Caminamos rápidamente hasta que llegamos al mismo pasillo que atravesé ayer. Allí Cedric reduce el paso y relaja la mano con la que me agarra. Levanto la vista y descubro que está sonriendo de forma burlona. Parece muy profesional con su elegante traje oscuro y bastante arreglado. Su salvaje melena y su sonrisita torcida son lo único que traiciona su seriedad.
- ¿Me perdí de algo divertido? – pregunto.
- Bueno tú estabas allí. – me asegura Cedric, todavía sonriendo -. Después de tantos años aún sabes cómo sacar de quicio a las personas. Nunca había visto a Agatha perder el control de esa manera. No has cambiado nada.
- Y tú aún tienes un sentido del humor bastante extraño. – pienso de nuevo en la perfecta calma de Agatha, rota por un único y desastroso instante de furia. Pero incluso en ese momento, pudo mantener el control.
- ¿Por qué no lo hiciste? – pregunta Cedric.
- No era necesario. La fibra era fuerte. – respondo sin dudar.
- Pero la hermandad tendrá alguna razón para solicitar su liberación. - sostiene Cedric, soltando mi brazo.
Nos detenemos frente a una enorme puerta de roble, y la abre de un empujón.
- Su nueva celda la aguarda señorita, al parecer amas dormir en suelos fríos después de todo. – agrega.
- Por supuesto. Los suelos fríos de prisión son fetiche para mí.
- ¿Fetiche? vaya palabra.
Lo primero que noto es la iluminación. Debo de haber hecho algo para merecer está ligera mejoría en mi encierro, pero no estoy segura de que.
- Agatha vendrá en cuanto pueda, sus indicaciones fueron guiarte hasta tu celda, aunque puedo hacerte compañía durante algunos minutos.
- Así que no solo eres la segunda mano de Astor, también eres el guardaespaldas de Agatha. ¿Y aun así tienes bastante tiempo de dar vueltas diarias por todo el complejo? Dime ¿A qué dedicas el tiempo comúnmente?
- Mantengo este lugar en funcionamiento. - dice, como si fuera suficiente respuesta.
- ¿Y? – insisto.
Técnicamente soy el guardia jefe, lo que significa que sirvo de enlace entre el personal y las Damlers. Me aseguro de que todo marche bien y mientras no necesiten mi ayuda puedo trasladarme a otras secciones de Nebulous y ser irreconocible para los ciudadanos y nuestra gloriosa tecnología de reconocimiento facial.
- ¿Cómo es posible que no estés muerto? -pregunto -. ¿O al menos encerrado en una celda? Todavía no he oído nada de tu boca que no suene a traición.
- Eso se debe a qué al contrario que tú, yo tengo cuidado con lo que hago y digo respecto a la hermandad. Además de que todos están demasiados ocupados en obtener el poder absoluto para preocuparse por un simple guardia ascendido.
- ¿Y por qué me lo cuentas a mí?
- Porqué también eres una traidora. – responde sencillamente.
- En ese caso ¿Por qué aún no estoy muerta?
- Tengo mis teorías, aunque no estoy seguro de que estés preparada todavía para escucharlas.
- Eso suena algo condescendiente. Dime solo lo que piensas que estoy preparada para escuchar. – exclamo, molesta tanto por su afirmación como por su falta de claridad.
- Pensé que te resultaría adorable que te cuidara. – sonríe y el ambiente vuelve a relajarse.
- ¿Estás tratando de ganarte mi cariño?
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Affliction - Cara
Science Fiction¿Cuál es el precio de la inmortalidad y de un mundo sin enfermedades? Scarlett al fin tiene que enfrentar su destino y convertirse en aquella dignataria inmortal que todos esperan ¿o no?