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El lugar se encontraba sorprendentemente en silencio, tan sólo se podía escuchar el viento correr a través de las ventanas abiertas del auto.

—¿No tienes un aromatizante? El olor a excremento quemado me está mareando. —se quejó Taeyong mientras sacaba toda su cabeza por la ventana, el olor del rebelde era demasiado intenso aún con las ventanas abiertas.

—Deja de quejarte, humano. Ya casi vamos a llegar. —contestó el vampiro mayor sin abandonar su vista del camino.

—Me llamo Taeyong, no humano, ese nombre sólo describe mi jerarquía.

—Sí, y yo te estoy llamando por lo que eres.

—Está bien, chupa sangre.

—Ese no es uno de nuestros nombres.

—Tu lo has dicho, nombres, chupa sangre solo es uno de los tantos que tienen.

—Dejemos está conversación infantil aquí.

El pelirrojo bufó cansado y sin más se hundió en su asiento con los brazos cruzados, su mirada se perdió en el patrón de los faros y las luces parpadeantes en algunas casas.

Estaban en la mitad del camino a Deiva y Taeyong no creía que podía soportar un segundo más de aquel espantoso olor.

—¿Quién es tu amigo? —preguntó entonces, curioso por aquel vampiro manipulador.

—Renjun.

Como si eso lo dijera todo, pero en realidad sí, lo decía todo.

—¿Qué hace el líder de "Makey" en la tribu de "Korza"?

—Tu lo has dicho, somos amigos.

—Sí pero eso no justifica el hecho de que dejes que uno de las otras tribus entre en una de tus ciudades más altas, hay una silenciosa guerra entre todas las tribus.

—Para ser un humano sabes muchas cosas.

Había escepticismo en su voz más su rostro no demostró nada, fue como jugar con un arma de doble filo.

—Ya sabes que no soy como todos los humanos. — fue su única respuesta antes de hundirse nuevamente en el asiento.

—Makey y Byota son las excepciones a esa guerra silenciosa, ellos son mis aliados.

—¿Entonces es verdad?

El vampiro asintió lento. — No todos los líderes de las tribus vecinas intentan tomarnos, es mejor una alianza que una guerra.

El pelirrojo asintió en acuerdo, la idea era buena, le gustaba el pensamiento del vampiro puesto qué siempre se había hablado que muchos líderes buscaban la guerra por más territorio, quien se hiciera monarca de cuántas tribus sea posible podría considerarse un Rey eterno.

Era un juego de Monopoly demasiado avaricioso, la cantidad lleva al poder pero la alianza lleva a la victoria.

Mientras más aliados tengas más es la posibilidad de mantenerse protegidos con muro de hierro.

—Supongo que el líder de Makey busca algo en Tezi. —opinó el pelirrojo, si no porque otra cosa iría a esa ciudad, por lo visto estaba familiarizado con todo.

—Diversión, algo de placer, algo distinto que no logra encontrar en su tribu. —contestó él vampiro, Taeyong pudo notar que estaban cerca de la mansión, el camino que habían recorrido en moto había quedado marcado en su cabeza como un mapa.

—¿Mujeres?

—Un hombre.

—¿Un hombre? ¿No es muy singular para alguien que busca placer?

El azabache río divertido mientras estacionaba el auto frente a la mansión, dos hombres no tardaron de salir de esta y sacar al rebelde que ya parecía haberse rendido en cuanto a su captura.

—Los vampiros buscamos algo muy especial Taeyong, algo que no es fácil de encontrar pero añoramos.

—¿Qué es? —preguntó curioso el menor, los vampiros lo tenían todo, no importa donde nacieron o en que situaciones, un vampiro tenía poder solo por ser eso... sólo por pertenecer a la jerarquía con más dominio en este mundo.

—Nuestro Detè.

No estaba seguro a qué se refería con eso pero sin duda era algo importante por el brillo en los ojos del vampiro, ojos que a veces parecían estar muertos.

Iba a volver a preguntar pero el mayor le ordenó ir hasta su habitación, el azabache iría a interrogar al capturado.

El pelirrojo bufo cansado pero no volvió a su cuarto, miro de soslayo el lugar en donde estaba y sonrió malicioso.

Tal vez podría pasear por el lugar, solo para familiarizarse.

Caminó por los extensos pero interesantes pasillos, cada lugar estaba sumamente decorado con estatuas y tapices con patrones extraños pero sin duda atrayentes.

Demasiado lujos, demasiado ordenado, demasiado hipnótico.

—¿Te has escapado del rebaño, ovejita?

Una voz dulce paro su caminar, el tono helado y divertido estaba escondido en esa filtro a su voz.

Un escalofrío recorrió su espalda pero eso no le evito voltear para ver quién estaba a poco pasos de él.

—No creo pertenecer a un rebaño. — contestó, el vampiro frente a él era uno joven.

Cabellos castaños y ojos grises con forma de los de un zorrito, un joven vampiro completamente hermoso, completamente peligroso.

—Tú- —el vampiro cortó sus palabras con una profunda inhalación, su sonrisa creció en su rostro mientras sus ojos lo miraban atento.— hueles delicioso...

Para ese entonces Taeyong ya tenía en mano su navaja, lista para usarse, sus manos picaron con antelación esperando a que fuera el vampiro quien se acercara.

Más este no lo hizo, porque lo que consiguió antes de eso fue un golpe en su nuca por parte de una mujer de cabellos negros y cortos más arriba de sus hombros.

—Niño malcriado, no puedes tratar así a la visita. — la mujer miró con advertencia el rostro del menor antes de posar sus ojos en el humano quien trataba de entender cómo habían pasado de estar jugando a cazadores y presas a presenciar el regaño de una vampira en sus, Taeyong podría asegurar, más de cuatro siglos a un joven vampiro.

—¡Pero mamá, yo no hice nada! —se quejó el menor con el ceño fruncido.

—Nada que yo no haya podido evitar, Donghyuck compórtate con el cazador.

El vampiro, que ahora sabía se llamaba Donghyuck, giró su mirada hasta el humano y reparo en el cuchillo que este traía en su mano derecha.

—¿Qué hace un cazador humano aquí? —fue la pregunta del castaño.

Taeyong sabía que ya no estaba en peligro pero aún así mantuvo su arma cerca de él y la caja de chips en uno de sus bolsillos podría ser utilizada en cualquier momento.

—Tu hermano lo ha contratado. —el pelirrojo sabía que hablaban de Yuta por lo que adivinó que los vampiros frente a él eran familiares del mayor.

Su madre y su hermano menor, quien lo diría.

Fetiche. YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora