Soy Abby Williams, toda mi vida, he estado viviendo con mi padre, Carlos Hernández, era Español. Después de divorciarse de mi madre, se mudó otra vez a España, su país natal, pero gano mi custodia, lo cual es más que suficiente.
Tras su muerte, tuve que mudarme con mi madre, vivía al otro lado del mundo, en una isla llamada outer banks. Era lo que llamaban una kook, la segunda más rica de la ciudad. Se llevaba muy bien con los Cameron, que eran los más ricos de allí. Me mudé con mi madre hace 2 años, cuando yo tenía 16. Todavía lo recuerdo...*Empieza flashback*
Cuando baje del coche de mi madre, vi la casa donde ella vivía, donde yo viviría ahora también. Era enorme y preciosa. Tenía una piscina bastante grande, y estaba al lado de la playa.
Tenía 3 pisos, era genial.—Vamos Abby, te muestro tu nuevo cuarto.— dijo mi madre, guiándome por aquella enorme mansión.
Llegamos delante de una puerta, se apartó para que yo la abriera, y dios.
—Madre mía, mamá, esto es precioso. Es la habitación de mis sueños.— dije admirando mi nueva habitación.
—Gracias cariño, me esforcé mucho para que quedara bien.— dijo con una sonrisa. —bueno, te dejo para que te instales, cualquier cosa, estaré abajo.
Dicho eso, cerro la puerta y se fue. El cuarto era precioso, tenía una cama de matrimonio con unas sabanas grises y blancas, la pared era blanca, tenía algunos cuadros caros, pero lo mejor era la terraza. Daba justo a la playa, era precioso.
Desempaque mis cosas, no tarde mucho, no tenía demasiada ropa.—Oye cariño, baja un momento.— dijo mi madre desde el salón.
—¿Que pasa mama?— le pregunte bajando por las escaleras.
—Quiero que conozcas a los Cameron, somos muy buenos amigos, y seguro que sus hijos te caen muy bien.— dijo mientras caminaba hacia mí.-Hoy vamos a ir a cenar a su casa, en mi habitación te he dejado un vestido para que te lo pongas. Ahora ve a cambiarte, yo te espero aquí.
Subí las escaleras, fui a su habitación y sobre su cama vi el vestido más hermoso del mundo. Era negro, ajustado por la parte de arriba, pero abajo era más ancho. Tenía una obertura en la parte izquierda de abajo, así que se podía ver casi mi pierna entera. Era de tirantes y tenía un escote bastante abierto. Me lo probé, y realmente resaltaba mi figura. Jamás me había probado nada así, ya que yo era una pogue hace unos días.
—Abby, ya estás lista?-
—Ya casi, dolo unos minutos más.— acabé de acomodarme el pelo, me puse unos aretes que conjuntaban con el vestido y unos tacones negros.
—Ya estoy mama, ahora bajo.-
—Vaya, estás preciosa, eso lo has sacado de mí.-
—Gracias mama, nos vamos?-
Como la casa de los Cameron estaba al lado, nada más dimos unos pasos y ya estábamos ahí.
Cuando entramos, en el jardín estaban Word Cameron, y la que suponía que era su hija, Sarah. Sarah vino corriendo a abrazarme, como si ya nos conociéramos.—Bienvenida a nuestra casa, soy Sarah.— dijo muy contenta.
—un gusto Sarah, soy Abby.— dije sonriéndole también, parecía maja.
Después saludé a Ward con dos besos en la mejilla. Entramos dentro de la casa. Era hasta más grande que la mía, y también más bonita.
Entonces vi bajar por las escaleras al chico más bonito que había visto nunca. Era alto, tenía los ojos azules, un pelo marrón clarito. Estaba algo desordenado, pero le quedaba tan bien. Llevaba un traje azul oscuro con una camisa blanca. Tenía una piel perfecta. Él era perfecto.—Hola, tú debes de ser Abby, eres preciosa.— dijo el mientras me miraba de arriba abajo.
—Hola, tú tampoco estás mal. ¿Cómo te llamas?— Le respondí mientras lo miraba de forma coqueta.
—Rafe Cameron.-
—Bonito nombre.-
—Rafe, no intentes ligártela, está fuera de tu alcance.— Dijo Sarah mientras me pasaba un brazo por el hombro.
Después de eso, nos fuimos a la mesa para cenar. Yo me senté al lado de Sarah, y luego Rafe se sentó a mi lado.
—Bueno, Abby, que te parece tu nueva casa?— pregunto Ward intentando sacar tema de conversación, ya que nadie hablaba.
—Es preciosa, me encanta, mucho mejor que donde vivía antes.— dije, recordando la mini casa donde vivía con mi padre.
—Me alegro de que estés bien.-
Otra vez hubo un silencio en la mesa. Entonces mi madre dijo algo que me incomodo un poco.
—Sinceramente, me alegro de que no vivas más en España, es muy peligroso, y además allí eras pobre.-
—Mamá, para que lo sepas, no ser millonario, no significa ser pobre. Además, me lo pasaba muy bien con papa y mis amigos, así que no hables si no sabes.— las dos nos miramos mal, y los demás no sabían qué decir.
—Pues para ser de España, eres increíble.— dijo Rafe de repente.
—No sé si tomármelo como un insulto o un cumplido.— nos quedamos mirando unos segundos, luego seguimos comiendo.
El resto de la cena, nuestros padres se la pasaron hablando de negocios y de cosas muy aburridas.
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SOLO TU Y YO || RAFE CAMERON
RomanceAbby Williams es una chica de 18 años que habia estado toda su vida viviendo con su padre, en españa, pero tras su muerte, tuvo que irse al otro lado del mundo, con su madre.