Capítulo 10

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HONNE

Los verdaderos sentimientos y deseos de una persona.

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

...

Capítulo 10. Sola y perdida.

Si bien Sakura había aceptado ser presentada ante el consejo y asumió con responsabilidad las consecuencias que eso le traería, no esperó que el momento de reunirse con ellos a solas fuera ser casi inmediatamente después de conocerlos.

Uno a uno comenzó a invitarla a tomar el té, compartir una comida o jugar algún juego de mesa, sin darle oportunidad de negarse o posponer dichas reuniones. Así pues, terminó pasando tiempo con varios desconocidos junto a los que no podía evitar sentirse incomoda, esto a pesar de que la mayoría eran amables y no la cuestionaron demasiado sobre su relación en Kakashi.

Lo cierto era que su desconfianza hacia esas personas de alto estatus no solo venía de las advertencias de su madre y prometido acerca de las dobles intenciones con las que éstos estaban acostumbrados a actuar, sino también venía de su propio instinto de supervivencia llenándola de alarmas y aflicción cuando estaba con ellos.

Aunque ciertamente prefería reunirse cien veces con el más complicado y antipático de los miembros del consejo que con la que persona que esa noche la había invitado a tomar el té.

Para su buena suerte no estaban solos en aquella habitación, sino que el hombre habría mandado traer una hermosa y amable geisha para acompañarlos.

—Recuerdo que solían gustarte mucho cuando eras niña, así que considera a Anko como un regalo temporal — Madara señaló con una simpática sonrisa, aunque a Sakura le desagradó la manera en la que se refirió a la dama presente, como si fuera un juguete o un simple objeto de valor.

—Muchas gracias por acompañarnos señorita — la pelirrosa se dirigió a la mujer con gentileza.

—Yo soy quien le agradece por conocerla señorita Haruno — la geisha de cabellos púrpura y ojos marrones le sirvió el té con la maestría propia de su oficio al tiempo que le daba una mirada llena de admiración —. Madara-sama me dejó fascinada cuando me describió su belleza y debo decir que ningún relato podría hacerle justicia.

—Sakura siempre ha sido una criatura encantadora, la conozco desde el día que nació y nunca dude que sería una mujer hermosa cuando creciera — Madara tomó la palabra antes de que la pelirrosa pudiera agradecer el cumplido de Anko —. Solía molestar a mi sobrino mencionándole la larga fila de pretendientes que tendría en el futuro. Eso siempre conseguía que hacerlo refunfuñar y ponerlo de mal humor el resto del día.

—¿Tiene un sobrino Madara-sama?

—Sí, su nombre es Sasuke y también es el amigo de toda la vida de nuestra Sakura — al escucharlo mencionar a su prometido, un intenso escalofrió recorrió la columna de la doncella de ojos verdes —. En realidad, Anko, ellos dos estaban destinados a estar juntos. Nacieron el mismo día con apenas unas pocas horas de diferencia y su unión es tan fuerte y cósmica que el infortunio se ciñe sobre los que los conocemos cuando tienen conflictos o descontentos.

—¡Vaya! ¿En serio, Haruno-san? — con los labios apretados en una mueca, la mencionada asintió trémulamente —. Eso suena a una historia salida de un libro de cuentos.

—Pero es totalmente real Anko, de hecho, es por eso que me sorprende que estés aquí y no con él, Sakura — el hombre la miró con cautela e intriga, lo que hizo que la pelirrosa tragara saliva sintiéndose de repente acorralada —. Sé que fuiste convocada pequeña, pero... ¿Él te dejó venir, así como así?

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