Capítulo 5

213 30 32
                                    

HONNE

Los verdaderos sentimientos y deseos de una persona.

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

...

Capítulo 5. Se debe hacer lo necesario para que funcione.

La vida de Kakashi siempre había estado rodeada de estrictas reglas y procedimientos a los que, a pesar de ser el emperador, no tenía el poder de cambiar.

Aunque tampoco era como si tuviera tantos deseos de hacerlo.

Era un hombre demasiado despreocupado como para intentar cambiar asuntos que, francamente, sería más sencillo solo llevar a cabo, por más tediosas que resultaran cuando no se sentía de humor.

Al menos, desde que ascendió al poder, había conseguido sacar de funcionamiento varios rituales anticuados respecto a su cotidianidad y ahora gozaba de un poco más de libertad en ese sentido.

Gracias a ello tenía un solo sirviente a su servicio, podía asearse y vestirse él mismo, tener privacidad cada que lo solicitaba y disfrutar de comidas en cualquier lugar que no fuera el innecesariamente enorme que tenía a su disposición.

No obstante, aunque siempre creyó que sería capaz de enfrentarse a la mayoría de los deberes que su puesto le demandaba cumplir sin complicar demasiado su vida, había dos cuestiones de las que no podía pasar: el molesto papeleo y la presión de producir descendencia.

Siendo esto último algo que sus consejeros estuvieron repitiéndole incesantemente desde los quince años, como si de pequeños mosquitos atacando sus oídos se tratara.

Kakashi era consciente de la importancia que preservar la línea de sangre real tenía, pero siempre había preferido ignorarlo y concentrarse en otras cosas un poco más tolerables.

Casarse y tener hijos nunca había sido ni por asomo una de sus preocupaciones u objetivos en la vida, aunque, tampoco era como si tuviera alguno en realidad.

Era un hombre que vivía al día, cumpliendo su deber tanto como le correspondía y fingiendo (sin éxito) que su estilo de vida no le parecía demasiado inadecuado para alguien con su forma de ser.

Iruka, su mano derecha, lo había reñido por años debido a su incapacidad para mostrarse como una figura de absoluta autoridad igual a sus antepasados. Mirándolo con silenciosa reprimenda cada que Kakashi se distraía en juntas importantes o no le ponía la suficiente atención a aquellos asuntos que considerara vanos o aburridos.

Si no fuera porque, a pesar de sus defectos, era un hombre muy inteligente y visionario a la hora de hacer reformas en su gobierno probablemente sus consejeros ya habrían buscado la manera de destituirlo.

Y era precisamente por ese grupo de personas que estaba metido en ese molesto e innecesario embrollo.

Por más que pospuso el tratar el tema del matrimonio o hizo oídos sordos cuando le era mencionado, aquellos molestos viejos fueron tan insistentes que al final Kakashi tuvo que aceptar al menos tomar una concubina.

Eso sí, poniendo como condición que tendría total libertad de elegirla y rechazar a todas las candidatas que se le presentaran si ninguna era de su agrado.

"Te crees muy listo amigo mío, pero eventualmente llegara una a la que no podrás resistirte en aceptar" Iruka le había dicho, captando que su plan era retrasar de esa manera el momento de tomar una amante oficial.

HonneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora