Capítulo 7

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El rey Harold, ahora al mando de una enorme mesa de la biblioteca se despojaba del aro sobre su cabeza y se dirigía a los presentes.

-Os he citado aquí por un asunto de vital importancia para el reino, Los pergaminos que ven sobre su mesa corresponden a ocho Akhluts, demonios de nivel quince que los orcos han empezado a cazar y gracias a Lady Bochanteau ahora contamos con estos ejemplares que nos ayudaran en la defensa del reino-

Luego extendió sobre la mesa un enorme pergamino con el dibujo del demonio que se asemejaba mucho a una orca asesina con cuatro patas que lo hacían tan veloz como un Encantado y unas mandíbulas que lo volvían un demonio incluso más feroz que un Nanaue o un Sobek.

Las miradas de los presentes se dirigían a Harold casi exigiendo que continuara con la explicación que los había sacado a todos de la cama.

-¿Quiénes recibirán los pergaminos?- pregunto un contrariado Uthred que no quitaba la vista de aquellos siniestros objetos de tono gris sobre la mesa.

-Os he citado a todos aquí, porque necesito voluntarios, Lady Bochanteau posee uno de estos demonios, yo me quedare con dos y los restantes serán para aquellos que deseen cumplir esta misión-

-Yo lo hare- hablo Othello mientras se acercaba a la mesa y tomaba un pergamino.

La frente del enano sudaba y nadie más se atrevía a dar un paso, hasta que alguien en la mesa se acercó tomando otro pergamino.

-Participare su majestad- hablo Seraph que se alejaba con el pergamino hasta su asiento.

-Bien, eso nos deja con cuatro pergaminos aún, ¿Alguien más?-

Sylva miro a Fletcher esperando que se acercara, pero este le devolvió una atribulada sonrisa y tomo un pergamino mientras ella hacia lo mismo.

-Nos quedan dos, ¿Algún otro voluntario?-

-Si no es mucha molestia me gustaría sugerir a uno de mis hombres para unirse a esta misión- hablo Fletcher acercándose al rey.

-Bien, si nadie más es voluntario, aceptaremos a ese soldado Fletcher, pero dinos antes ¿Quién es?-

Los nombres de sus cinco soldados adeptos pasaban por su cabeza pero antes de decidir, el nombre pareció escapársele.

-Kobe-

Los presentes en la sala se miraban unos a otros como si esperaran que uno de ellos se opusiera, tras unos largos segundos el rey emitió un suspiro y con un leve movimiento de la cabeza le entrego el pergamino y un frasco de elixir a Fletcher.

-Bien, eso es todo, podéis marcharos- hablo -Todos excepto Sylva, Othello, Cress y Fletcher-

Esperaron a que la sala se vaciara mientras el rey apagaba las antorchas y encendía una luz errante por sobre sus cabezas.

-Tienen que volver al éter- soltó colocando una mochila con pétalos amarillos y otra llena de cueros y pergaminos -Necesito que atrapen unos cuantos demonios y que traigan más de esos cristales que Cora posee-

-¿Volver al éter? Me va a perdonar su majestad, pero casi morimos allí- refunfuño Cress.

-Lo sé, pero esta vez tenemos ventaja, una ventaja que nos ha dado Cora- hablo con un tono casi lleno de satisfacción -Y tú Fletcher eres quien tiene la misión más importante de todas, tienes que hacer que Ignatius se convierta en un Dragón-

La mente de Fletcher regreso al momento en que su demonio salamandra se había convertido en un Draco y casi había acabado con la cabeza rota por el esfuerzo que implicaba la metamorfosis, luego se dirigió a los momentos en los que habían visto la muerte tan de cerca, llenándose de miedo.

The summoner's route (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora