Cuando llegamos a mi casa, ya era muy tarde, y estábamos cansadas, así que mis padres dejaron que Sarah se quedase a dormir. Subimos a mi habitación y cuando cerré la puerta, Sarah empezó a explicar.
—Pensaba que estaba preparada, que ya era el momento, pero es que luego me he arrepentido y—
—Sarah, más despacio, de que estás hablando?— Dije con una cara de confusión.
—Pues después de irme con Topper, nos hemos apartado de la gente, y nos hemos empezado a liar. Estaba yendo más lejos, me ha preguntado si estaba segura, y yo le he dicho que sí, pero me ha quitado la parte de arriba del bañador, y ya no quería seguir. Se lo he dicho, se ha enfadado conmigo y se ha ido. Seguramente es el final de la relación.— Dijo muy rápido.
—Me dijiste que te gustaba un pogue, y que ya no querías estar con Topper.-
—Ya lo sé, y era verdad, pero es que me sentí muy mal por él.-
—Bueno, te entiendo, es normal que te sientas mal. Pero piensa que ahora te queda John B. No te ofendas, pero me parece mil veces mejor que Topper.-
—Si supongo...-Dijo con una cara de frustración y tristeza.
—Oye, quieres ver pelis y comer helado? Eso siempre te anima.-
Ella asintió con la cabeza y bajé a por el helado de chocolate y nata. Era el preferido de Sarah. Subí de vuelta a mi habitación y pusimos el Señor de los Anillos, a las dos nos gustaba mucho.
Han pasado unas cuantas semanas desde esa fiesta, la verdad es que no ha pasado nada interesante. He quedado un montón con Sarah, pero la mayoría de veces en mi casa, para evitar a Rafe, así que no lo vi más que un par de veces, pero ni siquiera me dirigió la mirada. Le conté a Sarah lo de Rafe, me dijo que era un capullo y que no merecía la pena estar triste por él. Hace unos días, Sarah me contó que ya era oficial, que ya era la novia de John B. Esta misma tarde había quedado con él y sus amigos pogues para conocerlos. Ella estaba muy nerviosa, porque ella era una kook y ellos unos pogues.
—Sarah, sigo sin entender como va a ayudar que vaya contigo.— Dijo claramente confundida.
—Odian a los kooks, tu presencia me ayudará.-
—Yo también soy una kook, Sarah. ¿Cómo te va a ayudar eso?-Cada vez estaba más confundida.
—Ya, pero tú no eres muy popular que digamos en la isla. No te has metido nunca en las típicas peleas de kooks y pogues. Además, no desprendes tanto ese aire de kook.-
—Bueno, como quieras. Si así te siente más cómoda...—
Después de arreglarnos, subimos a mi coche y nos fuimos hacia casa de los pogues, en el arrabal. Cuando llegamos, vimos a John B parado enfrente de la puerta.
—Hola cariño, esta es Abby, es mi mejor amiga.— Dijo Sarah mientras yo le daba la mano a John b para presentarme.
—Hola, soy John b, encantado.-
—¿Seguro que les parece bien que yo esté aquí?— Menciono Sarah, claramente preocupada.
—Sí, claro, te lo prometo.-
Entramos dentro de la casa y fuimos al porche, donde estaban los que supuse que eran sus amigos. Nada más vernos, la chica frunció el ceño y los otros se pusieron incómodos, al igual que yo.
—¿La has traído aquí? ¿Ahora se supone que es parte de esto?— Dijo la chica claramente indignada.-Y quién es esa que viene con ella, es otra kook con la que quieres ligar?-
—Eh, oye, yo no formo parte de esto, así que ignorame.-No quería poner las cosas más incómodas de lo que ya estaban.
—Ella me dio el mapa, si ella no lo habríamos podido hacer.— Dijo John b. Yo no tenía ni idea de que estaban hablando.
—Esto es algo nuestro-
—Mira Kiara, tú eres mi mejor amiga. Y tu Sarah, eres mi...— Dijo John b y miro a Sarah.
—Puedes decirlo.-
—Eres mi novia-
Sus amigos se quedaron sorprendidos y empezaron a murmurar.
—Vaya, eso es nuevo.— Dijo el chico rubio sentado en el sofá.
—¿Y dónde ha quedado eso de que solo la usabas para la información y luego se acabó?— Dijo su amiga, que por cierto, de momento no me caía bien.
Me sorprendí mucho de que dijera eso. Evidentemente, se notaba que odiaba a Sarah y que podría haberlo dicho solo para hacerla sentir mal, pero por la cara que puso John b, seguramente era verdad. Me sentía muy mal por Sarah. Su cara cambió de enfado a tristeza en segundos.
—Oye tú, no sé quién eres ni porque te llevas tan mal con Sarah, pero te juro que como la sigas insultando te voy a arrancar esa peluca que llevas.— No me pude contener la rabia, ella no había parado de tratar mal a Sarah porque sí.
—Tú cállate, que no tienes nada que ver.— ME dijo Kirara mientras se acercaba.
—Yo me callo cuando me quiero, puta.-
Cuando dije eso, supongo que la otra estallo, porque estuvo a punto de darme en la cara, pero John b se puso en medio y lo impidió.
—Kiara, cálmate! ¡No puedes estar todo el rato peleándote!.-
—¡Pero si ha empezado ella! ¿De verdad prefieres defender a una kook que acabas de conocer que a mí?-
John b se quedó callado, mirando al suelo. Kiara murmuro algo y seguidamente se fue, dando un golpe con la puerta.
—Abby, vámonos, que hablen de sus cosas.— Mientras me agarraba del brazo.
—Sarah, espera, por favor.-
—No, da igual John b, ya te he dado mapa, ya puedes pasar de mí.-
Y dicho esto nos fuimos, las dos estábamos de mal humor, así que no dijimos nada. Nos subimos al coche y cuando estaba a punto de arrancar, vi a Rafe con su moto pasando a toda velocidad por delante de nosotras. Me pareció muy raro, ya que con lo mucho que él odiaba a los pogues, no tenía sentido verlo por ese lado de la isla, así que pensé en seguirlo.
—¿Ese era rafe?— Dijo Sarah con la misma confusión que yo.
—Sí, y vamos a seguirlo.— Arranque el coche.
—¿Estás segura? ¿No era que os peleasteis? No creo que sea muy buena idea.-
—Mira, tal vez sea un capullo, pero ya sabes que soy una chismosa. Además, no te gustaría saberlo a ti también?-
—Ahí tienes razón.-
Después de convencerla, empezamos a seguir a Rafe. Se fue a una zona que se veía muy peligrosa, y aparo su moto allí. Aparcamos el coche, un poco más atrás, para que no nos viera. Fuimos a ver donde iba, y vimos que de esa casa, salía un tipo con un moño y tirantes. Tenía una pinta horrible, y tampoco parecía buen tipo. Tenía que averiguar qué estaba pasando.
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SOLO TU Y YO || RAFE CAMERON
RomanceAbby Williams es una chica de 18 años que habia estado toda su vida viviendo con su padre, en españa, pero tras su muerte, tuvo que irse al otro lado del mundo, con su madre.