Capítulo 33

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De nuevo estoy en un escenario frío, las luces de esa calle me ciegan, pero ubico mi entorno una vez más.

Voy corriendo entre las calles, mis manos aún estaban manchadas de la sangre de Kakyoin, pero lo pude salvar a tiempo... Tengo que llegar a Jotaro para decirle de la habilidad de DIO, pero ni siquiera soy capaz de ubicarme en ese espacio tan extranjero y ajeno a mí. Uso la fuerza de mis piernas para correr, empujo a la gente que está en las calles para abrirme paso y llegar más rápidamente a él. Siento una mirada encima y siento que estoy corriendo a un tiempo límite, me siento perseguida y sabía que ese maldito vampiro me estaba persiguiendo.

Aun así, todo se siente tan monótono, tan irreal... tan usual.

Esa noche fui tan torpe, dejé que el pánico me inundara y no pensé en una estrategia para poder decirle a Jotaro sobre su poder, pero no tenía tiempo de pensar, sólo de correr.

Mis piernas daban lo que podían para llegar a un lugar, no sabía dónde exactamente, pero tenía que llegar a él y a Polnareff. La falda de mi uniforme escolar hondeaba con violencia por la velocidad y la intensidad de mis movimientos, mi aliento era errático y rápido por la repentina actividad física a la cual sometí a mi cuerpo.

Llegué a esa avenida, los vi a los dos encima de la moto y corrí sólo para sentir ese gran puño atravesarme en un parpadeo... cerré los ojos, ahora estoy en un espacio completamente negro, el piso es helado y mis pies sienten la superficie helada del mismo. 

No veo nada, no hay nada, pero siento que comienzo a caer, a pesar de que mis pies están fijos en el "suelo".

Veo mi reflejo en el espacio tintado de negro, veo el agujero en mi estómago una vez más, mis manos están heladas, palpo mi abdomen, pero estoy completa. Mi reflejo se ve como un cadáver, la sangre de su boca refleja la gravedad de mi herida, ella levanta un brazo grisáceo y señala a mis espaldas.

Volteo, hay sombras y siluetas blancas, no tienen rasgos, pero lo único que puedo ver son sus ojos, sus ojos llenos de odio, de desprecio, asco, desdén... todos son familiares y todos me miran de la misma manera.

Tan fríos...

Jadeo ante la sensación de sus miradas. Se pueden escuchar murmullos a su alrededor, murmullos sobrepuestos, arrastran las palabras, pero hacen eco en mi mente. Son balbuceos que comprendo, son insultos, palabras de odio, de desprecio.

Un desprecio que no entiendo... Siento que me ahogo.

Siento un tacto que comienza a ser morboso, un tacto tristemente familiar y que trato de evitar tratando de empujar a la nada, no veo nada, pero esas manos me tocan mientras todos ellos me miran, me juzgan. Se comienzan a acercar y a reír, pero tres figuras se quedan en el fondo, una tiene las manos en los bolsillos y sus ojos siempre calaron en mi mente, las otras dos me dan la espalda, pero sé quiénes son, no me golpean como las otras figuras, no se burlan, pero su frialdad me cala hasta los huesos.

Grito, pero nada sale, lo intento una y otra vez mientras siento que esas manos me tocan y esas otras figuras se burlan y me golpean, pero no soy capaz de sentir dolor, sólo siento frío y un hueco en el estómago. Mis llantos y gritos están silenciados, extiendo mi mano para tratar de alcanzar esa figura que me mira a lo lejos con ojos tan fríos.

"____!!!"

"Despierta!!"

Abrí los ojos encontrándome con esos mismos ojos de mi pesadilla, pero esta vez no eran fríos. Jotaro estaba tomándome por los hombros, parecía haber estado intentando despertarme. 

Ghost (Jotaro x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora