Anarkhia: historia de una resistencia

Ni a la primera ni a la segunda, dátelo -me lo di- ahí estriba la diferencia

Nunca creí que viviría tantas cosas, al punto de poder escribir estas palabras. Las dos últimas semanas han sido de una exploración profunda. Coloco este tema, Apocalypse-Cigarettes after sex, para traer de vuelta lo vivido, sentido, conjurarlo porque intentaré ser tan honesta como pueda; siempre he hablado con la verdad. Aunque este apartado esté teñido de lágrimas y sangre no fingiré ni ocultaré porque de eso se trata esta obra: de la búsqueda de mi corazón.

Hace dos semanas cuando les entregué el capítulo diez estaba gozando de mi soledad, el beso que me había dado con el millenial ese domingo en el bar de la esquina de donde trabajo había quedado refundido en el olvido hasta que un día, este me saluda marcando el comienzo de esta historia:-Profe ¿cómo estás? buenos días, espero que estés muy bien, eee ¿te devolviste para el pueblo para tu casa?¿cuándo te devolviste? ¿por qué ya no puedo ver tu foto? ¿me borraste?jajaja ¿cómo te ha ido? profe, que pena yo la molesto mandándole mensajes tan temprano pero...no sé, me dio el arrebato, emmm ha sido una semana interesante de reflexiones interesantes, creo que ya pasé mi momento de hibernación jaja, pero no, bueno, esta bien. Espero que estés bien profe-.

Es verdad que quité mi foto aludiendo a que no soy buena para exponerme en las redes, no me gusta que mi rostro ronde por ahí. Le sigue una conversación en donde hablamos de temas cotidianos: enfermedades, trabajo, ejercicio y el peso de la existencia. A continuación, me envía una captura desde su vehículo en medio de un trancón en la regional rumbo a Mayorca. Mi mayor estupidez estuvo resumida en el siguiente enunciado que proferí:-Ya quedé lo más de animada, pero solita no aguanta- a lo que él respondió: mmm ¿cómo así que solita no aguanta? jejeje, yo le bajo ese exceso de energía-( días después así fue). No me refería a follar. No me di cuenta que no era mi cerebro el que hablaba sino mis ganas de más de dos años encerrada produciendo y sin contacto profundo alguno con un ser humano, por lo que cuando vi que había mandado el mensaje de forma sugerente repliqué:-Hay que bailar como el domingo-(¿qué putas me pasa? cara de simio trasnochado) responde:-jejeje, la pasamos bien...Yo la pasé bien-.

Cuando colgué no pude más que quedarme pensando en voz alta:-Parce ¿a usted qué le pasa, lo está regalando como si estuviera en oferta, en el cumpleaños de Homecenter? ¡quiérase marica!-. Paso seguido, como la puta de Babilonia transito por la calle de la ignominia, presa del mutismo intentando descifrar el complejo asunto de las relaciones. De repente, suena la notificación de Whatsapp, era mi prima enviándome un video de Alejandra Azcárate, muy admirada por todas nosotras, respondiendo a la pregunta ¿Como mujer, qué relación tienes con el sexo? acompañado del siguiente mensaje: tómate el tiempo de verlo completo...es muy chévere. Este marcó un antes y un después...

Ella me lo envió porque el día anterior que sostuvimos un diálogo nocturno de mujeres en su sótano; se dio cuenta por mis afirmaciones, que el tabú frente al sexo había aterrizado en mi boca en nombre de un prejuicio patriarcal; cientos de siglos atadas al mástil de la tradición que lo único que había logrado era reducir mi líbido de forma significativa, acrecentando mis temores e inseguridades:-mija es que por más emancipada que uno sea, si lo da de una ya queda como golfa, es inevitable- a lo que ella respondió con una mueca pues tres semanas antes había tenido dos citas, una de las cuales culminó en un sexo satisfactorio. Cinco condones y cientos de poses después con el director de cine bogotano y la ingesta de una cantidad exponencial de alcohol, al fin ella había conquistado su placer, su punto G, sin esperar nada a cambio; había vuelto, estaba de regreso siendo tan solo ella, ya no en compañía de otro (esto no sucedió en el caso de la primera porque el sujeto solo sabía bluyinear, sobar. Nunca se vino, gran estafa, dejando a esta desnuda, con lencería nueva, el bralette turquesa que fue quitado para nada. Con las ganas oceánicas intactas tras un divorcio, dos hijos y más de seis meses de nada).

Como si hubiese caído presa de una epifanía no pude más que recriminarme ¿Cuándo permití que me hicieran sentir así?¿por qué me hice esto?¿acaso un hombre tiene que filosofar, asumir un peso ancestral o un sin número de sanciones sociales en nombre de un simple encuentro?¡¡Mierda! el sexo es la mejor experiencia a la que se enfrenta cualquier ser viviente, bien sea para la reproducción o el hedonismo supremo! En nanosegundos lo decidí, no había vuelta atrás, volvería a ser yo, tan Diana, tan sexual, tan viva como antes. Había regresado. Cojo mi puto teléfono y le escribo:-Hola ¿Cómo vas?¿qué me cuentas? lo había elegido, me lo daría. Hablamos del concurso docente al cual pasamos los dos, la varada de mi moto, la cuenta de cobro que había que entregar en el instituto, las vueltas, que por favor no me dijera más profe ni Dianísima porque aniquilaba a martillazos mis orgasmos soñados.

Luego se desconecta en medio de un café internet; vuelve a escribirme desde un parque pasadas las nueve, se encontraba solo. Cuando le digo que una noche linda con una luna como la que me describía solo no aguantaba, contestó:-si usted no me invita a su pueblo a pasear-a lo que contesté en cadena:-yo lo invito, caiga el sábado o mañana, y escuchamos musiquita, tengo bar propio. A esto siguen varios ¿en serio? uyyyyy, a lo que expelo:-sí, me gusta tu compañía y besas rico-jajaja, nadie lo va a violar, eso sí le toca subir cervecita a lo que arguye: eso espero-. Cientos de años de instinto y condición animal se activaron en mí, lo deseaba; la suerte estaba echada: dormiríamos juntos. Dijo que llevaría algo más fuerte y..-Uyyy Diana... me estás haciendo antojar de subir por allá-yo mañana estoy libre a las 3-¿Tu pueblo cuál es?-me haces pensar cosas malas-¿cómo llego? yo nunca he ido manejando- Mándame la ubicación-¿Qué llevo aparte de cerveza? como toda una guía turística digna y empapada de la topografía, le envío la ubicación por Google y me quedo pensando: hecho.