Epílogo II

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-Es Ophir- exclamó la enana con una amplia sonrisa en su rostro.

El Cánido se acercó a la enana y la frotó con su hocico para después olisquear la mano de Othello a quien claramente reconoció de inmediato.

Los enanos se fundieron en un abrazo que continuó con una suave caminata hacia las afueras del atrio, por donde ya regresaba Nolan sin su demonio a la vista.

Millicent y Camile eran las ultimas en invocar a sus demonios.

-Espero me toque un demonio tan grande como el de Nolan- Chillo Camile con una ahogada emoción al mismo tiempo que bajaba seguida de Sylva.

La niña movió sus trenzas hacia atrás en un rápido movimiento y se acomodó el guante ajustándolo un poco más.

-¿Lista?- susurro Sylva asomándose por detrás de la jovencita que sostenía el pergamino y con la otra mano apuntaba hacia el frente.

-Lista- afirmo y comenzó con la lectura.

-Doh rah go si mai lo go- pronunció.

Las palabras de la larga letanía que había escuchado dos veces, salían de sus labios como una dulce canción.

-Fai lo go di ai lo go-

El pentáculo en su guante de batalla emitió una luz azul y como ya le había pasado a su gemelo, empezó a distinguir los colores del atrio con nitidez. Una esfera azul casi tan grande como un caballo apareció frente a la estrella y empezó a girar lentamente.

Un fuerte rugido interrumpió su melódico canto que parecía estar adormeciendo a los magos de batalla.

-¡Lei go si mai doh roh!-

Al pronunciar estas últimas palabras, la voz de Camile recobró su tono original, mientras la esfera se apagaba, dejando entrever en su lugar a una criatura gigante, similar a un oso, con poderosas mandíbulas y garras que parecían capaces de desgarrar a la mayoría de sus oponentes, pero la musculatura era más parecida a un perro de caza que la de un oso.

-Este Nandi, se llama Zafir, una vez fue el demonio principal de una poderosa maga de batalla- dijo Sylva.

La pequeña estuvo un rato en silencio, con los ojos cerrados mientras la consciencia del demonio llenaba su mente.

Camile asintió y cerró los ojos, mientras apuntaba al cuerpo del demonio con el guante de batalla y tiraba de él, hasta que desapareció en medio de delgadísimas hebras de luz, a través de su guante de batalla.

Sylva se sorprendió por la naturalidad con que la pequeña había perfundido a su demonio sin recibir instrucción alguna.

-¿Dónde ha ido su demonio?- pregunto Millicent mirando a Arcturus.

-Ahora está dentro de ella, mamá te enseñara como hacerlo, Nolan ya lo aprendió y ahora Essie está haciendo lo mismo- dijo suavemente.

-Al parecer tiene un don natural para la invocación- dijo Arcturus.

-Eso parece- asintió el Duque.

-¿Cómo lo hiciste?- pregunto Sylva mirando a la pequeña.

-Una suave voz en mi cabeza me iba diciendo lo que debía hacer- respondió.

-Bueno, eso ha sido fantástico, ahora que ya sabes cómo hacerlo, deberíais ir a las gradas con los demás- dijo riendo.

Sus hermanos la recibieron con un cálido abrazo y una sonrisa.

-Ahora es tu turno, Millicent- añadió Sylva mientras daba un suave codazo a Fletcher.

-Si- respondió tímidamente la joven que se acomodaba el guante con algo de nervios.

The summoner's route (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora