Cómo cualquier persona con sentido común el retrocedió al instante pero la persona del otro lado también lo hizo con él para luego tomarlo de los brazos y apoyarlo contra una pared, se removió inquieto sintiendo el olor sintético de aquel trapo perforar su nariz antes de por fin ceder y dejarse caer en la inconciencia.
Lo último que vio fue la sonrisa macabra de Yoohyeon.
Por supuesto, él no se lo esperó, que Yoohyeon llegara hasta su hogar solo para drogarlo y secuestrarlo, su pregunta ahora era;
¿Con que fin?
Al despertar sintió sus ojos arder y sus brazos doler, jadeó bajo antes de sentarse como pudo sobre el frío y húmedo suelo, miró a su alrededor y teniendo en cuenta la luz del lugar era obvio que no iba a poder ver nada.
Se encontraba solo y ni siquiera sabía dónde estaba.
Suspiró y se levantó entre tambaleos del suelo para poner sus manos al frente y tratar de guiarse, pronto logró tocar un firme muro, se apoyó contra este antes de dejarse caer hasta el suelo.
Luego de unos minutos en completo silencio la puerta del lugar fue abierta, la luz del otro lado logró alumbrarlo levemente y cuando él subió la mirada la vio de nuevo.
Ahí estaba ella, con los brazos cruzados y una sonrisa ladina en su rostro, vestía un vestido negro pegado a su cuerpo y unos tacones del mismo color mientras que su cabello caía en hondas por debajo de sus hombros.
— No sabes lo feliz que me hace tenerte aquí — dijo ella y Taeyong recordó entonces como odiaba su voz chillona. — ¿cómo me veo?
Taeyong sonrió de lado antes de contestar.
— Como una perra, pero eso tú ya lo sabes.
Ella gruñó alto antes de volver a recuperar su compostura.
Hoy es el juicio del señor Jinki, habrá una fiesta después de eso. —contó ella como si a él le interesara. — Yuta ha estado luchando mucho por este día, luego de que Jinki sea ejecutado su hermana, Yerim, tomara su lugar en el consejo.
— ¿Y tú punto aquí es?
Ella sonrió a labio cerrado.
— Hoy también eligirá una pareja, lo anunció ayer y sé que me nombrará.
— Tan segura estás que por eso me secuestraste —rió— que irónico.
Él ya se veía venir esa cachetada, su rostro se volteó pero sin embargo no demostró ninguna expresión, a decir verdad no está seguro de que siquiera sintió el golpe.
— Solo estoy tomando mis prevenciones —siseó ella entre dientes— si él piensa buscarte no te encontrará.
— Y se conformará contigo.
Está vez no fue una cachetada, en parte se estaba aburriendo de eso, Yoohyeon lo tomó del cabello y lo levantó de un tirón para golpear su estómago con su rodilla, jadeó ahogado antes de toser sin embargo un nuevo golpe en su estómago logró sacarle el aire por completo.
La mujer lo tiró de nuevo contra el piso antes de arreglar los inexistentes dobles de su vestido.
Yoohyeon lo miró un rato antes de jugar y acuclillarse a su altura.
Ella hizo una mueca al verlo. —No durarás mucho, que pena, sigue vivo para cuando regrese, quiero mostrarte el anillo que Yuta me dará.
Taeyong tosió una última vez antes de regalarle una sonrisa ladina.
— Suerte con eso.
El portazo fue su única respuesta, gruñó por el dolor en su estómago una última vez antes de volver a apoyarse contra la pared y dejar caer su cabeza hacia atrás, solo a él podría pasarle este tipo de cosas.
Un nudo creció en su garganta y en su mente solo le repetía que quería gritar, el quería hacerlo, descargar toda la frustración e ira que llevaba dentro de él, deshacerse de ella con un simple grito y luego llorar de alivio aunque eso no haya hecho nada significativo.
El no lo hizo.
Permaneció en silencio encerrado en esas cuatro paredes, solo y sintiendo el frío tocar su cuerpo como un abrazo nada reconfortante.
— Solo tu —susurró con la mirada perdida en un punto muerto— solo por ti estoy aquí y así, encerrado y dolido.
Sonrió con melancolía antes de sentir las primeras gotas de lágrimas bajar por sus mejillas hasta llegar a sus labios y mentón, el lloró por su vida, tan desdichada desde que tuvo cinco años, ¿algún día?
¿Algún día podría ser feliz con su vida?
Entonces recordó que sí lo fue, por un tiempo, muy corto, exactamente el tiempo en el que estuvo en la casa de Nakamoto, junto a él ayudándolo en sus cazas, fue raro, fue divertido, fue perfecto por un instante.
Recuerda entonces aquella noche, que a nada de caer en brazos de Morfeo el susurró un "Te amo" sin saber que esa frase sería como una alerta para el vampiro para acabar con aquel juego que tenían.
Ahora sabía que un "Te amo" si podía asustar, por el significado y por lo que este conlleva.
Yuta fue un miedoso, el puede decirlo con total libertad, le temió a ese sentimiento que crecía en el menor y entonces cortó la soga que los unía, sin embargo si él no le correspondía... si todos esos momentos compartidos fueron solo malentendidos para Taeyong, ¿por qué Nakamoto le pidió que se quedara?
"¿Alguna vez escuchaste esa frase
Yo te quiero pero no te necesito
?"Aquella mañana al escribir aquella nota estaba mucho más que enojado, ¿necesitarlo? El no necesitaba a nadie, el podía solo, había podido por bastantes años, ¿por qué tendría que cambiar eso?
Por supuesto, porque ahora conocía aquello que se llamaba amor.
De todas formas el se fue demostrándole a Nakamoto que de verdad no lo necesitaba, ha estado bien, sin contar que ahora estaba secuestrado por una loca obsesionada con el vampiro
Gruñó al recordar a Yoohyeon, solo esperaba que Yuta la tirara en medio del salón y la rechazara frente a todos.
Sería un buen castigo para la fémina sin embargo... el tenía miedo.
Dejando de lado que estaba retenido por aquella vampira el tenía miedo por si de verdad Nakamoto se conformaría con ella, si el lo iba a buscar y no lo encontraba... ¿Que haría?
¿Que haría Nakamoto Yuta por él?
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Fetiche. YuTae
FanfictionFue interesante ver a un chico pelirrojo en medio del bosque... mordiendo el brazo de un muerto. -¿No eres un vampiro? -¿No? -Pero entonces porq- -Se llama fetiche, idiota. ADAPTACION permitida, gracias a su autora: makh_alister