Capítulo 16

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Las cosas en Vocans no iban mejor, pues se había citado a un nuevo consejo de guerra, el rey junto a una decena de enanos se contaban entre los jinetes que estaban a punto de partir hacia el territorio de los elfos.

Una serie de demonios voladores entre los que destacaban Lysander e Ignatius se encontraban ya a las afueras de la academia, en cuanto el rey lanzo dos luces errantes al cielo, todos partieron en un batir de alas que dejaba atrás una nube de polvo.

El paisaje se tornaba cada vez más pequeño mientras ascendían en el despejado cielo, las construcciones se fueron encogiendo hasta parecer tan diminutas como hormigas rodeadas por un inmenso manto verde.

Sin embargo, siguieron elevándose y Fletcher tuvo la sensación de que las nubes se apresuraban a su encuentro.

Fletcher dirigió la palma hacia el cielo y Athena cobró forma en un fogonazo de luz azul y trazo una elegante pirueta, para después planear junto a Ignatius.

Tras aquel banco de nubes que se extendía sobre el cielo se podía observar las imponentes montañas Dientes de oso, y el castillo en el que ahora vivían los enanos.

El Draco emitió un rugido, recogió sus alas y descendió en picada sobre la reconstruida aldea de Pelt.

Arcturus y Athol se acercaron de inmediato a los recién llegados.

-Fletcher, os estaba esperando, el pedido que me encargaste está listo, dame unos segundos- sonrió el moreno enano mientras recogía un pequeño paquete de la carreta que llevaba consigo.

Fletcher tomo con sus manos el delicado paquete y lo coloco sobre sus piernas para después abrirlo. Ocho cristales centellearon bajo la luz, uno de ellos, destacaba entre los demás, en la correa ajustable se apreciaban bordados de flores con sus pétalos envueltos en caracolas.

-El bordado lo hizo Briss con la ayuda de la capitana Lovett, espero sea del agrado de lady Raleigh- dijo Athol, mientras se frotaba las manos con gesto expectante.

-Estoy seguro de que le encantara, es asombroso- sonrió Fletcher.

-Me alegra que lo pienses- dijo Athol.

El enano desplego una amplia sonrisa.

-Athol, aquí tengo doscientos soberanos, espero sea suficiente-

-Ni se te ocurra- dijo Athol al tiempo que escondía las manos en los bolsillos.

-Athol- susurro Fletcher.

-Bien bien, pero no aceptare el dinero- soltó mientras desviaba un poco la mirada.

-¿Entonces?- pregunto Fletcher.

-Fue suficiente con el ébano del otro día-

-Cuando gustes puedes ir y pedir que te corten un tronco entero-

-¿Un tronco entero? Eso es demasiada madera-

-Si, y no aceptare un no por respuesta, os lo debo por todo el trabajo que habéis puesto en estos cristales y los guantes que me habéis hecho-

El enano sonrió y le apretó la mano a Fletcher. En ese momento Fletcher reparo en el pequeño envase que llevaba el enano sujeto a una pequeña bandolera.

-Ese líquido, ¿Te lo ha enviado Othello?-

-Si, de hecho me llego anoche junto a un pergamino de invocación, esperaba llegar a Vocans e instalarme antes de beberlo-

-Es fantástico, ahora también serás mago de batalla- le animó Fletcher.

-Lo mismo le he dicho- sonrió Uthred mientras se acercaba al Draco.

The summoner's route (Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora