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<<<Día de físico>>>

\Narrador Omnisciente/

"Para ser un atleta de alto rendimiento deben tener muy buena resistencia y fuerza, así que ahora en adelante tendremos un día de técnica y otro de físico"

Esas eran las palabras que rondaban por la mente de la pobre Nene, el profesor les había puesto ha hacer 15 minutos trotando sin parar como calentamiento. Luego de terminar ese tiempo salieron corriendo todos para tomar agua.

Ella sabía perfectamente que ese día el profesor podía sacarles la chicha sin piedad alguna, pero de todas formas le disgustaba, aunque tener un cuerpazo no era algo que le disgustara  a decir verdad, pero costaba mucho y eso no era de su total agrado.

Después de esa reflexión de porque debía seguir adelante y darse animos, el profesor los había reunido a todos al final de la línea amarilla que marcaba los límites de la cancha de voleibol, harían una cansada serie de ejercicios con duración de un minuto cada uno, eran tres repeticiones por ejercicio, *iba a morir... Pero iba a morir con estilo* pensó ingenuamente la adolescente. Sé preparó para lo que venía y esperó el silbato para la primera ronda de ejercicios, el ejercicio era hacer una especie de tijera con tú cuerpo, abriendo y cerrando piernas y brazos al mismo tiempo.

Así lo hicieron hasta que terminaron las primeras tres repeticiones, después siguieron con una serie de ejercicios de piernas hasta finalizar con sentadillas, ya acabadas estás, siguieron con la parte superior del cuerpo trabajando brazos y abdomen. Al finalizar hicieron un circuito de carreras.

Al tener a sus alumnos lo suficientemente muertos, el profesor decidió que ya era mucho por hoy y dió por terminada la clase.  El par de amigas acabó tiradas y exhaustas en el cálido piso del lugar, el gimnasio tenía una parte techada y otra donde había un techo plegable, que solía estar comúnmente abierto para admirar el cielo estrellado, o eso pensaban los alumnos de la academia Neverland.

Estaban tomadas de las manos contándose sus experiencias durante el físico, eso definitivamente las mató, pero fué muy divertido sin duda, no sabían en qué momento se habían hecho tan cercanas pero agradecían serlo.

–Entonces cuando el profesor Morales se daba la vuelta yo paraba para tomar un poco de aire, porque si no lo hacía no estaría aquí en éste preciso momento– confesó entre risas la azabache

–¿En dónde estarías entonces?– preguntó curiosa por el relato

–En la enfermeria– dijo con una sonrisa despreocupada en su rostro

–Oh si, es cierto, jeje– confirmó la ahora en parte rubia

Hubo un breve momento de calma y silencio, hasta que la más alta volvió a hablar.

–Por mi parte no tuve tanta suerte, me quedé viendo tú cara de agotamiento solo un rato y no aguanté la risa, Morales creyó que me estaba burlando de él y me castigó haciendome darle una vuelta entera corriendo sin parar a la cancha completa– se quejó con un puchero la de trenzas

–Jeje, supongo que no todos tenemos tan buena suerte– exclamó orgullosa de haberse salido con la suya– espera, ¿andabas observandome?– interrogó con una de sus cejas levantadas la peli-negra

–Eh.. tal vez..¿Hay algo de malo con que lo haga?– preguntó sonrojandose la de brackets

–No pero se me hizo raro– admitió mirando a otro lado

–Esta bien...– cerró la conversación

Nene no lo quiso decir con malas intenciones, era solo que no podía creer que Ateate la estuviera observando mientras hacían ejercicio y lo peor es que ella nunca se percató de aquello. Se sentía culpable, creyó que había arruinado el buen ambiente que habían creado las dos, la trenzada no pasó su comportamiento distante por alto así que se acercó un poco más a ella para hablar más claramente.

–Nene, ¿te encuentras bien?– sé preocupó al no obtener respuesta, iba a preguntar de nuevo pero una pequeña voz evitó que lo hiciera

–Si, es solo que pensé que te hice sentir mal con mi comentario– confesó con los ojos cristalizados

–¡Aww! Nene, jamás me enojare contigo por un simple comentario– La envolvió entre sus brazos para apaciguar su llanto silencio

–¿M-me lo prometes?– le preguntó entre sollozos

–Te lo prometo– dijo acercando su mano a la de la azabache con el puño cerrado a excepción por su meñique

–¿Pinky promise?– exclamó sorprendida

–Pinky promise– le aseguró con una dulce sonrisa

Las dos se abrazaron un buen rato hasta que se dieron cuenta de la hora que era 7:58 ya debían volver a adentro para no preocupar a los mayores, agarradas de las manos se adentraron al otro lado del gimnasio.
En la mente de Ateate no paraba de correr la idea de que Nene se preocupaba por cómo la hacía sentir, se sentía tan afortunada de tenerla como amiga... Bien, eso le dolió un poco pero trató de disimular para no preocupar a la mayor de las dos.

Al llegar se dieron cuenta de que nadie notó su ausencia, dolidas por tremenda ofensa se dirigieron a los bancos para presencia el físico de los juveniles, se morían de la risa al ver las expresiones de dolor y sufrimiento de los muchachos pero nada se comparaba con los castigos que les ponía el profe por no hacer bien los ejercicios. "Pobres almas en desgracia" pensaban las dos, y pensar que ellas estaban así hace unos pocos minutos atrás.

¡Ateate, me gustas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora