Cap. 1; 𝗘𝗹 𝗰𝗮𝗯𝗮𝗹𝗹𝗲𝗿𝗼 𝗼𝘅𝗶𝗱𝗮𝗱𝗼

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𝗢𝗠𝗡𝗜𝗦𝗖𝗜𝗘𝗡𝗧𝗘.

DIEZ AÑOS ATRÁS ; 𝗘𝗡 𝗘𝗟 𝗥𝗘𝗜𝗡𝗢 𝗗𝗘 𝗟𝗜𝗢𝗡𝗘𝗦, 𝗖𝗜𝗨𝗗𝗔𝗗 𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗔𝗟.

Un caballero proviniente de Cains caminaba sobre los escombros que estaban esparcidos por el suelo.

Miraba todo con terror, las personas sin vida esparcidas por el suelo, las casas humeantes y destruidas.

—¡Oye!—llamó un caballero sobreviviente de la masacre— ¿Puedes venir? Necesito ayuda con algo.

El joven acompaño al señor, llegaron al lugar donde una docena de caballeros sacros yacían muertos alrededor de las calles.

—¡¿Q-que es esto?!— expresa con terror el joven caballero de Cains.

— Esto... Es obra de ocho personas— exclama con un aire de suspenso el caballero de liones.

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EN LA ACTUALIDAD ;;
Cerca de la aldea Cains.

Un joven rubio de baja estatura servía mesas, mientras su prometida se encargaba de limpiar y armar los platos hechos por Meliodas.

—¡Mel! Sirve esto en esa mesa, por favor— ordena la pelirroja detrás del lavaplatos.

— Para ser un mesero eres muy trabajador— comenta un cliente luego de que el rubio retirara los tarros de cerveza.

—No soy un mesero, señor, está taberna es nuestra— incluye a su mujer en la corrección.

—¿Él...? Pero es solo un niño— dice con confusión el aldeano.

Meliodas cortó el intercambio de palabras llegando a servir su pastel especial en otra mesa.

— ¡Wow, se ve delicioso!— exclamaron los tres hombres antes de cortar el pastel y repartirselo—¡Buen provecho!

Sin embargo, no imaginaron qué esa comida supiera tan mal por lo tanto terminaron vomitandolo.

Qué asco, por que no simplemente piden el baño o van afuera— piensa Zaenna observando con desagrado a los hombres.

— Creí que ya sabían, generalmente nos reconocen por el excelente alcohol y la asquerosa comida— menciona el rubio de baja estatura con las manos en su cintura.

—¡Debiste decirlo antes!— gritan enojados los aldeanos— ¿Acaso intentas engañarnos, mocoso?

—O-oye espera, tiene una espada— señala nervioso el muchacho de en medio.

—Vaya, vaya. Tenemos público difícil está noche, limpia este desastre— dice con seriedad antes de chasquear sus dedos.

— Ah ya, ya. ¿Un desastre, para esto me llamaste?—comenta el cerdo parlante saliendo de las sombras. Sorprendiendo a todos allí, nunca habían visto algo igual.— Por eso no tolero a los campesinos, se sorprenden de todo.

—Hawk, limpia el piso por favor— pide Meliodas a su lado.

—Ush, qué fastidio. Comerse así las sobras no es ningún lujo— decía el cerdo engullendo el pastel desperdiciado—La próxima vez dame algo decente de comer o deja que Nana cocine, su comida es mucho más rica que la tuya.

𝗠 𝗢 𝗡 𝗦 𝗧 𝗘 𝗥 ;; 𝗡𝗡𝗧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora