Capítulo 32

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-Generales, cadetes, honorables nobles del pueblo de Hominum, este año, tenemos una sorpresa para la última ronda, tras la pérdida de algunos demonios y soldados, lo hemos logrado, capturamos un orco vivo- anunció señalando la jaula.

El atrio se llenó de gritos de euforia provenientes de la multitud.

-Hoy estos cadetes, se enfrentarán a un verdadero peligro, aquel que logre herir al orco de gravedad o matarlo será el ganador del torneo- anunció -Pero eso no es todo, gracias al rey Harold, el ganador será premiado con doscientos soberanos y un demonio nuevo-

Arcturus Bridgeclaw sonrió cuando el recinto se llenó de murmullos furtivos. Si los alumnos se cansaban en medio de la batalla, los premios serian el incentivo perfecto para deshacerse del orco.

-Y ahora cadetes, invocad a vuestros demonios- indicó.

-¡Suelten al orco!- grito Scipio haciendo un magnánimo gesto con las manos.

La celda del orco se abrió y dos hechiceros cortaron las cuerdas que ataban sus manos y pies. Desde las gradas una macana con remaches volcánicos se estrelló contra el suelo.

El enorme ejemplar media al menos dos metros, así que los enanos la tendrían difícil. Cuando se animó, el orco tomo la macana y estiro su mano izquierda invocando a un enorme Sobek que rugió frente a ellos.

El Ifrit de Athol dio un paso adelante y con sus rocosas manos sujeto al orco por el cuello.

El orco lanzo una descarga de energía cinética contra el demonio que rugió y apretó con más fuerzas a su enemigo.

Holver, el Caladrius de Millo, volaba en círculos alrededor del Sobek que abría y cerraba sus fauces con veloces movimientos.

En un giro, el Sobek tumbo a Millo contra la arena.

El enano se levantó y sacudió su uniforme antes de lanzar una tosca bola de rayos hacia el hocico del demonio.

El estruendoso golpe causo que el enano empezara a cojear debido a una herida causada por el filo de un cristal que se le estampo en el tobillo.

El orco se mostraba resistente al ataque del Ifrit y lanzo una corriente de hielo y energía cinética en la que utilizo todo su mana, pero que tumbo al Ifrit contra el suelo.

El demonio jadeaba en el suelo, con las llamas de su cabeza a punto de apagarse.

Al ver al enorme Ifrit tumbado en el suelo, Millo absorbió a su demonio para concentrarse en los conjuros. El Sobek rugió y volvió a concentrar su atención en el enano, que lanzaba rayos con dirección a los ojos del mismo.

Al otro lado de la arena, el audaz orco agitó su macana y se lanzó contra Athol, quien esquivaba los golpes con grandes saltos hacia atrás.

-¡Athol, Millo!- gritaba un grupo de enanos animándolos.

Entre los gritos de la multitud, un pie calloso descendió hacia el pecho del enano que había echado hacia atrás la cabeza huyendo del golpe de la macana.

El orco lanzo un triunfal aullido. La criatura levantó la macana y soltó una risa ronca antes de perder el equilibrio, cuando haciendo uso de sus poderosos brazos Athol agarro el grisáceo tobillo del orco y lo levanto lo suficiente como para quitárselo de encima.

Millo había planeado una estrategia contra el demonio nada más verlo aparecer en la arena, pero no se la dejo saber a su compañero enano, sino hasta cuando estuvo en la posición correcta.

-Athol, a la cuenta de tres hay que hacer lo mismo que en los entrenamientos, es como cuando nos enfrentamos a los elfos- gimió el enano cansado de esquivar los golpes de la cola del Sobek.

The summoner's route (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora