Cuando todo este mundo se acabó, cuando nada tenía sentido, nos encontramos tú y yo, tal vez en otra vida hubiera sido amor, ahora no sé si lo sea, el amor ha muerto al igual que la humanidad...
La infección llegó cuando todo parecía estar bien, cua...
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Abrí mis ojos ante la luz del día que comenzaba a llegar, un impacto un poco fuerte del auto, dolía en mi vientre pero era lo de menos, pude haber pasado cosas peores, me quejé del dolor de espalda, estaba solo, podía hacerlo sin ser visto, al menos estando en soledad podía volver a ser el mismo, ese Yeonjun miedoso, ese que lloraba en una esquina, ese enamorado de aquel hombre que me dejó el mismo día que la desgracia comenzó, había sido mi culpa, si al menos hubiera sido más maduro.
El viaje se detuvo, el auto paró en lo que parecía la antigua New York, algún día quise llevar a mamá a comprar en ese lindo sitio, bajaron del auto, aún estaba un poco cansado así que me acomodé con la sábana de nuevo, Kai entendería y me dejaría dormir un poco.
— Hora de levantarse barrigón — dijo empujando mis caderas
Su voz me irritaba como nada en el mundo, su forma de actuar era horrible, era un idiota en totalidad, odiaba tener que ir con él, Kai era más divertido, menos mandón y más comprensivo además de que me recordaba a Hiyyih, ella me hacía feliz, yo, la amé como a nadie en el mundo pero personas como Soobin me la quitaron.
— Vamos no tengo paciencia barriguita — dijo empujándome de nuevo.
— Metete tu paciencia por atrás idiota — murmuré, en serio no quería levantarme, ahora por capricho, claro que no lo conseguiría así de fácil el idiota.
— Hyung debería dejarlo descansar — comentó Kai, vaya que te amo Huening Kai.
— Debemos aprovechar cada hora de luz que tenemos a menos que barrigón quiera que se lo coman los infectados.
— Bien como sea — dije bajando del auto casi de inmediato, di unos cuantos pasos alejándome, quizá de nuevo era libre.
— A dónde crees que vas? — dijo tomando mi brazo, me quejé pero no me dejaba — debes cargar una bolsa aunque sea la de tus medicinas y de esa cosa que llevas dentro.
Tomé la mochila, vaya que pesaba, su rostro me decía muchas cosas, una de ellas, lo débil que era, Soobin si que sabía como retarme, cargue todo sin quejas, era demasiado peso pero darle la razón de lo débil que era ni muerto, eso se iría conmigo a la tumba, nunca en mi vida rogaría a ese idiota presumido.
Caminamos debido a que la carretera se cortaba porque el puente estaba hecho pedazos con un hueco enorme que dejaba ver las tuberías subterráneas, abajo mucho infectados, la mayoría de los normales, lentos torpes y que solo se quedaban como idiotas viendo como su presa se iba porque ellos no tenían ni idea de como atraparle, esos de los que me burlaba cuando me aburría, a los que ponía a pelear entre ellos por un trozo de carne cuando estaba cansado de llorar, los humanos eran complicados pero los zombies, esos vaya que eran divertidos, menos tontos que un humano, el humano reclama y se queja de todo, el infectado solo busca comer y vivir sin afectar a otro infectado.
Kai jugaba con un llavero, vaya que hacía ruido, me hartaba un poco pero suponía que podía soportarlo, después de todo Bahiyyih no era diferente, ella siempre hacía algo mientras íbamos caminando, noté a Soobin empuñar la mano, se le acababa la paciencia, vaya idiota que era, sonreí viendo empuñar la otra mano, solo era cuestión de tiempo.
