Suave manto de piel que cubre un alma caótica;
Quienes la miran nunca piensan que está rota.
Atrapada en un cubo, sueña quejumbrosa, que al llegar la noche ya no existan sombras.Se pierde entre las paredes de cristal, castillo vacío que no hace más que rechinar.
Mira temerosa el día pasar; y se pregunta cuando esto acabará.Ya no le queda más refugio que ella misma.
Y es lo que más le da miedo.
Pues ya no sabe si lo que hay bajo su piel será la cura, o más veneno.
Ni si es lo suficientemente valiente para verlo.