Capítulo 6

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HONNE

Los verdaderos sentimientos y deseos de una persona.

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

...

Capítulo 6. ¿Qué quiere Sakura para sí misma?

—Todavía no puedo creer que Mebuki-san accediera a esto — un pequeño de cabellos y ojos negros le comentaba a su amiga mientras la veía preparar su arco —. Y al mismo tiempo no estoy sorprendido de que tu padre lo hiciera.

—Tuve que hacer muchas promesas para que me dejaran practicar y me consiguieran donde tomar lecciones, pero juro que valdrá la pena — su acompañante, una criatura de cabello corto y rosado y un par de ojos verdes, le respondió con una nota de emoción en su voz.

Acto seguido se puso en posición, apuntó y tiró una flecha en dirección a la hoja de papel con un círculo pintado que habían colgado en lo alto de un árbol del jardín de los Haruno.

Ese era el séptimo tiro al blanco consecutivo que conseguía dar y, desde su lugar en el porche, el Uchiha hizo una nota mental actualizando su puntaje, pues sabía que cuando terminara el día la pelirrosa le pediría el resultado final. Dispuesta a superarlo en su próxima práctica.

—¿Cómo cuáles? — ante ese cuestionamiento la niña se mostró algo tímida antes de responder.

—No descuidar mis otras lecciones y dejar de acompañarte a buscar tesoros a las afueras de la ciudad.

—De modo que me cambiaste por esto — Sasuke entrecerró los ojos en una expresión amenazante que consiguió darle escalofríos a su amiga.

—¡Lo siento! Era la única manera en que me dejarían continuar con esto y además no tengo la intención de obedecer en esa condición en específico.

—¿En serio? — el pequeño Uchiha no pudo evitar dudar.

—¡Claro! ¿Qué sentido tiene practicar esta disciplina si no puedo usarla para aventurarme contigo? — la pelirrosa abandonó un momento su entrenamiento para sentarse al lado de su acompañante, teniendo cuidado al colocar frente a ella el arco nuevo que su padre acababa de comprarle.

—Más te vale... — el chico sonrió más animado contagiándole su humor a su amiga, quien miró al cielo con una expresión decidida y soñadora.

—Ya lo veras Sasuke-kun, dentro de poco me convertiré en la mejor arquera del país y todo el mundo sabrá mi nombre.

Sakura había descubierto su talento por mera casualidad o más bien en el proceso de llevar a cabo una travesura.

Un grupo de niños que pertenecían a la misma academia de kendo que Sasuke habían estado molestándolo durante días debido a su amistad con ella. Ya fuera acosándolo, interponiéndose en sus entrenamientos y de paso insultando a Sakura, llegando a puntos tan inaceptables que no le dejaron de otra al par de niños que vengarse.

Aquel día cada uno se había ocultado en la copa de un árbol con una bolsa de rocas lista para ser descargada sobre aquel grupo de tontos cuando los vieran pasar y, llegado el momento, los tiros que los acribillaron desde la izquierda les dieron con un nivel de acierto que los de la derecha no pudieron igualar.

Sakura le había dado a cada punto que sus manos apuntaron, ya fuera en la frente, las piernas, la nuca o puntos tan pequeños como la nariz, consiguió darles sin fallar, sorprendiéndola gratamente.

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