas!– me reclamó molesta por mí mala memoria

–Lo siento Ateate, tengo mala memoria– me disculpé con ella

–Me sentí abandonada– lloroqueó un rato en mi hombro

–Disculpame, deverás no era mi intención hacerte sentir mal– la mire fijamente a los ojos con una expresión de culpabilidad

– Está bien, pero prométeme que no lo harás otras vez– me pidió secándose el sudor combinado con pequeñas lágrimas, claramente falsas ella era una maestra de la actuación

–Si, si, lo prometo– dije para después soltar una carcajada

–Tks, no te burles, de verdad pensé eso– me miró feo

–Si, si, lo que digas, mejor ya vamos a casa– baje un poco su ventana para  que le pegará el aire y no le dé un golpe de calor

–Está bien– ahí concluyó nuestra plática y la dejamos devuelta en su casa

Fué un muy buen día, apesar de el hecho de que casi dejamos a Ateate olvidada en el gimnasio de la academia pero todo bien. Espero que esto no se lo vaya a contar a su madre, ella confío en mi para llevarla y yo casi la olvidó, lo bueno es que no pasó a mayores. Después de llegar, darme un baño y colocarme mi pijama, caí rendida sobre mi cama y en los brazos de Morfeo, estaba muy cansada de este largo día.

¡Ateate, me gustas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora