Ada, se muda a una residencia escolar para poder convertirse en una criminóloga. Incluso aunque no es lo que ella quiere, lucha por sus sueños.
Pesadillas del pasado aún la atormentan, y pasar página será muy difícil para ella.
Thomas, su actor favo...
—¿Y esta? ¿Qué te parece?— mi madre me pasó su teléfono. —Es muy linda— di un mordisco a mi tostada, y le devolví el móvil. —¿Te gusta? —Sí. —Bien.
Mientras mi madre tecleaba en su teléfono, yo comía tostadas con mermelada.
Después de diez minutos, yo ya había terminado mis tostadas, y ahora veía tiktok en mi móvil.
—Ya está— mi madre hizo una sonrisa triunfal. —¿Ya?— alcé mis cejas. —Sí, ya. —Entonces... ¿me voy mañana? —Sí, empiezas pasado, y más te vale estudiar eh— mi madre me apuntó con el dedo. —Vale, vale— alcé mis manos en señal de rendición. —Las maletas ya las tienes hechas, ¿no? —Más o menos. —Pues venga, ve a hacer lo que falte. —Si señora— reí.
Me levanté y me dirigí a mi habitación. Ya tenía hecha la maleta, a medias, o sea, que faltaban un par de cosas.
Cogí el outfit con el que iría al aeropuerto la mañana siguiente, lo demás lo doblé, y lo metí en la maleta.
Una vez hecha, me puse a recoger un poco mi habitación, ya que estaba hecha un desastre.
Me llegó una notificación al móvil, rápidamente lo cogí y era una notificación de instagram.
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Qué raro, Thomas actualizando su instagram. Entré a la notificación, para ver la historia.
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Espera... esa residencia...
¡Era la misma a la que yo iba a ir!
¿Estará visitando a alguien? ¿O se alojará ahí?
Dios, si me lo encuentro posiblemente me desmaye.
Mi madre subió a la habitación para asegurarse que ya hubiera hecho la maleta. Luego bajamos al salón, y ella puso una película.
El día se pasó bastante rápido. A la hora de cenar yo me comí una ensalada, y mi madre una quesadilla. Esa mujer si pudiera casarse con una, lo haría sin pensarlo dos veces. Luego me fui a mi cuarto, y me eché en la cama.
