Ese es el precio que debemos pagar
Hasta el más admirable general, ve a su ejército caer.
Es duro entender, que merecemos esto y más
Nuestras acciones nos han condenado a una muerte lenta,
Hemos roto un corazón, ajeno al nuestro,
en un intento de mantenernos vivos.
Perdernos, sin poder recuperarnos.
Es el precio que debemos pagar
Por intentar querernos un poco más.
Nos llevan de manos atadas, lado a lado, pero ya no soy capaz de mirar.
El bullicio sabe a traición.
Quienes antes clamaron nuestros nombres, hoy gritan hoguera.
Nuestras manos están cubiertas de sangre, y entre la multitud susurro tu nombre.
Lo mantengo en mi hasta después de que te apartan de mi lado
Y espero una respuesta que aún no llega... Ni llegará.
Sé que debería arrepentirme del crimen cometido, pero aún así no lo hago, incluso después de que se ponga en marcha la sentencia
Si he de morir por caer en tus brazos, la muerte no es más que un mal chiste del que podremos reírnos después.
Reposamos en celdas diferentes, pero burlescamente juntas.
Sin miedo a las miradas, entrelazamos nuestros dedos.
Temiendo que pasará después.
Soy a quien llaman primero,
Dejando la verdad expuesta
Cómo habías dicho, el acuerdo fue pautado y diríamos la verdad que mantenemos en el corazón.
Diríamos que no pudimos evitar enamorarnos, que no medimos el tiempo y lo que ya estaba escrito, que no nos importaba quien estuviera en el fuego cruzado, si al final de la guerra ibas a estar a mi lado
Ese es el precio que debemos pagar
Por dejarnos llevar demasiado.