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Cada mañana se volvía un poco más tranquila, pero cada noche se volvía un tormento.

El pequeño Desol lloraba puntualmente cada tres horas en busca de leche, sin importar que tan cansados estuvieran sus padres. Desol había aprendido a identificar el rostro de Rusia y México, por lo que no le gustaba ser atendido por la servidumbre.

Aquella noche, Rusia se encargaba de mecer a Desol mientras México dormía, pues se turnaban para hacerlo. Desol lloraba con fuerza, pues está vez no buscaba leche como tal, si no eructar. Rusia no tenía ni idea de que quería.

El teléfono de México en el buró comenzó a vibrar, Rusia no soporto la curiosidad. ¿Quién llamaría a México a estas horas de la noche?

Era USA, contesto casi de inmediato, formando una voz sería y aterradora.

—¿Si?

—Tienes que venir ahora.

Usa se escuchaba apurado, agitado.

—Mexico está dormido. —Contesto Rusia.

—¡Despiertalo, necesito que venga ya mismo!

—¿Qué necesitas?

—¡No hay tiempo, Rusia!

—Colgare, está conversación no me lleva a ningún lado.

USA sollozo al teléfono.

—Es Argentina... por favor, Rusia, no tengo tiempo de explicarlo.

Rusia colgó el teléfono. Desol había dejado de llorar al ver la expresión confundida de su padre. 

Rusia se acercó a México y lo despertó con suavidad. Le explicó la poca información que tenía, lo que hizo que México se levantará de golpe.

No era un secreto que Argentina y USA habían intentado concebir más de una vez desde el primer aborto, pero el cuerpo de Argentina siempre rechazaba el producto. México ya se imaginaba lo que pasaba, pero está vez Rusia no lo dejaría salir solo, pues eran altas horas de la noche.

En menos de media hora, ya se encontraban fuera de la casa de USA. Era la primera vez que Desol salia de casa de Rusia.

Usa abrió la puerta rápidamente, gritos desgarradores salían de la habitación del fondo, México no se preocupo por saludar al americano, si no que corrió en busca de Argentina.

Encontro a Argentina llorando, rodeado de envolturas de comida y ecografías.

Habían pasado dos meses desde su último aborto, pero debido a la avanzada formación, Argentina se había ilusionado bastante con la idea.

—Lo veo en mis sueños, cada maldito día.

—No es real, lo sabes. —Se acercó México y se sentó junto a él en la orilla de la cama.

—Mi cuerpo no es compatible con el de USA, no importa cuánto lo intentemos, no va funcionar.

México tomo la mano de Argentina con una expresión triste.

—Mexico, por favor, ¿Pensaste en lo que te pedi?

México se quedó en silencio un momento. Argentina era completamente compatible con Rusia, pero a México no le agradaba nada la idea de dejar que su hermano se acostara con su esposo, incluso si no era de manera natural, ese hijo tendría los colores de Rusia. México no soportaba la idea.

—Sabes que no lo besaré, sabes que solo será lo necesario.

—Argentina, estás pidiendo demasiado.

—Solo te estoy pidiendo que me ayudes a formar una familia. El niño jamás se va enterar, firmaré lo que sea necesario, nadie tiene que enterarse.

—¿USA está de acuerdo?

Poca Paciencia /Rusmex-Usamex/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora