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Camino a casa.

Capítulo 16

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<Tú no perteneces a este lugar.
Estás como una cucaracha sin querer morir, aferrado a una vida que no tienes derecho a reclamar. Pero pronto lo harás, nada vive para siempre Quackity y lo que tu estas haciendo está mal. No te odio, pero te necesito fuera de mi camino.>>

El alado despertó sin aire, miro sus alrededores y se encontró al rubio aun dormido, no entendía las palabras.

No sabía de que hablaba aquella voz, tampoco de donde venía o de quien era, estaba confundido aun más que todo asustado.

Miro al rubio una vez más y suspiro, agarro su pecho sintiendo su corazón correr, sus alas se encogieron tratando de darle calidez  a él, consuelo qué siempre trataba de darse el mismo.

Aquella voz era tan familiar, pero nisiquiera sabía de donde, quien fue o por qué?, él no hizo nada malo, ¿no?

Miro ya más calmado luego de 5 minutos tratando de respirar sintiendo la necesidad de respirar pero no podía quitarse la máscara tampoco hacer ruido, se sentía sin aire.

Una tortura, sentir sus pulmones reclamando aire, su nariz haciendo lo posible por obetenerla, mis manos queriendo aferrarse a algo y en este caso la tierra mojada, lágrimas queriendo salir de la desesperación y su boca abriéndose para tratar de ayudar a la decesperada nariz.

Agarrar aire dolía, dolía mucho, no entendía de donde venía esa sensación insufrible pero tenía miedo de que algo pasará.

Por sí, no era la primera vez, la sentía seguidamente cuando todavía mantenía su "lindo" matrimonio, esa sensación de ahogamiento que lo tenía alerta.

Ese miedo de que algo pasará, algo malo... Algo que le haría daño a su familia.

Eso lo tenía en pánico, porque su familia... Era muy escasa y contadas, tenía miedo, más si no lograba relajarse él no podría proteger a su familia.

Trato de agarrar aire poco a poco hasta tener más consciencia del lugar, miro alfrente los árboles seguían su rumbo como si él no les fuera relevante, miro la luz del sol hacerse paso entre las hojas de los árboles aluminando todo, cerca se podía ver ya la nieve, los palos de la fogata estaban totalmente dañados y acabados, ya no daban para más, eran cenizas nada más.

Miro a Tommy y sonrió levemente, ya estaría con su familia y se sentiría de nuevo con tranquilidad...Eso esperaba.

Era hora de partir, se levantó y empezó a acomodar todo, el aire fresco de la mañana le hacia bien luego de casi morir por si mismo.

Aun que claro, él... No podía morir.

Era aquello lo que la voz le reclamaba?, era lo más lógico, ¿Quien era?, lo desconocía, ¿que quería?, que él desapareciera, eso le quedaba claro.

Suspiro y se tomó la tarea de despertar al más pequeño quien gruño por la interrupción más se levantó, se le notaba desanimado.

Parecía dudoso de si realmente tenía que ir donde aquellos que eran su familia.

Ambos empezaron el camino hacia el invierno al lado de aquel lugar cálido, iban cubiertos de buena forma, de eso se había encargado ya el mayor sabiendo de sobra el dolor en pocas temperaturas por ello compro gorritos de sus preferidos y bufandas, botas y abrigos reconfortantes, las botas ya las llevaban puestas simplemente era hermosas y precavidas al ojo humano.

~ Amable ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora